Ha sido un fin de semana lleno de emociones. La celebración del décimo aniversario de nuestro Mundial, el de Sudáfrica, ha marcado mi agenda. Ese golazo de Puyol en la semifinal contra Alemania. Casillas salvando en la final dos mano a mano contra Robben, con el marcador 0-0. Sobre toda la que sacó con el pie, vencido hacía el otro lado porque el extremo neerlandés le había engañado. El pie de dios… Y por supuesto el golazo de Iniesta, finalizando la prórroga y que nos valió ganar el título. Ver de nuevo los partidos tuvo una enorme carga emocional. Especialmente estos dos. Recordar esos momentos, inéditos entonces para nuestra selección como una semifinal y una final de un Mundial, me empaparon los ojos y entrecortaron la voz. Casi no podía articular palabras y comentar los aspectos más señalados con La Mundana. Hace 10 años vimos ambos encuentros juntos.
No pude extender mis lágrimas de alegria a la Liga, porque el Barça ganó en Valladolid. No aflojan. Era previsible. Contaba con que ganasen sus cuatro últimos partidos hasta el final. Les quedan dos por jugar (y ganar).
De mis emociones deportivas pasamos a las electorales. Y fabulo con las lágrimas de los Pablos, Casado e Iglesias.
Las de Pablo Iglesias quedan reflejadas en su tuit. Y las de Pablo Casado, que negará y nos contará una milonga de las suyas sobre los resultados, se resumen en dos puntos:
- Núñez Feijóo iguala las cuatro mayorías absolutas de Fraga. Y en estas elecciones mejora los resultados de las anteriores aunque repita número de escaños. Su estrategia de campaña fue diametralmente opuesta a las directrices de Casado. Que si se aplicaron en el País Vasco: coalición con Ciudadanos, cambio en la candidatura electa (Alonso) para retornar a un bobo del pasado (Iturgaiz), salida de activos del partido en desacuerdo con lo que se cocinaba desde Madrid (como Semper), política Cayetana de confrontación (aunque estuvo callada y oculta durante la campaña).
- El resultado de las elecciones vascas ha sido penoso para el PP. Han reducido sus escaños a prácticamente la mitad. Han pasado de nueve escaños a cinco.
Feijóo (PP) y Urkullu (PNV) ganaron sus elecciones mejorando sus resultados anteriores. Al gallego se le veía genuinamente emocionado. Lo suyo es una gesta.
De estas elecciones hubo dos aspectos que me llamaron la atención. Ambas relacionadas con mujeres. La primera es que de las seis candidaturas del País Vasco cuatro estaban encabezadas por mujeres. Y la segunda, es que aparte de los dos ganadores, el protagonismo ha sido para las dos mujeres que encabezaban las candidaturas del BNG y Bildu. Ambas han quedado segundas y sus formaciones han experimentado subidas. Grande la de los gallegos (13+) y buena la de los vascos (5+).
El PSOE repitió subió un escaño tanto en Galicia como en el País Vasco.
Y por supuesto lágrimas de tristeza y rabia por los ciudadanos a los que no se les permitió contar. Muy mal por parte de las autoridades que tuvieron tiempo suficiente para tomar las medidas necesarias y no hicieron nada. Restringir el derecho democrático a votar no es muy buena señal. Y menos aún en 2020.
Me queda un final de lunes emocionante: el Real Madrid juega en Granada. Otra final. Hay que seguir sumando!!! De tres en tres a ser posible. Partido que preveo complicado…