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Se apagó la luz de Caballero Bonald

Se apagó la luz de José Manuel Caballero Bonald. Un faro de muchas madrugás, de mañanas, tardes y noches. Caballero Bonald (Jerez de la Frontera, 1926 – Madrid, 2021) era ante todo un hombre culto, de vasta cultura. Asumo que influido por sus progenitores (padre cubano y madre descendiente de aristócratas franceses), supo navegar entre las mal llamadas alta cultura y baja cultura. Apasionado de esta última, especialmente del flamenco, siempre supo distinguir cual era la música popular de su tiempo. En casi todos los obituarios que lean destacarán su faceta de escritor, sobre todo como poeta. Es justo que sea así. Pero no podemos ni debemos olvidar su aportación a la música popular.

Fue además un excelente gestor cultural. El librero asturiano Silverio Cañada fundó Ediciones Júcar (Gijón, 1967). Encargaría la dirección de la editorial a Pepe Caballero Bonald, que abrió oficina en Madrid y bajó su mandato se editaron casi 2.000 libros. Cañada y Caballero Bonald le compraron una idea a otro grande, Mariano Antolín Rato (trabajaba de traductor en la editorial): ampliar al rock la colección «Los Juglares» dedicada a los cantautores, bajo la dirección del propio Antolín Rato, el primer traductor español de las letras de Bob Dylan. En «Los Juglares» se editaron los primeros libros en España sobre Bob Dylan (del gran Jesús Ordovás), Leonard Cohen, Serrat (de Vázquez Montalbán), The Beatles, The Who, Simon & Garfunkel, etc. Se tradujeron libros franceses sobre sus principales cantautores, Ramón de España publicó volúmenes en los 80 sobre Roxy Music y Buddy Holly. Marcos Ordoñez (Gato Pérez) y Ramón Chao (George Brassens) también forman parte del ilustre elenco de autores de «Los Juglares«.

Su labor de difusión del flamenco fue muy activa en varios frentes. Como letrista, productor y director de sello discográfico. Las alegrías que abren este post son letra suya. Como todas las de los dos primeros discos de Diego Clavel, a quien produjo esos dos primeros LPs para Ariola. «Tierra» el doble álbum de El Lebrijano también son letras suyas. Lo produjeron ambos. Entre Clavel y El Lebrijano, Caballero Bonald dirigió el sello Pauta para Ariola. Pauta, fue la respuesta a mediados de los 70 del jefe de Ariola, Ramón Segura, al éxito de Gong, el sello en Movieplay de Gonzalo García-Pelayo (entonces Garcíapelayo). Gong ampliaba sus miras al rock, mientras Pauta se enfocaba en el flamenco y la canción de autor. El día a día de Pauta lo llevaba Charo García. En Pauta reeditaron el primer LP de Luis Eduardo Aute (RCA) y le grabaron dos más («Babel» y «Sarcófago«). Rosa León, el Forgesound, Miro Casabella, María del Mar Bonet, Paco Ibáñez y el Cuarteto Cedrón, Manuel Gerena, El Sordera, Agujetas padre e hijo, son algunos de los artistas que formaron parte de los casi tres años de existencia de Pauta.

Como productor, aparte de los mencionados y por mencionar, destacar dos discos para Ariola: el «Heliotropo» de Vainica Doble y «Rito» de Aute con el gran Carlos Montero en la dirección musical y artífice de los arreglos.

Ramón Segura y Pepe Caballero Bonald se conocían desde los tiempos de Vergara, la discográfica barcelonesa que fue adquirida por la alemana Ariola. En Vergara, Caballero Bonald puso en marcha y produjo en 1968,  con Segura coordinando, la magna obra «Archivo del Cante Flamenco«. En seis discos se recorrían todos los cantes, divididos en Cantes Primitivos y Cantes Derivados. Esta antología, años después, me sirvió de enciclopedia para mi aprendizaje flamenco.

Mi admiración por José Manuel Caballero Bonald fue siempre desde la distancia. Coincidímos brevemente en la presentación de «La raíz del grito«, el segundo LP de Diego Clavel con portada de Guinovart (Ariola, 1974). En esa época trabajaba en medios. Se mostró interesado por el hecho de alguien apasionado por el rock apreciase el cante. Volvimos a coincidir en otros saraos: la presentación de Pauta, el Forgesound y el «Babel» de Aute. Breves ráfagas, en las que su luz se proyectaba en cada frase. Muchos años después nos vimos en BMG (el grupo empresarial formado tras la compra de RCA por parte de Ariola). Yo trabajaba ahí. Salía del despacho de Tato Luzardo (exbatería de Canarios y brazo derecho de Segura) y nos cruzamos en la escalera. El subía y yo me disponía a bajar a mi despacho. Su cariñoso saludo me sorprendió. Me agarró del brazo y me pidió que le acompañase. Había quedado para comer con Ramón Segura. Tato, testigo de la escena, se acercó y se dieron un fuerte abrazo. Dos sentidos del humor complementarios: el canario y el jerezano. Segura no le hizo esperar demasiado tiempo. El suficiente para alertarnos que si teníamos pendientes con el jefe que aprovechásemos, porque la comida, según costumbre, se alargaría bastante. Tato le replicó que como ya lo sabía había cancelado el desayuno conjunto que tenían para el día siguiente.

He sabido de su fallecimiento por Javier Rioyo en su muro de Facebook. Pedro Lópeh en el suyo puso el video de Diego Clavel. Y Ángel Sánchez Harguindey recordaba en FB esta frase del desaparecido maestro:

«Un buen poema es la máxima temperatura que puede alcanzarse manejando el idioma. Un buen poema justifica toda una vida. Ojalá me llegue algún día ese buen poema».

Archivo cante flamenco

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Paul Simon también vende

Paul Simon se une a la lista de ilustres, encabezada por Bob Dylan y Neil Young, que vende todos los derechos de su obra. Todo el repertorio del genial cantautor pasa a ser propiedad de la editorial musical de Sony. Incluye tanto sus canciones en solitario como las compuestas para Simon & Garfunkel. Entre estas encontramos la muy versionada por casi todos los grandes «Bridge Over Troubled Water«, que dio título al último álbum en estudio del dúo.

Ni el autor ni Sony Music Publishing (SMP) han desvelado el precio de la adquisición de las más de 400 canciones de Simon.

De alguna manera esta operación es la respuesta de Sony al otro gigante editorial, Universal Music Publishing (UMP). En concreto a dos operaciones de UMP: la compra del catalogo de Bob Dylan (por el que Sony perdió la administración del mismo) y el fichaje como autora de Taylor Swift. La cantautora abandonó SMP para firmar por Universal (en un acuerdo que comprendía tanto la editorial musical como la discográfica).

Paul Simon (79 años), casado tres veces, tiene cuatro hijos que heredarán un buen pico.

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Un gran regalo

Ayer después de comer me acerqué al FNAC de Callao. Quería comprar el «Christmas» de Michael Bublé y «El Camino» de los Black Keys. No compre ninguno de los dos. ¿Por qué? Por los precios: solo vendían las ediciones deluxe, esas que van con DVD (nuca he visto ninguno de los que incluyen en los discos). El del canadiense costaba 19,95€ y el de la banda de Akron (Ohio) costaba un euro menos. Mire en El Corte Inglés: no tenían el de Black Keys -ni sabían lo que era- y el de Bublé valía 18,95€. No me compensaba, porque en el almacén francés con la tarjeta de socio y el descuento me salía mejor que en el ECI. Así que me esperaré a las rebajas… no tengo prisa.

Lo que si compré fue una edición que contiene los cinco álbumes que Simon & Garfunkel grabaron para Columbia Records (CBS). A un precio imbatible: 19,95 menos el euro de descuento de FNAC. Solo por «Bridge Over Troubled Waters» merece la pena la compra.

Y aprovecho para recomendárselo a todo el mundo. Es un gran regalo. No puedes fallar. Gusta a todos los públicos, de todas las edades.

Recuerdo que en mi época infantil/juvenil estos (y Cat Stevens) eran el tipo de artistas y música que aborrecía. Gracias a Hilario Camacho fui descubriendo matices y sonoridades. Y Paul Simon creció en mi valoración. Afortunadamente cuando en Nueva York  tuve que trabajar con ellos (el directo de Central Park) ya estaba empapado de su música y la apreciaba.

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Un siglo de canciones 109: “The Sounds Of Silence” (por Elena Gabriel)

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Un siglo de canciones 109: “The Sounds Of Silence” (por Elena Gabriel)

Es, según la revista Rolling Stone, la canción 156 en la lista de las más grandes. Yo le daría un puesto mucho más alto: es un icono de la segunda mitad del siglo XX. Y ellos son uno de los dúos más grandes de la historia musical.

Una canción acústica…

La soledad, la incomprensión, la falta de contacto humano en la sociedad modernizada de los años 60 en adelante fue un tema objeto de mucha inspiración. Tema recurrente para el arte, el humor, la vida en general… Mientras más nos acercamos tecnológicamente más nos alejamos humanamente. Este es el eje sobre el cual gira una de las canciones más bonitas y populares de la última mitad del siglo pasado.

Poco tiempo después del asesinato de John F. Kennedy, Paul Simon compuso una melodía. Pasaron los meses y decidió ponerle una letra. Fue en su cuarto de baño donde cuajó la canción: era un buen sitio para la acústica debido a los azulejos, que facilitan el eco… y el agua corriendo de los grifos tenía un efecto relajante.

A mediados de febrero, la canción estaba ya acabada.

No fue fácil. Su canción estrella necesitó mucha elaboración: “Tardé seis meses en escribirla. Iba a frase diaria”, declaró Paul Simon.

The Sound Of Silence era una pieza perfecta, acústica. «Acaba de terminar mis estudios y trabajaba para una editorial musical, iba por las compañías discográficas vendiendo canciones de otros compositores. Para otros artistas, claro…” No consiguió vender ninguna y se sentía culpable por cobrar un sueldo sin dar nada a cambio. Pensó en regalar “The Sound Of Silence” a la editora… pero tras una disputa, Paul Simon se quedó sin empleo y conservó su canción.

Una suerte…

La clave de The Sound of Silence

…según Simon, estriba en la sencillez de su letra y melodía. “Es una letra para jóvenes de 20 años, habla de soledad, incomunicación… era una rabia post-adolescente, nadie habla, nadie escucha a nadie… pero conectaba con la gente. Porque era una melodía sencilla y fácil de cantar… no es sofisticada, es un sentimiento que tenía en aquel entonces. Debo haber cogido ideas de cosas que leí en libros, o de la Universidad… “

De hecho, se ha comparado la letra con frases de El Lobo Estepario de Hermann Hesse.

Harry Haller, el protagonista, también camina solo de noche bajo la lluvia y habla de adoquines, lluvia, calles estrechas, farolas que relucen y se reflejan en el suelo. También levanta el cuello de su abrigo para protegerse del frío. Y también descubre una luz de neón en la noche en forma de anuncio luminoso. Una imagen romántica de la soledad.

Wednesday Morning 3 A.M

En cualquier caso, Simon quería grabar. Ofreció el tema a Tom Wilson, productor en CBS. Aunque en un principio Wilson quiso el tema para The Pilgrims, un grupo de su sello, tras escuchar cómo la cantaban Simon y Garfunkel, decidió firmar con ellos y grabarla.

Entraron en el estudio en marzo de 1964 y grabaron varias canciones para su primer LP, Wednesday Morning 3 A.M. Un disco lleno de canciones folk, acústicas y muy dulces. Muchos temas tradicionales, otros firmados por otros artistas y sólo cuatro temas propios. Entre ellos, “The Sound Of Silence”. Roy Halee era el técnico de sonido. El álbum salió a la venta en octubre del mismo año pero pasó inadvertido. Apenas se vendieron un par de miles de copias.

Era 1964, el año de la Beatlemania y la segunda British Invasion desembarcaba en Estados Unidos. El show de de Sullivan hizo poco caso del dúo neoyorquino: la sombra de los Beatles era poderosa.

Fue el primer final de S&G: este fracaso hizo que el dúo se separará, Paul Simon decidió marcharse a Inglaterra mientras que Art Garfunkel siguió en la Universidad.

En mayo de 1965, Simon graba, en Londres, su primer LP en solitario, The Paul Simon Songbook, incluyendo una vez más su “The Sound of Silence”.

Esta vez la canción sonó en las radios. No fue un éxito pero llegó a los oídos de Tom Wilson.

La conexión Dylan

Tom Wilson era un productor de jazz que había pasado a trabajar con Bob Dylan entre 1963 y 1965. Fue el artífice de su paso del folk al sonido eléctrico, productor de Dylan hasta Highway 61 Revisited. Con la ayuda de Bob Johnston, quien dio el toque final al tema estrella, “Like A Rolling Stone”. Y curiosamente, también coprodujo el tema que nos ocupa.

El 15 de junio de 1965 fue un día histórico para el rock. Ese día Bob Dylan grababa justamente “Like A  Rolling Stone” en los estudios de CBS, con algunos músicos de lujo: Michael Bloomfield a la guitarra, Bobby Gregg a la batería y Al Kooper, que se uniría al día siguiente para tocar un órgano Hammond.

Al terminar la sesión y marcharse los músicos, Wilson simplemente cogió el máster original de “The Sound Of Silence” y la “electrificó”: grabó, sobre el original, otro acompañamiento a base de guitarra y bajo eléctricos (Al Gorgoni y Bob Bushnell) y se quedó con el mismo batería de Dylan (Bobby Gregg). Simplemente lo sobreimprimió, overdubbed. Roy Halee (Laura Nyro, Byrds, Journey) uno de los mejores ingenieros de sonido, estaba a cargo de la mesa de mezclas.

Era una jugada de la CBS que se aprovechaba del éxito creciente del folk-rock. Por supuesto, sin el consentimiento, ni siquiera conocimiento de Paul Simon, quien seguía en Londres. Eso sí, bajo contrato aún con CBS como S&G.

El éxito

En septiembre de 1965 CBS lanzaba el single “The Sounds of Silence” y “We’ve Got A Groovey Thing Goin’” como cara B. No tardó nada en llegar a las listas de éxitos del Pop y la prensa se hacía eco de su ascenso.

Paul Simon se encontraba en Dinamarca cuando supo que su canción era un hit; tuvo que regresar y reformar el grupo con Art Garfunkel. Había que aprovechar el éxito y su segundo LP, ya eléctrico, llevaba el título genérico de Sounds of Silence. Se grabó a toda prisa para coincidir con el hit, que para el día de Año Nuevo de 1966 ya era en el número 1 en las listas de Estados Unidos.

Esta vez como “The Sounds of Silence”, en plural.

De ese LP salieron otros éxitos como “Homeward Bound” o “I Am a Rock”. Posteriormente, Mike Nichols incluiría “The Sounds of Silence” en la banda sonora de película El Graduado, encargando al dúo “Mrs Robinson” como tema central.

También suena la canción en la película Bobby, homenaje a Robert F. Kennedy.

Desde ahí todo fue un constante progreso. Conocemos la historia: Bridge Over Troubled Water, su último LP como dúo, lanzado en 1970, fue uno de los discos más vendidos dela historia.

¿Consagrados gracias a un productor con iniciativa? Probablemente. No se sabe qué habría pasado si, tras grabar “Like A Rolling Stone”, Tom Wilson se hubiera marchado a su casa o a donde fuera. O si no le hubieran dado importancia a aquel single acústico…

Tom Wilson acabó trabajando como un alto ejecutivo discográfico, no sin antes producir a Velvet Underground. Bob Johnston fue el productor de Dylan hasta 1970.

El resto es historia.

Hello darkness, my old friend
I’ve come to talk with you again
Because a vision softly creeping
Left its seeds while I was sleeping
And the vision that was planted in my brain
Still remains
Within the sound of silence
In restless dreams I walked alone
Narrow streets of cobblestone
‘Neath the halo of a street lamp
I turned my collar to the cold and damp
When my eyes were stabbed by the flash of a neon light
That split the night
And touched the sound of silence
And in the naked light I saw
Ten thousand people, maybe more
People talking without speaking
People hearing without listening
People writing songs that voices never share
And no one dared
Disturb the sound of silence
«Fools», said I, «You do not know
Silence like a cancer grows
Hear my words that I might teach you
Take my arms that I might reach you»
But my words, like silent raindrops fell
And echoed
In the wells of silence
And the people bowed and prayed
To the neon god they made
And the sign flashed out its warning
In the words that it was forming
And the sign said, «The words of the prophets are written on the subway
walls
And tenement halls»
And whispered in the sounds of silence

Hola oscuridad, mi vieja amiga,
vengo a hablar contigo otra vez.

Porque una visión deslizándose
lentamente dejó su semilla mientras yo dormía

Y la visión plantada en mi cerebro
aún permanece dentro de los sonidos del silencio.

Caminé solo en sueños sin descanso
por  calles estrechas de adoquines, bajo
el halo de una farola.

Alcé el cuello de mi abrigo
protegiéndome del frío y la humedad cuando mis ojos fueron apuñalados

por el flash de la luz de neón que
quiebra la noche y toca los sonidos del silencio.

Y en la luz desnuda vi diez mil
personas, quizás más…. gente
conversando sin hablar,  gente
oyendo sin escuchar, gente escribiendo canciones que las voces nunca comparten.

Y nadie se atrevió a interrumpir los
sonidos del silencio.

“¡Tontos!,” dije, “no sabéis que el
silencio crece como un cáncer, escuchad mis palabras para que os enseñe, coged
mis brazos para que os toque.”

Pero mis palabras cayeron como gotas
de lluvia silenciosas y se oyó el eco en el pozo del silencio.

Y la gente se inclinó y rezó al dios
de neón que crearon.

Y la señal luminosa advirtió, con
las palabras que se iluminaban, diciendo: “Las palabras de los profetas están
escritas en los muros de los túneles de metro
y en las corralas. Y murmuradas en los sonidos del silencio.”

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Un siglo de canciones (todos los posts)

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Un siglo de canciones 33: “Bridge Over Troubled Water” (por Antonio Perea)

31 de agosto de 2009

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(Un tributo a Larry Knechtel)

Rebuscaba yo en el desván de viejas músicas en que poco a poco se ha convertido mi cerebro para decidirme por una que incluir en esta serie de Un Siglo de Canciones, cuando la actualidad ha irrumpido cruelmente en tal proceso al llegarme la noticia del fallecimiento el pasado 20 de agosto en California de Larry Knechtel. Aunque pianista en innumerables sesiones de grabación, líder del grupo Bread y músico polimorfo, multiinstrumentista y superdotado, curiosamente Knechtel debía gran parte de su relativo reconocimiento popular a un solo trabajo: su colosal arreglo y acompañamiento al piano del tema de Paul Simon Bridge Over Troubled Water” que daba nombre al último álbum de Simon y Garfunkel.

Si el jefe Vogel no se opone (y si estas leyendo esto es que no se ha opuesto), hablar de ello servirá tanto para glosar la historia una canción merecedora a mi juicio de figurar en esta antología, cuanto para recordar el nombre de Larry Knechtel, precisamente el nombre que, al escuchar la fuerza de su piano, buscábamos todos en la carpeta de ese LP, imprescindible para varias generaciones de aficionados. Aquel arreglo de Knechtel para piano, en el que trabajó durante días en compañía de Garfunkel, merece una consideración diferenciada y paralela al de la extraordinaria canción a la que envuelve. Y no sólo por la dolorosa circunstancia de la desaparición del  artista en estos días, sino por la fuerza y la calidad de ese teclado que juega con la dinámica de la melodía como si, en efecto, se debatiera por debajo de ella una corriente turbulenta que sus notas se afanan en aplacar.

Se podría decir que el piano de Knechtel fue durante aquel 1969 el puente que superó las aguas turbulentas que discurrían desde hacía años entre Simon y Garfunkel. Cualquier biografía que se consulte de este dúo tiene por fuerza que emplear más tiempo en explicar sus sucesivos y numerosos alejamientos entre sí que su obra conjunta. Si bien 1955 – tenían dieciséis años- puede ser el año inicial de la historia del dúo en el instituto de Forest Hills del Queens neoyorkino, y 1970 el final de la misma con el lanzamiento de “Bridge Over Troubled Water”, la verdad es que su decurso es un guadiana de separaciones y reconciliaciones de las que, menos mal, surgieron algunos de los himnos más emblemáticos de la juventud de los últimos años sesenta y primeros setenta. Pero a pesar de esa calidad, en absoluto encontramos la cantidad de producción que cabría esperar para un periodo de quince años de mentes musicales tan brillantes.

La primera separación se produce ya en el instituto por un quítame allá esa autoría de una maqueta. Tengo entendido que tras la bronca, Paul anduvo trabajando con una pecosa de su edad, compañera también del “insti”, que se llamaba Carole Klein y que años después triunfaría en la música tras cambiar su apellido y presentarse al mundo como Carole King. ¡Vaya con el instituto de Forest Hills, lo que hubiera dado yo por hacer ‘pellas’ en su patio! En 1963, Art y Paul se unen de nuevo para grabar “Wednesday Morning 3:00 AM” un disco hoy archiconocido pero que entonces fue poco menos que un fracaso. Total: otra vez cada uno por su lado. Tiempo después, el éxito de su tema principal “Sounds of Silence” en una versión no autorizada por Simon, hizo a éste volver de un periplo de aprendizaje por Europa y recuperar junto con su compañero tanto esa como otras de sus viejas canciones. El resultado fue el álbum “Parsley, Sage, Rosemary and Thyme”. El director cinematográfico Mike Nichols recuperó también por entonces –1966- algunas canciones viejas para incluirlas en su exitoso film “El graduado” y aquí empezaron de verdad los reconocimientos al dúo neoyorkino, grammies, oscars y conciertos masivos incluidos. Todavía anduvieron juntos para grabar el intimista y –para mí- grandioso álbum “Bookends”.

BridgeWaterLP

Pero en 1969 sus relaciones ya empezaban otra vez a agriarse. La grabación de “Bridge Over Troubled Water” apareció sólo con once de las doce canciones previstas al no ponerse de acuerdo las dos estrellas en cuál debería ser la duodécima, y después del lanzamiento del álbum en 1970, tras un par de conciertos el dúo dejó definitivamente de grabar.

Algún amigo ‘caritativo’ de Arthur Garfunkel hizo circular la especie de que de las tres estrofas que componen la canción “Bridge Over Troubled Water”, el cantante grabó primero la tercera, pues temía los exigentes agudos finales a los que en los ensayos no solía llegar. No me lo creo. Y si esto es así, me quito el sombrero ante la honestidad del cantante, pues he podido comprobar en diferentes grabaciones de sus conciertos en vivo que circulan por la red que en ningún caso cede a la tentación de trasponer sus notas desde la tonalidad –endemoniada, por cierto- de Mi bemol en que suena el disco a otras más accesibles. Pero sí parece ser cierto que Garfunkel no se sentía muy cómodo cantando aquella canción, aunque no por su tesitura vocal, sino porque él la consideraba un producto demasiado personal de Simon y, por tanto, ajeno a sí. Nunca creyó del todo a Simon cuando le aseguraba que la había escrito expresamente para él, y durante mucho tiempo Garfunkel insistió en que debería ser su autor quien la cantara, aunque fuera a base de falsete. Una vez más, pues, emergían los problemas de autoría que atormentaban las relaciones del dúo desde el instituto de Forests Hills.

Dicen que la versión inicial de Simon sólo tenía los dos primeros párrafos de los tres que conocemos, y que desde el primer momento la había concebido para ser acompañada por piano solo. Garfunkel y los productores le habrían convencido para añadir una tercera estrofa y enriquecer el arreglo. Soy de los que piensan que, en efecto, Simon tenía razón. La última estrofa me parece inconexa en su texto con las dos primeras, y su arreglo, que incorpora una orquesta a diferencia de las dos estrofas anteriores con piano solo, me resulta ampuloso. Pero reconozco que la voz de Garfunkel está imponente y merece tal envoltorio. Y no seré yo quien le ponga pegas a una obra maestra.

El caso es que entre todos estos personajes nos legaron para disfrutarlo este himno de varias generaciones. Y que hoy puede servir, además, para recordar la figura de Larry Knechtel, el músico que aplacó con un arreglo inmortal las turbulentas aguas que se debatían bajo las notas de una canción sencilla y genial.

BRIDGE OVER TROUBLED WATER

When you’re weary, feeling small

When tears are in your eyes,

I will dry them all

I’m on your side.

Oh, when times get rough

And friends just can’t be found

Like a bridge over troubled water

I will lay me down

Like a bridge over troubled water

I will lay me down

 

When you’re down and out

When you’re on the street

When evening falls so hard

I will comfort you

I’ll take your part

When darkness comes

And pain is all around

Like a bridge over troubled water

I will lay me down

Like a bridge over troubled water

I will lay me down

 

Sail on Silver Girl,

Sail on by

Your time has come to shine

All your dreams are on their way

See how they shine

Oh, if you need a friend

I’m sailing right behind

Like a bridge over troubled water

I will ease your mind

Like a bridge over troubled water

I will ease your mind

 

PUENTE SOBRE AGUAS TURBULENTAS

Cuando estés abrumada

y te sientas pequeña,

cuando haya lágrimas en tus ojos,

yo las secaré todas,

estoy de tu lado.

Cuando los tiempos se pongan feos

y los amigos no aparezcan,

como un puente sobre aguas turbulentas

yo me tenderé.

Como un puente sobre aguas turbulentas

Yo me tenderé

 

Cuando te sientas deprimida y olvidada,

cuando deambules errática,

cuando el ocaso caiga con dureza,

yo te confortaré.

Estaré de tu lado

cuando llegue la oscuridad

y el dolor te envuelva.

Como un puente sobre aguas turbulentas

yo me tenderé.

Como un puente sobre aguas turbulentas

yo me tenderé.

 

Navega, Chica de Plata,

sigue navegando.

Tu estrella está aquí  para brillar.

Todos tus sueños van por buen camino,

mira cómo resplandecen.

Si necesitas un amigo,

yo navego justo detrás de ti.

Como un puente sobre aguas turbulentas

aliviaré tu mente.

Como un puente sobre aguas turbulentas

aliviaré tu mente.

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