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En el 84 aniversario del asesinato de Lorca

PeNY

Hace un par de semanas el amigo Juan de Díos, cuya carrera en la radio estuvo vinculada a la SER desde la radio musical hasta la gerencia ejecutiva, me pidió un texto sobre el álbum «Poetas en Nueva York«, que reunió a la flor y nata de la canción de autor de Europa y América alrededor del libro de Federico García Lorca. La intención de Juan era publicar el texto hoy 18 de agosto, cuando se cumplen 84 años del asesinato del poeta. Y así ha sido. Lo pueden comprobar en su blog Nunca estuve en NY. Les dejo el enlace, que además de mi nota incluye el video de «Take This Waltz«, rodado en Granada con Leonard Cohen, y un texto del propio Juan de Díos, en el que amplia la info. sobre el disco y sus participantes (además de una pequeña nota biográfica sobre mi persona y una foto mía con Cohen en Granada). A continuación copio y pego mi escrito original antes de la necesaria edición para su publicación en blog ajeno:

«Poetas en Nueva York» fue un ambicioso proyecto discográfico, ideado por Manolo Díaz, para conmemorar el 50 aniversario del asesinato de Federico García Lorca.

Como toda obra o proyecto además de su génesis y desarrollo hay unos antecedentes, unas raíces. En este caso pasan invariablemente por Manolo Díaz. Su visión se pudo llevar a cabo porque dirigía CBS en España. La otra columna fundamental sobre la que se asentó la idea fue el conocimiento que Díaz tenía de la poesía contemporánea española y sus posibilidades comerciales aplicadas al mundo de la música. Esto último, el conocimiento práctico, es fruto de una larga y exitosa carrera artística y ejecutiva. De ser uno de nuestros pioneros del pop- rock madrileño (Los Sonor), pasó a componer éxitos para otros (entre ellos Los Bravos y Massiel), luego fue uno de los primeros, quizás el primero, de los cantautores protesta, para terminar produciendo y dirigiendo. Su primera labor como ejecutivo fue al frente de la dirección artística de la recién creada Discos Acción. Ahí supervisó y alentó la formación de Aguaviva. Una agrupación que cantaba a los poetas españoles del siglo XX y que obtuvo un gran éxito en Italia con un poema de Alberti, “Poetas andaluces”. Y por supuesto, también cantaron a Lorca (tres poemas suyos se incluyeron en el LP de debut de Aguaviva).

Tener al jefe de la compañía involucrado desde el inicio suele ser sinónimo de éxito. Una garantía. Además, Manolo Díaz supo crear el espíritu de equipo necesario a la hora de confeccionar «Poetas en Nueva York«. Algo que se aprecia viendo el resultado final: la variedad de cantautores, representantes de las diversas culturas que configuran los continentes europeos y americanos. La labor de Rafa Alvero, como director artístico de CBS y productor ejecutivo del álbum, también debe ser señalada.

Manolo me incorporó al proyecto, aunque fuese responsable del producto internacional y esto era una producción local. Mi departamento ejercía, por decirlo de alguna forma, de import/export. Por lo que a la larga me tocaría convencer a mis colegas de las filiales de CBS, a lo largo y ancho del mundo, para que editasen el disco.

Mi participación se tradujo en tres de las 11 colaboraciones: los temas de Leonard Cohen, Raimundo Fagner y Chico Buarque, Pepe y Paco de Lucía. Fueron tres contactos (Leonard, Raimundo y Paco) muy fructíferos, especialmente uno de ellos. Con los tres me unía una buena amistad (y con Raimundo algo más: una década después sería el padrino de mi único hijo).

En el tema de Paco de Lucía me limité al contacto inicial. A pesar de estar en discográficas distintas nos conocíamos de hacía muchos años. Concretamente de cuando era parte del Para vosotros jóvenes de Radio Nacional, que dirigía Carlos Tena. En ese programa lanzamos al estrellato su “Entre dos aguas”. Y antes de mi marcha a Nueva York habíamos trabajado juntos en dos producciones de Raimundo Fagner en España. Durante ms años en NY nos veíamos al menos una vez al año, cuando venia a tocar con su grupo o con el trio (McLaughlin, Coryell/Di Meola). Después de ese primer contacto y su interés en participar, Alvero y su departamento tomaron las riendas junto al productor del tema. Su hermano Pepe cantó el poema elegido, «Asesinato«.

Raimundo Fagner era un artista de CBS Brasil. Su participación en «Poetas en Nueva York» fue lo último que grabó para CBS. Ese mismo año de 1986 firmó por BMG Brasil. Nos conocimos en 1981 cuando apareció en España, descubrió el flamenco y las conexiones musicales con su tierra de Ceará (estado nordestino de Brasil). Nos hicimos amigos y hoy en día es mi compadre. Cuando le llamé para plantearle la idea la respuesta afirmativa no se hizo esperar. Le pregunté si nos podía echar una mano con Chico Buarque, buen amigo suyo y una institución de la música brasileña. Me dijo que por supuesto. Y sugirió la idea de hacer un dúo. La propuesta era muy buena. A Manolo le encantó y eligió el poema que ambos grabaron. De la adaptación al portugués de «La aurora” se encargó el gran Ferreira Gullar.

En 1986, ya de vuelta en España, Manolo Díaz, conocedor de mi afinidad con Leonard Cohen cimentada en Nueva York, me pidió que gestionase su colaboración para el disco. Sería la guinda. Cuando le comenté que no creía que hubiese problemas porque la hija de Leonard se llamaba Lorca, sonrió con satisfacción.

Cohen eligió un poema fácil de musicar “Pequeño vals vienés” pero difícil de traducir. Le trajo de cabeza. Fueron dos meses de intenso trabajo (empleó unas 150 horas para adaptar el texto al inglés). Lo cual, por problemas de agenda, nos hizo cambiar el lugar de grabación de Nueva York a Paris (estudios Montmarte). “Take This Waltz” fue el resultado que después retocaría ligeramente para incluirla en su siguiente álbum «I’m Your Man» (1988).

«Poetas en Nueva York» se grabó a lo largo de 1986 y se editó en otoño con un cuadro del pintor Eduardo Urculo de portada. Fue pintado especialmente para el disco. Cuenta con el sello característico de Urculo: un hombre de espaldas con sombrero.

En octubre del 86 Cohen vino a Madrid para la presentación del álbum y para rodar el videoclip de su tema en Granada. Todo estaba calculado al milímetro: primero el viaje para un día de rodaje, incluyendo la visita a la casa-museo de Lorca. Regreso esa misma noche a Madrid. Entre el viaje a Granada y la presentación en Madrid, Leonard hizo promoción y el realizador montó el video.

Take This Waltz” fue un pelotazo en España (n.º 1) y el impulso del álbum «Poetas en Nueva York«. También fue el pasaporte necesario para editar el proyecto internacionalmente con garantías de éxito.

Para quienes tuvimos el honor de participar «Poetas en Nueva York» y “Take This Waltz” nos proporcionó dos motivos de orgullo. El primero ver como nuestra producción pasó a formar parte del siguiente disco del maestro Cohen. Todo un logro desde la península ibérica. El segundo fue obtener el Premio Edison al Mejor Álbum Internacional. Los Edison son los premios oficiales de la industria holandesa, su equivalente a los Grammy.

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Leonard Cohen, Príncipe de Asturias de las Letras

1 de junio de 2011

Leonard Cohen, Príncipe de Asturias de las Letras 2011. Es curioso como hay premios y galardones ajenos que sientes como propios. Y piensas que un mínimo trozo de la cinta de la que cuelga la medalla te pertenece. O al menos que has ayudado a su logro. Supongo que habrá más gente que le suceda lo mismo. Desde Alberto Manzano hasta Manolo Díaz.

Las fotos que adornan esta nota fueron tomadas durante su primer viaje a Granada. Para rodar un clip de «Take This Waltz«, la adaptación que grabó del poema de Lorca «Pequeño vals vienés» para el álbum «Poetas En Nueva York«.

En la primera de ellas estamos en la Alcazaba Vieja; en la segunda nos asomamos por una ventana de la casa-museo del poeta, con su director Juan de Loxa; y en la tercera nos acompaña el periodista británico Howell Llewellyn, quien había viajado con nosotros.

Les dejo unos posts sobre el Maestro (el primero es una pincelada sobre nuestra relación y el último hace referencia a la grabación de la mencionada «Take This Waltz«).

Entradas relacionadas:

Las Diosas de Cohen y Waits (Efe Eme) 

El monje que volvió del frío (by Julio Valdeón Blanco)

Un siglo de canciones 94: “Who By Fire” (por Elena Gabriel)

Un siglo de canciones 66: 5 canciones

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Un siglo de canciones 66: 5 canciones

27 de abril de 2010

Rafa Martínez del blog El auricular digital me pidió colaborar en su serie “5 canciones en la vida de…”. Ayer lo subió y lo traigo hoy a “Un siglo de canciones”, rompiendo un poco la línea habitual de esta sección. Se puede leer ahí o aquí a continuación:

Mis 5 canciones (por Adrian Vogel)

Normalmente el componente emocional es básico a la hora de seleccionar canciones. Solemos recurrir a esos temas que forman parte de la banda sonora de nuestra vida. Llevo más de un año comprobándolo en mi blog con la serie “Un siglo de canciones”, un espacio abierto –como este- a la colaboración espontánea. Y aprovecho a animaros y solicitar vuestras aportaciones.

Espero que el criterio seguido sea de vuestro agrado. Porque lo habitual es refrescar nuestra memoria musical con hechos y eventos de la infancia o adolescencia e incluso de nuestra madurez; un amor o la ruptura que tanto nos marcó; un logro o una decepción; etc. No lo toméis como un afán por ser original pero he pensado que -dado mi perfil- lo más conveniente sería darle un toque “profesional”. Esas canciones que de alguna manera dejaron huella o marcaron mi trayectoria en el mundo de la música.

Like A Shot

La primera vez que entré profesionalmente en un estudio de grabación fue con Burning, en 1975 con su segundo single. Contenía dos canciones originales de la banda: “Like A Shot” en la Cara A y “Rock and Roll” en la B. Es también una de las pocas veces que mi nombre aparece en los créditos de producción (como coproductor junto a Gonzalo García Pelayo, fundador del sello Gong). Algunos de los temas de estos primeros sencillos fueron incluidos en el ya mítico primer “Viva el Rollo”. Un proyecto impulsado por Mariskal Romero, en el que también colaboré en la producción. El álbum recogía el espíritu de una época y también de una ciudad. Y que a mediados de los 70 marcaba los años que empezamos a vivir peligrosamente. Burning fueron la banda sonora de esos tiempos.

Hace uno años el sello Munster reedito estos primeros 45s en un pack doble y me pidieron escribir los textos. Lo podéis leer pinchando aquí.

He encontrado en youtube una versión que grabaron en directo de “Like A Shot” para Radio Nacional (emisora donde algunos de nosotros colaborábamos):

 

Sr. Troncoso

Jesús de la Rosa tenía suficientes canciones para comenzar a grabar un nuevo LP de Triana. Movieplay –propietaria del sello Gong- no estaba muy por la labor. Pero nosotros –el sello y la banda- estábamos convencidos. El primer disco se estaba empezando a mover finalmente: lento pero seguro. Y el calendario de actuaciones se iba apretando poco a poco. Se trataba de aprovechar los huecos y meterse en el estudio. Triana estaban empeñados en autoproducirse, lo cual no encajaba demasiado bien en los planes de Gonzalo García Pelayo. De alguna forma serví de formula de compromiso. El grupo eran amigos y yo sería el enlace con la compañía.

Hijos Del Agobio” era un álbum más denso y complicado que el anterior. “Sr. Troncoso” debía servir de oxigeno. Pero los arreglos y la superposición de pistas grabadas (¡qué obsesión tienen los artistas con grabar todas las pistas!) no cumplían con el propósito. La canción estaba cargada del ambiente y la atmosfera de los demás temas. Sugerí eliminar todo, manteniendo sólo las guitarras acústicas y las percusiones. Aquello cogió otro color. Y ya puestos y viendo a Antonio García de Diego en la sesión comenté “por qué no aprovechamos a este excelente guitarrista y le pedimos un solo a lo “Stairway To Heaven” de los Zeppelin”. A los tres Triana se les iluminó la cara y Antonio se lució a la eléctrica.

 

La Saeta

A principios de 1981 Raimundo Fagner irrumpió en mi vida. Y en 1998 se convirtió en padrino de mi único hijo. A principios de los 80 trabajaba en CBS España y Fagner era artista de CBS Brasil, dirigida por Tomás Muñoz (había sido el fundador de la compañía en España y llevaba instalado unos meses en Río de Janeiro).

Raimundo llegaba con la idea de grabar un álbum europeo (en París y Lisboa). Le llevamos a un festival flamenco en Alcalá de Henares (cartel de primera con Camarón, Lole y Manuel, Manzanita, etc.). Se volvió loco. Cambio sus planes: ¡quería grabar un álbum español! Y nos pusimos manos a la obra. “Traduzir-se” fue el resultado final. El disco incluía varias colaboraciones: «Verde» con Manzanita; grabamos “La Leyenda Del Tiempo” con Camarón (la primera vez que el de la isla cantaba con alguien); había un guiño a la América de habla hispana (una canción de Pablo Milanés fue la elegida para el dúo con Mercedes Sosa); y por supuesto “La Saeta” con  Joan Manuel Serrat, el primer dueto que Serrat grababa en castellano. En su Web se puede leer que esta versión es la mejor: “Probablemente la mejor versión grabada hasta hoy del mítico tema de Antonio Machado musicado por Joan Manuel Serrat. Un extraordinario experimento que nos ha quedado como palpable demostración del talento de los dos intérpretes.

Take This Waltz

Después de pasar cinco años en la central de CBS en Nueva York volví a Madrid, en 1986. Dirigía la cia. Manolo Díaz, uno de los primeros cantautores que hubo (en los 60), compositor de éxito (suyas son muchas canciones de Los Bravos), productor y ejecutivo discográfico de relieve y además pionero de los cultivos tropicales en España (Motril).

Conocedor de mi afinidad con Leonard Cohen me pidió una gestión: estaba preparando un proyecto sobre el Poeta en Nueva York de Federico García Lorca y quería contar con Cohen. El álbum congregaba a lo más florido de la canción de autor de Europa. El bueno de Leonard sería la guinda y elevaría la dimensión del disco. El canadiense aceptó encantado –su hija se llama Lorca– y eligió el poema “Pequeño vals vienes”. “Take This Waltz” fue su adaptación del texto del poeta granadino.

Meses más tarde vino a Madrid para la presentación del álbum y viajamos a Granada, para visitar la casa-museo de Lorca y rodar un documental al respecto (se convirtió en el videoclip que podréis ver más abajo).

Para los curiosos os aconsejo leer Las Diosas de Cohen y Waits (Efe Eme)

Indicios De Arrepentimiento

Tras mi salida de CBS monté Compadres. De todos los líos en los que me metí quisiera destacar la vuelta de Carlos Berlanga al mundo de la música. Gracias a Pablo Sycet contacté con él y nos pusimos de acuerdo rápidamente. Las maquetas de las canciones nuevas eran muy buenas.

Indicios” fue el titulo del álbum. Y a fecha de hoy está considerado por la crítica como uno de los mejores discos de la historia del pop español (entre los 10 mejores de los 90). Editado cuatro años después de su primer disco en solitario –que no tuvo ninguna repercusión- se quedó a las puertas del disco de oro (entonces eran 50.000 unidades; con los parámetros de hoy lo hubiese conseguido).

 Y aquí si que me ha sido difícil elegir un tema. Tengo tantas favoritas. Casi todas. Al final me he decidido por la que fue el primer single “Indicios De Arrepentimiento”.

 

Entradas anteriores en:

Un siglo de canciones (todos los posts)

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El monje que volvió del frío (by Julio Valdeón Blanco)

26 de marzo de 2009

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Sorprende lo lilas que pueden ser algunos entendidos. Rob Hallet, el hombre que ha devuelto a Leonard Cohen a los escenarios, contaba en una entrevista concedida a Rock´s Backpages como tuvo que convencer a sus socios de la promotora AEG Live. Tras quince años sin girar, pensaban que era un penitente sin casulla, un tigre desdentado, que olía a cadaverina y no interesaba más que a cuatro pelmas. Insistente, Hallet, que confiesa haber seguido a Cohen desde niño, logró su propósito.

 

Recuerden que el autor de “The Future” venía de perder en 2005 cinco millones de dólares, casi todo su capital destinado a la jubilación, a manos de Kelley Lynch, su mánager, una de esas contables enrevesadas que caen sobre tu grupa para chuparte el tuétano. Para flipe de todos, los tres primeros conciertos de la gira, celebrados en Toronto, agotaron el papel en día y medio. En Dublín despacharon 36.000 localidades para dos recitales en hora y media, añadiendo un tercero.

 

Su relevancia es tal que incluso los sositos de la Operación Triunfo británica, esos mediocres que confunden canto y culturismo vocal, interpretan sus canciones: uno de los sucesos más psicodélicos de los últimos tiempos tuvo lugar hace pocos meses; Jason Castro, la muchachita que lideraba la pasada edición del concurso, versioneó, claro, “Hallelujah”, descubriéndosela a las nuevas generaciones, tan idiotizadas que debieron pensar que era suya. Escandalizado, el sector cool de la audiencia patrocinó la adquisición en Itunes de la versión firmada por Jeff Buckley. A los pocos días ambas tonadas alcanzaban los números 1 y 2 de las listas.

 

Con las cuentas bancarias aseguradas, lo que importa, o sea, la música, esa música de noches fatigadas, esos versos radiantes, metálicos, que hablan de amor al raso y sexo melancólico, la música de diamante parida por el «pequeño judío que escribió la Biblia», sigue quemando. Sus asociados alucinan cuando repite, noche tras noche, conciertos de casi tres horas. Ninguna crítica ha bajado del sobresaliente. Su voz conserva el herraje candente, profundo. Suena poderosa y vibrante, sabia.

  

Para muestra, su nuevo disco, “Live in London”, grabado en el O2 de Londres el pasado julio y adelantado en exclusiva por npr music. “Dance Me To The End Of Love”, “Ain´t No Cure For Love”, “Bird On The Wire”, “In My Secret Life”, “Closing Time”, “Democracy”, “I´m Your Man”, “Take This Waltz” o “So Long, Marianne” suben por tu espinazo como mariposas borrachas, como un palpitante galope de cirios y estrellas, como una gloriosa cascada de tenues fogatas y lágrimas quebradizas, con la serenidad y el buen hacer de un fulano que conoce sus limitaciones y las transforma en azulete para calmar dolores.

 

Queremos que nuestros poetas vivan descorchando Borgoña y nos jode la idealización del bardo que camina descalzo y extrae néctar de las moscas, pero también que su arte continúe vivo, y ante la demostración de poderío ejercitada por Cohen podemos respirar muuuuy tranquilos; de hecho, en este tour de 2008/09 luce tan inspirado e inquieto que sólo resta orgasmar bajo la avalancha de rosas asimétricas, labios ensangrentados, palomas y cicatrices que regala. Bueno, y rezar para que el anunciado nuevo disco, con canciones inéditas, se haga realidad a finales de año.

                                      

ENTRADA RELACIONADA:

 

Las Diosas de Cohen y Waits (Efe Eme)

 

ENTRADA ANTERIOR DEL AUTOR:

 

La cólera de Dios (por Julio Valdeón Blanco)

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