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Los centrales veteranos de Catar 2022

Gen senior

He esperado a tener claras las ochos selecciones que disputarán los cuartos de final de Catar 2022 para escribir sobre algo que me llamó la atención desde el principio: los centrales veteranos. Ahora sí puedo afirmar que los defensas centrales de más de 30 años conforman una tendencia entre los ocho mejores combinados nacionales. Entre las eliminadas también se daba, mas no cuentan. Mejor centrarse en las mejores selecciones.

La lista es significativa. Comentaré según el calendario y los cruces. Así que comienzo por el Países Bajos-Argentina. En los de Van Gaal, recuerden que están imbatidos, encontramos al más joven de los mayores y probablemente el mejor central de todos: Van Dijk con 31 años. Le flanquean un joven central Jurrien Timbier (21 años) del Ajax y Aké (27 años) del Manchester City. Argentina por su parte cuenta con Otamendi, del Benfica, quien a sus 34 años lidera la defensa de la albiceleste.

En el Croacia-Brasil se aprecia la tendencia y nuevamente aparece la combinación de veteranos y noveles. En el caso de Croacia concretamente. A los insultantes 20 años de Gvardiol del Leipzig se contraponen los 33 de Lovren del Zenit ruso. En Brasil tenemos los 38 años de Thiago Silva (su pareja de baile Marquinhos tiene 28).

En el Inglaterra-Francia encontramos las excepciones a esta regla. 

Finalmente tenemos el Portugal-Marruecos. Los 39 años de Pepe (Oporto) lo convierten en el campeón de los veteranos. Y además ayer marcó un golazo de cabeza. Aunque en Portugal empezó jugando Danilo Pereira del PSG (31 años) y ahora a Pepe ya no hay quien lo mueva. En la imbatida Marruecos tenemos los 32 años de Saiss del Wolverhampton Wanderers.

En resumidas cuentas, tenemos seis de las ocho selecciones de cuartos con centrales que superan los 30 años. Siendo Thiago Silva y Pepe los mayores. Mientras tanto nuestro Sergio Ramos estaba viendo el Mundial en su casa…

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El Chelsea sembró el pánico (Real Madrid 2 Chelsea 3)

Antonio Villalba realmadrid.com

El Chelsea sembró el pánico en el Bernabéu. Desde el minuto 15 cuando Mount hizo el 0-1. Un golazo, que contó con la pasividad de nuestros centrales.

La vuelta arrancó con un Real Madrid de buen tono. Mas ese primer gol nos metió el miedo en el cuerpo. El equipo empezó a flaquear y a no dar una a derechas. Se fallaban los pases, incluso los fáciles; ellos llegaban antes a los balones divididos; ganaban todos los balones por alto. Nos presionaban por todo el campo y no nos daban respiro. Se anticiparon en todas las jugadas.

Ancelotti hablaba de defensas optimistas y pesimistas. Los optimistas son aquellos que piensan que nada va a salir mal y se confían Acaban fallando. Los pesimistas son los que piensan que algo puede torcerse. Están siempre concentrados y no cometen errores. Siguiendo este símil soy un madridista pesimista. Siempre me pongo en lo peor. Y detesto los ambientes de euforia artificiales. Salvo cuando se celebran títulos. Estaba preocupado por el partido de Liga ante el Getafe tras el 1-3 de Londres. Y muy preocupado respecto a la vuelta frente a los de Tuchel. Así lo expresé en el post de ayer que despedí con «El Chelsea no ha dicho su última palabra…».

Lo mejor que le pudo pasar al Madrid fue llegar con 0-1 al descanso.

Mi estado de ánimo se hundió en el 50 cuando Rüdiger cabeceó el 0-2 a la salida de un córner que no fue. ¡Menudo partidazo el del central! Resulta complicado destacar a un solo jugador del Chelsea. Marcos Alonso, Kanté, Kovacic, etc. Pero Rüdiger estuvo inmenso, tanto en defensa como en ataque. Y en el centro del campo. Porque tanto él como Thiago SIlva adelantaron sus posiciones al círculo central. Cortocircuitaban el escaso juego blanco. Escaso precisamente por ellos y su línea de medios, con Kovacic y Kanté al mando.

El pánico alcanzó niveles estratosféricos cuando Marcos Alonso anotó en el 62. Afortunadamente el VAR detectó que había tocado el esférico con la mano. Ya pueden imaginar el alivio con la anulación del gol. Esta acción puso fin a una reacción blanca iniciada con un lanzamiento de falta de Kroos en el 55. El meta del Chelsea, Mendy, voló y evitó el gol. Era la primera vez que le pusimos a prueba. El equipo se rehizo y se vino arriba. Tras la incertidumbre del gol anulado hubo cierto titubeo. Y a los tres minutos Benzema cabeceó al larguero un pase de nuestro Mendy. Las dos primera ocasiones blancas se produjeron en estos 10 minutos de la segunda mitad (del 55 al 65). Muy poco bagaje ofensivo para cualquiera y más si juegas en casa.

Camavinga entró en el 72 por un Kroos que se marchó visiblemente enfadado. Se buscaban piernas y frescura.

El espejismo blanco se desvaneció en el 75 con el 0-3 de Timo Werner. En nuestra enésima pérdida en la salida de balón este se lo llevó el delantero, que desde que fichó por el Chelsea ha perdido su olfato goleador. A trancas y barrancas se impuso tras dejar sentado a Casemiro en el área y puso por delante a su equipo en la eliminatoria. El Madrid estaba eliminado. Quedaba un cuarto de hora y seguíamos necesitando marco un tanto. Al igual que el con 0-0 del principio.

Ancelotti hizo dos cambios en el 77: entraron Marcelo y Rodrygo por Mendy y Casemiro. Acto seguido Courtois salvó el cuarto. Y al minuto Rodrygo, en el primer balón que tocaba hacía el indispensable gol. Un pase de Modric con el exterior, marca de la casa, lo remataba Rodrygo en carrera y de volea. Se desató la locura y todos (jugadores, equipo técnico y afición) nos lo empezamos a creer.

Antonio Villalba Rodrygo realmadrid.com

Pulisic salió en el 82 por Werner. Pudo sentenciar en dos ocasiones. La primera en el descuento fue la más clara. La segunda fue en la prórroga.

Nacho en el 86 se acalambra. Estuvo flojo en la primera parte y se resarció en la segunda. Cinco minutos después fue sustituido por Lucas Vázquez. Carvajal, que se multiplicó en defensa, pasó a jugar de central.

El 1-3 final nos llevaba a la prórroga. ¿Resistiría el Chelsea media hora más tras el esfuerzo de los 90 minutos? Porque su presión alta todo el partido fue asombrosa.

A los seis minutos de la prórroga alcanzamos el éxtasis. Camavinga robó un balón en la línea media rival. Lanzó a Vinicius. El brasileño que arrancó muy bien el partido y provocó una amarilla de su lateral, James, se fue diluyendo y no supo aprovechar esa ventaja. O no le llegaban balones o los perdía. Pero apareció cuando más se le necesitaba. En la prórroga con un 1-3 en contra. Corrió la banda hasta casi la línea de fondo y con un toque sutil se la puso en la cabeza a su Benzema. El francés demostró su clase cabeceando para pillar al meta a contrapié. 2-3. ¡La semifinal estaba al alcance de la mano!

Víctor Carretero Benzema realmadrid.com

El Chelsea no se dio por vencido e intensificó su asedio. La mejor prueba del bombardeo es la estadística final de remates. El Madrid solo remató 10 veces (cuatro a portería, dos goles). ¡El Chelsea 29! De los 29 siete fueron entre los tres palos, marcando tres tantos.

Courtois se lució varias veces durante el tiempo extra. Desbarató buenas ocasiones del rival. Y cuando no lo hizo, fallaron ellos como en una clarísima en el 119 de Jorginho (que ayer no fue titular). El Madrid, encerrado (Ceballos entró por Vini) solo pudo hacer dos buenas contras.

El pitido final fue uno de los alivios más grandes de mi vida futbolística, comparable a ganar una final europea en los penaltis.

Real Madrid y Villarreal se han clasificado para semifinales de esta Champions. A ver que sucede con el Atlético de Madrid que tiene que remontar un 1-0 en contra. Podrán ser tres semifinalistas de nuestra competición.

Un madridista pesimista como un servidor ya está pensando en el decisivo partido contra el Sevilla en el Sánchez Pizjuán. ¿Nos pasarán factura las bajas por sanción (Casemiro) o lesión, más la tremenda fatiga de estos 120 minutos? Aunque la alegría de la clasificación pueda ser la mejor vitamina.

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El enigma Sergio Ramos

Sergio Ramos

El futuro de Sergio Ramos sigue siendo un enigma. No acaba de concretarse su nuevo destino. En cambio sabemos de los que no lo serán. Empecemos por Manchester, donde se le han relacionado con los dos clubes de la ciudad. El City no parece interesado y un servidor duda mucho que el United lo esté tras el plantón que les dió con todo arreglado.

En los últimos días se le ha relacionado con el Milán y la Roma de Mourinho. Sus desorbitadas pretensiones económicas dieron al traste con el interés milanista. Y lo de Mou es tan sorprendente como chocante. Insisto en algo que ya planteado varias veces: la legislación fiscal de Italia es la que mejor se ajusta a las condiciones solicitadas por Ramos. En el resto de las grandes Ligas (incluyendo la francesa, a pesar de que no lo sea) los impuestos a pagar son mayores que en España. Algo que parece que los Ramos no tuvieron en cuenta a la hora de valorar la oferta de renovación del Real Madrid.

El interés del PSG, el primero del que tuvimos noticia (por boca del propio jugador en su conversación con Florentino Pérez) parece reavivarse. No hay nada concreto, pero según los medios se han iniciado conversaciones en serio. La fase de contactos preliminares parece haber sido superada. Falta por conocer la veracidad de estas informaciones, dadas las filtraciones interesadas que han rodeado a todo este asunto.

El Chelsea es otro nombre que ha sonado últimamente. Lo pongo en duda porque el campeón de Europa ya cuenta con un central veterano en su plantilla (Thiago Silva). Un segundo sería muy osado, a no ser que busquen alternarlos. ¿Va a pagar el Chelsea el alto salario de Ramos para ser suplente a medias o titular a medias?

De momento, Sergio Ramos sigue sin equipo.

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Zidane se equivocó de cabo a rabo (Chelsea 2 Real Madrid 0)

Glyn Kirk AFP AS

En el post de la previa El Real Madrid contra todo y todos comentaba mi preocupación por la presencia de los tres recuperados para esta cita londinense: Sergio Ramos, Mendy y Fede Valverde. FInalmente fueron dos los que formaron parte del once. La cuerda se rompió por la parte más débil: Valverde, quien recibió el alta por los pelos. Prácticamente en la escalerilla del avión.

La gran sorpresa fue ver a Vinicius de carrilero por la derecha. Militao, uno de los tres centrales junto a Nacho y Ramos, le cubría la espalda. Desde luego era una decisión de lo más arriesgada. Esperaba que no fuese un ataque de entrenador. Lo fue.

La primera sospecha sobre la conspiración arbitral surgió en el minuto 4: le perdonaron la amarilla a Christensen por una dura entrada sobre Hazard. Dos minutos después fue Havertz quien debió verla por un pisotón sobre Nacho.

El Real Madrid tocaba y tocaba. El Chelsea esperaba agazapado. Intentaban robarnos el balón con su presión habitual.

El primer remate blanco fue en el 10: Kroos. Paró abajo el meta local, cerca del poste. Al minuto Rüdiger puso en apuros a Courtois. A continuación Mount se internó por la derecha y Courtois despejó lo que pudo ser una buena ocasión.

Jorginho vio la amarilla en el 13 por una entrada sobre Hazard.

En el 16 de nuevo nos pusieron en apuros por la derecha. Lo de Vinicius empezaba a entrar en el apartado de las ocurrencias. Un minuto y medio después le anulaban un gol a Werner por fuera de juego. De nuevo la jugada se originó por la banda derecha. Otro denominador común a estas dos jugadas fue que perdimos la pelota en nuestro medio campo. Y nos buscaron las costuras por nuestro flanco derecho.

El Chelsea creció y el Madrid se achicó tras las dos jugadas mencionadas.

No vimos a Vini pisar el área rival hasta el 22.  Al poco robó su primer balón a Chilwell. En el 25 recibió el primer pase largo para correr la banda.

Mendy, el portero del Chelsea, salvó lo que podría haber sido el primer gol blanco en el 26. El disparo de Benzema, desde la frontal, lo sacó en una estirada felina. En la siguiente jugada nos hicieron el 1-0. Kanté nos montó un lio. Le rebañó la pelota a Casemiro y se la cedió a Havertz, quien entraba por la derecha desmarcado. Superó por alto a Courtois, pero su picada se encontró con el larguero. El rechace lo cabeceó a placer Werner. Seguiamos eliminados con este 1-0, como lo estábamos desde el arranque con el 0-0.

Mendy desvió a córner un cabezazo de Benzema que se colaba en el 35. En el saque de esquina Ramos vio la amarilla por empujar a Azpilicueta.

La posesión era nuestra, uno de los objetivos señalados por Zidane. Mas nuestro medio campo no ligaba juego ni creaba ocasiones.

En el 38 Christensen recibió la amarilla por un pisotón sobre nuestro Mendy. Debió de haber sido la segunda.

A Militao le quitaron el balón, en la divisoria de los dos campos, entre varios azules en el 42. Se lanzaron al ataque por nuestra derecha. Llegaron cuatro a nuestra área. Pudieron matarnos en esta acción. Dos minutos después Ramos cortaba una internada de Mount por la izquierda. El córner no se botó porque se pitó el final de la primera mitad.

Mi pensamiento era que jugábamos 10 contra 11 porque Vinicius por la derecha no es el mismo que por la izquierda. Sumen a esto que de carrilero se queda en ni ni: ni defiende ni ataca.

Asumía que habría cambios en el descanso. Teníamos que darle la vuelta al partido y a la eliminatoria. Suponía que se imponía un cambio en el dibujo: pasar a defensa de cuatro. Las imágenes antes de arrancar la segunda parte nos mostraban a los jugadores suplentes del Chelsea calentando, con las mascarillas mal puestas. Ninguno del Madrid. No hubo cambios de futbolistas. Salieron los mismos 22. Tampoco modificamos el esquema. Craso error.

En el 46 y medio Havertz cabeceó al larguero un gran pase de Azpilicueta. Se mascó la tragedia. A partir de este momento empezamos a presionar más arriba. Y Vinicius encadenaba faltas, superado en labores defensivas.

No sé cómo estaría Ramos. En cambio a Mendy le notaba bajo y Hazard no marcaba diferencias. Casemiro tampoco.

Mount en el 52  desperdició un mano a mano frente a Courtois. Se le fue alta.

El Chelsea imponía su ritmo. Eran más rápidos.

San Courtois lanzó una pierna milagrosa que evitó el gol de Havertz. Se plantó delante del belga e iba acompañado por Werner.

A la hora de juego Vini se fue por la banda por primera vez en el partido. Al minuto Nacho vio la amarilla.

Mendy y Vinicius se retiraban en el 62. Entraban Marco Asensio y Fede Valverde. ¡Cambiabamos de carrileros! ¿Una extravagancia? Tenía toda la pinta.

Kanté, en el 65, se topó con nuestro santo belga y con el cruce salvador de Valverde. Llegaban muy sueltos a nuestra área. Síntoma muy preocupante. Ver a Kanté aumentar su nivel a medida que transcurrían los minutos tampoc tranquilizaba.

Al filo del 70 me preguntaba que demonios pintaba Hazard en el campo. ¿Este tipo no tiene sangre ni amor propio?

Kroos veía la amarilla en el 71 y medio.

Thiago Silva provocaba taquicardias con un cabezazo en el 72 al saque de un córner.

Encarábamos al cuarto de hora final sin haber creado ocasiones en esta segunda mitad. Y Rodrygo sustituía a Case. Sonaba a desbarajuste. De hecho el recién incorporado Pulisic nos hizo un roto. Su pase de la muerte afortunadamente no encontró rematador.

Los 10 minutos finales mostraban a un Chelsea físicamente superior. Lo de Kanté era un escándalo. Nos la quitó en nuestra línea media, adelantándose a Nacho. Combinó desde la media luna con Pulisic dentro de nuestra área y este se la regaló a Mount. 2-0 en el 85. Nuestra defensa estaba desbordada.

Hazard dejó su puesto a Mariano en el 88. Muy tarde la salida del campo del peor fichaje de los últimos años.

Lo peor: el 3-0 parecía más cerca que el 2-1.

Habrá final inglesa en la Champions 2020/21. Tuchel la disputó y perdió la temporada pasada con el PSG. Tiene ocasión de resarcirse. Por parte madridista, dadas las circunstancias, 58 lesiones, muy orgulloso de haber llegado a semifinales. Ahora toca ir por la Liga. Tendré que cambiar mi camiseta de la suerte por otra…

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Real Madrid 1 Chelsea 1 (pudo ser peor)

Antonio Villalba RealMadrid

Zidane respondía al esquema de Tuchel (5-2-3) con otra defensa con tres centrales (Militao, Varane y Nacho) y dos carrileros (Carvajal y Marcelo). En el medio campo nuestros tres clásicos que podrían tener superioridad numérica respecto a los dos medios centros del Chelsea, Jorginho y el poderoso Kanté. Arriba Benzema y Vinicius. Aparte de la habitual lucha del centro del campo, la pelea por las bandas se antojaba igual de decisiva. Mis dudas eran respecto a Marcelo, ayer capitán. ¿Aguantaría el tirón en un duelo que se presumía duro y físico?

Las estadísticas están para romperlas. Y la de Zidane con el Real Madrid frente a equipos dirigidos por Tuchel es mala. Ni una sola victoria en cuatro enfrentamientos.

La noche amenazaba tormenta. Como Ceferin, el presidente de la Unión Europea de Fútbol Árabe.

El Madrid sacó de centro. Tardamos cuatro minutos en acercarnos al área rival. En este espacio de tiempo Courtois la tocó tres veces y solo una fue cesión.

La presión del Chelsea era cada vez más intensa. A partir del minuto cinco hubo un par de minutos en los que nos embotellaron.

Courtois salvó con la pierna el 0-1. Werner solo ante el meta belga no pudo anotar. Todo arrancó en una imbecilidad en su campo, en las inmediaciones del circulo central. Un taconazo fallido de Casemiro provocó su contra. ¿Estamos para darla de tacón en una semifinal? Un minuto después nos montaron otro lío. No encontraron rematador. En el minuto 12 botaron el primer saque de esquina del encuentro. Y en el 13 Pulisic hizo el 0-1. Se coló en un balón largo entre Nacho y Varane, regateó con mucha sangre fría a Courtois que había salido a la desesperada y marcó. Un mazazo, aunque se viese venir.

El Madrid acusó el golpe. Ellos crecieron más aún si cabe.

Al minuto 20 todavía no habíamos rematado. Además, la pelota era de ellos. Algunas de nuestras posesiones eran tan largas como inútiles.

Benzema en el 22 protagonizó el primer disparo, desde fuera del área. Se estrelló en el palo, por debajo de la escuadra. Dos minutos después Kanté aprovechaba un despiste de Marcelo y Nacho y se colaba por nuestro costado izquierdo. Su pase no encontró un buen remate,

Cada vez llovía más.

En el 26 y medio Vinicius veía la amarilla.

Nuestro primer saque de esquina fue en el 28. Sacó Kroos en corto sobre Modric, que se la cedió a Marcelo. La colgó en el área. Cabeceó Casemiro para alargar. Militao intentó rematar de cabeza. Y Benzema con la cabeza bajo el balón, se giró y a la media vuelta empalmó a la red. 1-1.

GettyImages RealMadrid

Kroos buscó portería al filo del 32. Una jugada rápida iniciada por Courtois, tras atrapar un balón aéreo de un córner. Se la puso a Vini. Este corrió medio campo y se apoyó en Benzema. El balón llegó a Kroos quien disparó desde la frontal.

A pesar de estos zarpazos mandaba el Chelsea. Pulisic era una pesadilla. Ocupaba todo el frente de ataque, de derecha a izquierda. Hasta Thiago Silva, el veterano central brasileño, se atrevía a subir y buscar la red.

Pulisic en el 37 vio la amarilla por una entrada por detrás a Marcelo.

Cada vez llovía más. Un resbalón de Marcelo frenó un buen ataque.

A Modric no le veíamos. Empezaba a confirmar lo que pensé frente al Betis: no fue buena idea sacarle de titular en ese partido. Necesitábamos dosificar sus esfuerzos. Intentó una buena apertura en el 43, pero demasiado fuerte se fue fuera.

El 1-1 al descanso nos dejaba la losa del gol en contra y era un mal menor a tenor de lo visto.

Mis pensamientos pasaban por retirar a Marcelo, colocar ahí a Nacho y dar entrada a Antonio Blanco. Para ayudar a Case. Algo había que hacer. Y dicho esto, desconocía el estado físico de Modric.

Las imágenes del túnel de vestuarios no mostraban cambios en el Madrid. El Chelsea también salió con los mismos once.

Sacaron de centro y en 45 segundos se plantaron en nuestra área.

Una mala entrega de Marcelo en el 47 terminó en córner para ellos. Sirva de ejemplo de nuestra mala salida de balón a largo del partido hasta ese momento.

Un corte de puntera de Kroos le llegó a Vinicius. Y Benzema disparó alto (min. 50). Esta acción nos animó a intensificar nuestra presión.

Pulisic claramente se decantaba en buscarle las cosquillas a Marcelo.

Marco Asensio y Hazard calentaban.

A Modric en los primeros 10 minutos le veíamos presionando mas fallaba en los pases. Un resbalón suyo en el 57 frustró una contra.

Los azules eran más eficaces en su presión y cerraban mejor los espacios. También corrían más.

Al filo de la hora Kroos vio tarjeta por agarrar a Kanté en su escapada. Después de esta amarilla un cartel nos mostraba que la posesión estaba al 50%. Habría que matizar: en el 50% blanco habría menos posesiones que en las suyas, porque las nuestras fueron largas (y tediosas). Las suyas rápidas y bastante más frecuentes que las nuestras.

En el 63 volvía a llover. Al minuto Marcelo veía la amarilla por parar una contra, por error en el pase de Carvajal en ataque. Se aprovechaba esta circunstancia para hacer cambios. Hazard entraba por Vinicius y Tuchel efectuaba un triple cambio (entre ellos el de Pulisic).

El chute de energía que aportaron sus tres jugadores de refresco nos embotelló de nuevo. No volvimos a cruzar el círculo central hasta el 70. Hazard perdió la pelota.

Casemiro repitió la misma imbecilidad del pase de tacón y pudo costarnos una avería en el 71. ¿Con lo que estaba lloviendo estaba el terreno de juego para estas florituras innecesarias?

Odriozola y Asensio entraban por Carvajal y Marcelo en el 76. Al poco Varane veía la amarilla. Una falta peligrosa que atajó con seguridad Courtois.

Kanté seguía corriendo por tres. Y nos volvían a tener encerrados en nuestra mitad de campo. Ni avanzábamos ni creábamos ocasiones. El recurso del pase atrás a Courtois era fruto de su presión y de nuestra falta de recursos.

En el 84 Hazard se cambió a la derecha y tuvo un par de buenas intervenciones.

Un intento lejano de Kroos en el 87 acabó en córner. Lo botó el alemán y pudo ser el 2-1, más el cabezazo de Varane fue desviado por un defensor.

Odriozola vio tarjeta en el 88. Frenó a Rüdiger, que también estaba haciendo un partidazo. Mientras le atendían anunciaron tres minutos de prolongación. Y entró Rodrygo por Benzema.

El resultado de 1-1 no es nada bueno de cara a la vuelta en Londres. Zidane sigue sin ganarle a Tuchel. La amenaza Ceferin no se activó. Veremos a ver qué pasa con ella la semana que viene.

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