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El Chelsea sembró el pánico (Real Madrid 2 Chelsea 3)

Antonio Villalba realmadrid.com

El Chelsea sembró el pánico en el Bernabéu. Desde el minuto 15 cuando Mount hizo el 0-1. Un golazo, que contó con la pasividad de nuestros centrales.

La vuelta arrancó con un Real Madrid de buen tono. Mas ese primer gol nos metió el miedo en el cuerpo. El equipo empezó a flaquear y a no dar una a derechas. Se fallaban los pases, incluso los fáciles; ellos llegaban antes a los balones divididos; ganaban todos los balones por alto. Nos presionaban por todo el campo y no nos daban respiro. Se anticiparon en todas las jugadas.

Ancelotti hablaba de defensas optimistas y pesimistas. Los optimistas son aquellos que piensan que nada va a salir mal y se confían Acaban fallando. Los pesimistas son los que piensan que algo puede torcerse. Están siempre concentrados y no cometen errores. Siguiendo este símil soy un madridista pesimista. Siempre me pongo en lo peor. Y detesto los ambientes de euforia artificiales. Salvo cuando se celebran títulos. Estaba preocupado por el partido de Liga ante el Getafe tras el 1-3 de Londres. Y muy preocupado respecto a la vuelta frente a los de Tuchel. Así lo expresé en el post de ayer que despedí con «El Chelsea no ha dicho su última palabra…».

Lo mejor que le pudo pasar al Madrid fue llegar con 0-1 al descanso.

Mi estado de ánimo se hundió en el 50 cuando Rüdiger cabeceó el 0-2 a la salida de un córner que no fue. ¡Menudo partidazo el del central! Resulta complicado destacar a un solo jugador del Chelsea. Marcos Alonso, Kanté, Kovacic, etc. Pero Rüdiger estuvo inmenso, tanto en defensa como en ataque. Y en el centro del campo. Porque tanto él como Thiago SIlva adelantaron sus posiciones al círculo central. Cortocircuitaban el escaso juego blanco. Escaso precisamente por ellos y su línea de medios, con Kovacic y Kanté al mando.

El pánico alcanzó niveles estratosféricos cuando Marcos Alonso anotó en el 62. Afortunadamente el VAR detectó que había tocado el esférico con la mano. Ya pueden imaginar el alivio con la anulación del gol. Esta acción puso fin a una reacción blanca iniciada con un lanzamiento de falta de Kroos en el 55. El meta del Chelsea, Mendy, voló y evitó el gol. Era la primera vez que le pusimos a prueba. El equipo se rehizo y se vino arriba. Tras la incertidumbre del gol anulado hubo cierto titubeo. Y a los tres minutos Benzema cabeceó al larguero un pase de nuestro Mendy. Las dos primera ocasiones blancas se produjeron en estos 10 minutos de la segunda mitad (del 55 al 65). Muy poco bagaje ofensivo para cualquiera y más si juegas en casa.

Camavinga entró en el 72 por un Kroos que se marchó visiblemente enfadado. Se buscaban piernas y frescura.

El espejismo blanco se desvaneció en el 75 con el 0-3 de Timo Werner. En nuestra enésima pérdida en la salida de balón este se lo llevó el delantero, que desde que fichó por el Chelsea ha perdido su olfato goleador. A trancas y barrancas se impuso tras dejar sentado a Casemiro en el área y puso por delante a su equipo en la eliminatoria. El Madrid estaba eliminado. Quedaba un cuarto de hora y seguíamos necesitando marco un tanto. Al igual que el con 0-0 del principio.

Ancelotti hizo dos cambios en el 77: entraron Marcelo y Rodrygo por Mendy y Casemiro. Acto seguido Courtois salvó el cuarto. Y al minuto Rodrygo, en el primer balón que tocaba hacía el indispensable gol. Un pase de Modric con el exterior, marca de la casa, lo remataba Rodrygo en carrera y de volea. Se desató la locura y todos (jugadores, equipo técnico y afición) nos lo empezamos a creer.

Antonio Villalba Rodrygo realmadrid.com

Pulisic salió en el 82 por Werner. Pudo sentenciar en dos ocasiones. La primera en el descuento fue la más clara. La segunda fue en la prórroga.

Nacho en el 86 se acalambra. Estuvo flojo en la primera parte y se resarció en la segunda. Cinco minutos después fue sustituido por Lucas Vázquez. Carvajal, que se multiplicó en defensa, pasó a jugar de central.

El 1-3 final nos llevaba a la prórroga. ¿Resistiría el Chelsea media hora más tras el esfuerzo de los 90 minutos? Porque su presión alta todo el partido fue asombrosa.

A los seis minutos de la prórroga alcanzamos el éxtasis. Camavinga robó un balón en la línea media rival. Lanzó a Vinicius. El brasileño que arrancó muy bien el partido y provocó una amarilla de su lateral, James, se fue diluyendo y no supo aprovechar esa ventaja. O no le llegaban balones o los perdía. Pero apareció cuando más se le necesitaba. En la prórroga con un 1-3 en contra. Corrió la banda hasta casi la línea de fondo y con un toque sutil se la puso en la cabeza a su Benzema. El francés demostró su clase cabeceando para pillar al meta a contrapié. 2-3. ¡La semifinal estaba al alcance de la mano!

Víctor Carretero Benzema realmadrid.com

El Chelsea no se dio por vencido e intensificó su asedio. La mejor prueba del bombardeo es la estadística final de remates. El Madrid solo remató 10 veces (cuatro a portería, dos goles). ¡El Chelsea 29! De los 29 siete fueron entre los tres palos, marcando tres tantos.

Courtois se lució varias veces durante el tiempo extra. Desbarató buenas ocasiones del rival. Y cuando no lo hizo, fallaron ellos como en una clarísima en el 119 de Jorginho (que ayer no fue titular). El Madrid, encerrado (Ceballos entró por Vini) solo pudo hacer dos buenas contras.

El pitido final fue uno de los alivios más grandes de mi vida futbolística, comparable a ganar una final europea en los penaltis.

Real Madrid y Villarreal se han clasificado para semifinales de esta Champions. A ver que sucede con el Atlético de Madrid que tiene que remontar un 1-0 en contra. Podrán ser tres semifinalistas de nuestra competición.

Un madridista pesimista como un servidor ya está pensando en el decisivo partido contra el Sevilla en el Sánchez Pizjuán. ¿Nos pasarán factura las bajas por sanción (Casemiro) o lesión, más la tremenda fatiga de estos 120 minutos? Aunque la alegría de la clasificación pueda ser la mejor vitamina.

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Exhibición blanca en Londres (con otros tres goles de Benzema)

Adrian Dennis AFP AS

La presencia de Fede Valverde como titular era un clamor. Y Ancelotti, ya negativo y ocupando el banquillo, no dudó en alienarlo. A priori, sin haber visto al Chelsea esta temporada, no tenía ninguna opinión sobre lo que podría suceder. Del Real Madrid me gustaba el once y de ellos me sorprendía la suplencia de Lukaku. Parece que el delantero anda peleado con su entrenador, Tuchel. Se gastan un pastizal para traerlo de vuelta y…

El Chelsea salió intentando imponer su juego físico. El Madrid mostró su cara más sudamericana, ralentizando el juego y tocando. Dos balones largos de ambos equipos rompieron la tendencia. Kanté a los cinco minutos lanzó a Havertz. Alaba no estuvo muy acertado en la marca y fue superado en velocidad. Afortunadamente el delantero, que pisó el área, disparó mal. Cuatro minutos después en una contra de Benzema, por la derecha, combina con Valverde, en la posición de Benzema. El uruguayo avanza y se la pone a Vinicius. El brasileño hace de las suyas y entre dos defensas remata… al larguero.

En los siguientes minutos se produjo una amarilla a Militao en el 13, al que tuvieron que atender en el 17, Courtois despejó una falta bien lanzada por James, Rüdiger vio tarjeta en el 18 y tenía la sensación que podía ser la noche de Vini. Arrancó el partido dejando en evidencia a Christensen (a quien le perdonaron la amarilla). Siguió con el disparo al travesaño. Y se confirmó en el 20 cuando se fue por su banda y se la puso en la cabeza a Benzema. El testarazo del francés fue tremendo, un obús. 0-1 y estábamos en 10  (a Militao le atendían en la banda).

De momento la noche, aparte de Vinicius, era de Benzema y de Valverde. El 0-2, en el 23, también de Benzema de cabeza, vino de un sensacional pase de Modric. El pajarito ya convertido en El halcón intervino en las jugadas de los dos goles, recuperando el balón.

En el 32 Carvajal, ¡de falso nueve! en el área pequeña, pudo hacer el tercero. Para frotarse los ojos.

A Kroos se le veía muy cómodo, mandando en el medio campo. En este aspecto tanto Kanté como Jorginho no estuvieron acertados. ¿O fue cosa de su entrenador y del nuestro? El caso es que el Madrid aprovechó esta circunstancia para controlar el juego. Las oleadas del Chelsea eran frenadas con Casemiro y Modric jugando muy juntos más Valverde y Vinicius comprometidos en defensa. Sus tres centrales subían para apoyar las jugadas de ataque.

Havertz no desaprovechó su segunda ocasión y cabeceó el 1-2 al filo del 40. Un gran balón de Jorginho al centro del área donde el alemán se impuso a Carvajal, llegando antes para cabecear. ¿Dónde estaban nuestros centrales? Al minuto pudo llegar el 1-3: Modric lanza a Vini por la banda izquierda y el brasileño cruza un pase a la derecha para Benzema. La pelota la frena un defensa y el nueve la remata. Se va fuera por poco, besando la base del poste.

Al descanso se llegó con el 1-2. Los tres goles de cabeza. Habíamos disfrutado de una muy buena primera parte, en la que además nos favorecía el resultado.

Tuchel presentó dos cambios para la segunda mitad: entraban un ex, Kovacic y Ziyech por Christensen y Kanté. Pasaban a una defensa de cuatro. No dio tiempo para averiguar el acierto o no de la modificación. Al minuto Benzema hizo el 1-3. Un despeje de nuestra defensa manda el balón a campo contrario y provoca que su portero, Edouard Mendy, tenga que salir de su área. Se encamina hacia el círculo central. Se hace con la pelota, tras pararla con el pecho y se arriesga al pasarla en corto a Rüdiger. Benzema atento presiona y el central en vez de despejar intenta jugar con su portero. No es la primera vez, ni será la última, que Benzema roba y le monta un lío al rival. Tras hacerse con la pelota la mete a puerta vacía desde la zona en la que se hizo con ella. Para seguir frotándose los ojos.

Courtois se lució en el 49 a un excelente disparo de Azpilicueta desde la frontal.

A la hora de juego Militao volvió a salir fuera del campo para ser atendido. Y veíamos a Lukaku presto para salir.

Militao volvió y se tiró al césped en el 63. Entró Nacho. Ellos hicieron varios cambios: entró Lukaku por Pulisic y también se retiró Jorginho. Que Tuchel cambiase a sus dos medios, Kanté y Jorginho, dice mucho y bueno de nuestros centrocampistas y del planteamiento de Ancelotti.

Lukaku solo, en el 68, falló de cabeza. La entrada del fornido delantero belga surtió efecto. Su presencia siempre intimida. El Chelsea no le volvía la cara al partido. No bajaban los brazos.

Camavinga entraba por Kroos en el 74. Al minuto Azpilicueta se llevó por delante a Carvajal. Solo se pitó falta.

Entrabamos en los 10 minutos finales y el Chelsea seguía apretando. El Madrid buscaba contras y sorprendía con subidas de defensas, como una de Nacho mal finalizada.

James probó a Courtois en el 83. No tan acertadamente como en la falta de la primera mitad. Pero estaba bien situado para intentar el disparo.

Bale y Ceballos entraron en el 85 por Benzema, autor de los tres goles, y Fede Valverde (acababa de sufrir una subida del gemelo).

En el primer minuto de los cinco de descuento le abrieron la cabeza a Nacho. Chocó en un salto con Havertz.

Este 1-3 rompe dos estadísticas, o más bien dos rachas. Es la primera vez que ganamos al Chelsea. Y también es la primera vez que nos imponemos a un equipo entrenado por Tuchel. Hemos caído con su Borussia Dortmund, PSG y Chelsea, en las semifinales de la temporada pasada. Por otra parte es el segundo hat-trick consecutivo de Benzema en Champions, tras los tres frente al PSG.

La vuelta es el martes de la semana que viene.

¡Qué pena que los goles fuera ya no tengan plus!

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Tuchel le tiene tomada la medida a Guardiola

Susana Vera Getty AS

Con el Manchester City 0 Chelsea 1 Tuchel ha logrado pleno en sus enfrentamientos con Guardiola. Le tiene tomada la medida. Han jugado tres partidos en este 2021. El Chelsea de Tuchel ha ganado los tres: la final de Champions, la semifinal de la Copa inglesa y el partido de la Premier League del pasado 8 de mayo en Manchester (1-2). Recordemos que Tuchel llegó al banquillo del Chelsea a finales de enero. Estaba libre tras ser despedido del PSG, a quienes llevó la temporada pasada a la primera final de Champions de su historia. 

El Chelsea verdugo en esta Champions de tres equipos españoles: con Lampard en el banquillo le metieron 0-4 al Sevilla en la fase de grupos; ya con Tuchel eliminaron al Atlético de Madrid en octavos ganando los dos encuentros (0-1 y 2-0) y tumbaron al Real Madrid en semifinales (1-1 en Madrid y 2-0 en Londres). Para el Chelsea esta es su segunda Champions y para el técnico alemán es la primera, de las dos finales que ha disputado.

Guardiola ha llegado a su tercera final tras ganar dos con el Barça. Entre esta final y la anterior han pasado 10 años. Para el Manchester City era su primera final.

La primera parte de la final fue impresionante. Se jugó a un ritmo altísimo. Ritmo Premier. La intensidad y la velocidad del juego eran admirables. A Sterling solo le vimos en los primeros 12 minutos y cuando le cambiaron en la segunda mitad (76). Pero su arranque de partido fue espeluznante. En el bando blue Werner se hinchó a desperdiciar ocasiones. El 0-0 resultaba incomprensible a tenor de lo que estábamos viendo. Pero bueno, ya sabemos de la consistencia defensiva del Chelsea. Y además cuentan con el omnipresente Kanté. Mas el Manchester City es garantía de fútbol de ataque. 

El gol del Chelsea fue un mazazo. Se produjo en el 41. Puro Tuchel: una contra rápida en pocos toques. Tres en este caso. El segundo fue el decisivo. Un balón largo de Mount al hueco desde la divisoria de los dos campos. Havertz gana en carrera y se planta ante el meta, que sale a la desesperada fuera del área. Le evita con un toque lateral y marca a puerta vacía.

La segunda mitad, igual de intensa, se jugó a otro ritmo. El City pausó su juego, moviendo la pelota intentando buscar huecos inexistentes en el muro londinense. En los 10 minutos finales más los siete de descuento Guardiola ordenó a los suyos acelerar. El Chelsea por su parte se enrocó, reforzó su esquema defensivo y descaradamente buscó sorprender al contraataque. Estuvieron a punto de conseguirlo en un mano a mano de Pulisic (sustituto de Sterling). Fue la ocasión más clara del partido (descontada la del gol).

El City dominaba y solo creaba uys. Sus jugadas no encontraban rematador y el portero del Chelsea no realizó ninguna intervención. Un dato revelador: en la segunda mitad los de Guardiola no remataron entre los tres palos. Y escuché que era el partido del CIty con Guardiola en el que menos dispararon.

Ante un equipo de las características del Chelsea, con Kanté, la decisión de Guardiola de prescindir de Rodri o Fernandinho para poner a Gundogan me pareció un error. Perdía contundencia ante a una formación que lo es.

Mateu Lahoz y su equipo arbitral excelentes. Estuvieron a la altura de la final.

Kanté fue elegido el mejor jugador de la final. Va camino del Balón de Oro.

Y ahora, de despedida, los recaditos para Luis Enrique. Cuatro suplentes del City en la final, sin ningún minuto de juego, son seleccionados para la Eurocopa. No voy a discutir lo de Rodri y Ferran Torres (quien siempre ha respondido con la camiseta de España). ¿Pero Eric García y Laporte? ¿Son mejores que Nacho y Albiol? Rotundamente NO. El caso de Laporte es aun más sangrante: su fichaje, producto de su nacionalización, se cimenta porque no va a ser convocado por Francia. Es decir, un no seleccionado por Francia y suplente del City, sí es válido para la selección española. Se me hace muy cuesta arriba entender esto.

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Real Madrid 1 Chelsea 1 (pudo ser peor)

Antonio Villalba RealMadrid

Zidane respondía al esquema de Tuchel (5-2-3) con otra defensa con tres centrales (Militao, Varane y Nacho) y dos carrileros (Carvajal y Marcelo). En el medio campo nuestros tres clásicos que podrían tener superioridad numérica respecto a los dos medios centros del Chelsea, Jorginho y el poderoso Kanté. Arriba Benzema y Vinicius. Aparte de la habitual lucha del centro del campo, la pelea por las bandas se antojaba igual de decisiva. Mis dudas eran respecto a Marcelo, ayer capitán. ¿Aguantaría el tirón en un duelo que se presumía duro y físico?

Las estadísticas están para romperlas. Y la de Zidane con el Real Madrid frente a equipos dirigidos por Tuchel es mala. Ni una sola victoria en cuatro enfrentamientos.

La noche amenazaba tormenta. Como Ceferin, el presidente de la Unión Europea de Fútbol Árabe.

El Madrid sacó de centro. Tardamos cuatro minutos en acercarnos al área rival. En este espacio de tiempo Courtois la tocó tres veces y solo una fue cesión.

La presión del Chelsea era cada vez más intensa. A partir del minuto cinco hubo un par de minutos en los que nos embotellaron.

Courtois salvó con la pierna el 0-1. Werner solo ante el meta belga no pudo anotar. Todo arrancó en una imbecilidad en su campo, en las inmediaciones del circulo central. Un taconazo fallido de Casemiro provocó su contra. ¿Estamos para darla de tacón en una semifinal? Un minuto después nos montaron otro lío. No encontraron rematador. En el minuto 12 botaron el primer saque de esquina del encuentro. Y en el 13 Pulisic hizo el 0-1. Se coló en un balón largo entre Nacho y Varane, regateó con mucha sangre fría a Courtois que había salido a la desesperada y marcó. Un mazazo, aunque se viese venir.

El Madrid acusó el golpe. Ellos crecieron más aún si cabe.

Al minuto 20 todavía no habíamos rematado. Además, la pelota era de ellos. Algunas de nuestras posesiones eran tan largas como inútiles.

Benzema en el 22 protagonizó el primer disparo, desde fuera del área. Se estrelló en el palo, por debajo de la escuadra. Dos minutos después Kanté aprovechaba un despiste de Marcelo y Nacho y se colaba por nuestro costado izquierdo. Su pase no encontró un buen remate,

Cada vez llovía más.

En el 26 y medio Vinicius veía la amarilla.

Nuestro primer saque de esquina fue en el 28. Sacó Kroos en corto sobre Modric, que se la cedió a Marcelo. La colgó en el área. Cabeceó Casemiro para alargar. Militao intentó rematar de cabeza. Y Benzema con la cabeza bajo el balón, se giró y a la media vuelta empalmó a la red. 1-1.

GettyImages RealMadrid

Kroos buscó portería al filo del 32. Una jugada rápida iniciada por Courtois, tras atrapar un balón aéreo de un córner. Se la puso a Vini. Este corrió medio campo y se apoyó en Benzema. El balón llegó a Kroos quien disparó desde la frontal.

A pesar de estos zarpazos mandaba el Chelsea. Pulisic era una pesadilla. Ocupaba todo el frente de ataque, de derecha a izquierda. Hasta Thiago Silva, el veterano central brasileño, se atrevía a subir y buscar la red.

Pulisic en el 37 vio la amarilla por una entrada por detrás a Marcelo.

Cada vez llovía más. Un resbalón de Marcelo frenó un buen ataque.

A Modric no le veíamos. Empezaba a confirmar lo que pensé frente al Betis: no fue buena idea sacarle de titular en ese partido. Necesitábamos dosificar sus esfuerzos. Intentó una buena apertura en el 43, pero demasiado fuerte se fue fuera.

El 1-1 al descanso nos dejaba la losa del gol en contra y era un mal menor a tenor de lo visto.

Mis pensamientos pasaban por retirar a Marcelo, colocar ahí a Nacho y dar entrada a Antonio Blanco. Para ayudar a Case. Algo había que hacer. Y dicho esto, desconocía el estado físico de Modric.

Las imágenes del túnel de vestuarios no mostraban cambios en el Madrid. El Chelsea también salió con los mismos once.

Sacaron de centro y en 45 segundos se plantaron en nuestra área.

Una mala entrega de Marcelo en el 47 terminó en córner para ellos. Sirva de ejemplo de nuestra mala salida de balón a largo del partido hasta ese momento.

Un corte de puntera de Kroos le llegó a Vinicius. Y Benzema disparó alto (min. 50). Esta acción nos animó a intensificar nuestra presión.

Pulisic claramente se decantaba en buscarle las cosquillas a Marcelo.

Marco Asensio y Hazard calentaban.

A Modric en los primeros 10 minutos le veíamos presionando mas fallaba en los pases. Un resbalón suyo en el 57 frustró una contra.

Los azules eran más eficaces en su presión y cerraban mejor los espacios. También corrían más.

Al filo de la hora Kroos vio tarjeta por agarrar a Kanté en su escapada. Después de esta amarilla un cartel nos mostraba que la posesión estaba al 50%. Habría que matizar: en el 50% blanco habría menos posesiones que en las suyas, porque las nuestras fueron largas (y tediosas). Las suyas rápidas y bastante más frecuentes que las nuestras.

En el 63 volvía a llover. Al minuto Marcelo veía la amarilla por parar una contra, por error en el pase de Carvajal en ataque. Se aprovechaba esta circunstancia para hacer cambios. Hazard entraba por Vinicius y Tuchel efectuaba un triple cambio (entre ellos el de Pulisic).

El chute de energía que aportaron sus tres jugadores de refresco nos embotelló de nuevo. No volvimos a cruzar el círculo central hasta el 70. Hazard perdió la pelota.

Casemiro repitió la misma imbecilidad del pase de tacón y pudo costarnos una avería en el 71. ¿Con lo que estaba lloviendo estaba el terreno de juego para estas florituras innecesarias?

Odriozola y Asensio entraban por Carvajal y Marcelo en el 76. Al poco Varane veía la amarilla. Una falta peligrosa que atajó con seguridad Courtois.

Kanté seguía corriendo por tres. Y nos volvían a tener encerrados en nuestra mitad de campo. Ni avanzábamos ni creábamos ocasiones. El recurso del pase atrás a Courtois era fruto de su presión y de nuestra falta de recursos.

En el 84 Hazard se cambió a la derecha y tuvo un par de buenas intervenciones.

Un intento lejano de Kroos en el 87 acabó en córner. Lo botó el alemán y pudo ser el 2-1, más el cabezazo de Varane fue desviado por un defensor.

Odriozola vio tarjeta en el 88. Frenó a Rüdiger, que también estaba haciendo un partidazo. Mientras le atendían anunciaron tres minutos de prolongación. Y entró Rodrygo por Benzema.

El resultado de 1-1 no es nada bueno de cara a la vuelta en Londres. Zidane sigue sin ganarle a Tuchel. La amenaza Ceferin no se activó. Veremos a ver qué pasa con ella la semana que viene.

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