Ancelotti, para el estreno en Champions, eligió el mismo equipo de la final de París y de la Supercopa de Europa. Con la lógica presencia de Tchouaméni por Casemiro.
Sacó el Real Madrid de centro, para atrás. Y estuvimos a punto de liarla. Nos robaron el balón y el joven Abada (20 años) disparó desde dentro del área. El israelí estuvo muy activo durante la primera mitad, pero algo no debió gustarle a su entrenador y le cambió en el descanso. Su reemplazo falló una buena ocasión en el 47.
El Celtic achuchaba en todos los frentes: sobre el césped los futbolistas y los recogepelotas (no perdían un segundo en entregar el balón a sus jugadores) y en las gradas el público. Parte de la sensación (artificial) de peligro la creaban los seguidores. Cuando el Madrid se impuso claramente fueron callando.
A los nueve minutos Mendy vio la amarilla por un braceo. No voy a entrar en sí lo era o no (en mi opinión fue merecida). Me fijo en la distinta vara de medir: en el 31 a Hazard lo pararon en falta y la mano del defensa fue a su cuello. Amarilla también. Mas no fue señalada. El belga había entrado tres minutos antes por Benzema, con problemas en su rodilla. Salió cojeando del campo.
La Vinidependencia es cada vez más notoria. Le buscan los compañeros y la chispa que pone a todas sus acciones levantan al equipo. Fue él único en crear peligro, además de fallar un gol en el 42. Un pase en profundidad de Hazard lanzó a Vini, quien salió disparado desde la divisoria. Se plantó ante Hart, quien hizo una salida fenomenal. Estaba fuera del área pequeña achicando la portería. Se hizo grande. Dos minutos antes también había marrado Hazard que no llegó a tiempo para empujar la pelota a puerta vacía. Antes en el 20 McGregor, en la mejor ocasión de los de Glasgow hasta ese momento, estrelló un balón en el poste. Su disparo desde la frontal fue visto y no visto. Courtois se quedó petrificado. La grada rugió.
Al descanso se llegó con el 0-0 inicial y un 64% de posesión para el Madrid. No eran tan fiero el rival. Lo eran sus fans.
Rüdiger salió por Militao, tocado. El brasileño se quedó en el vestuario. Y en el 56 el 0-1 obra de Vinicius. Courtois se la da a Carvajal, quien busca a Fede Valverde. El uruguayo de un taconazo se la pone a Hazard. El belga con el pecho se la devuelve y Valverde corre la banda derecha. Su centro largo, de rosca, a la banda contraria es para Vini, quien remata de maravilla al palo contrario. Un golazo.
El público, admirable, se volcó con los suyos.
Cuatro minutos después, a la hora de juego, Modric hizo el 0-2. Otro golazo. Una brillante combinación entre Hazard y Modric la resuelve el croata con un recorte en el área y un remate con el exterior de su pierna derecha. Hart toca la pelota pero no puede impedir que entre. La jugada arranca en un robo de Tchouaméni en la divisoria de ambos campos. Se la pasa a Hazard, quien desde el círculo central, en campo rival, avanza hasta la media luna y se la pone a Modric.
El público siguió apoyando a los suyos.
Camavinga entró en el 70 por Tchouaméni.
El «resucitado» Hazard hizo el 0-3 en el 77. El tercer golazo de la noche. Kroos en diagonal se la pone a Carvajal. Y el lateral al primer toque la pone en la frontal del área pequeña. Ahí el belga, oportuno, la enchufa. Digo «resucitado» porque a este gol hay que añadir sus intervenciones en los dos primeros tantos.
Este tercer gol amansó los ánimos de la grada.
En el 80 entraron Rodrygo y Marco Asensio por Vinicius y Modric. La ovación al croata estuvo a la altura de la excepcional afición que es la del Celtic. Y de paso volvieron a cantar para mostrar su lealtad con su equipo.
Rodrygo pudo hacer el cuarto.
Kroos fue elegido el MVP del partido.
Enfrentarse a este Real Madrid es un problema para el rival. Si nos buscan, como el Celta o el Celtic, se llevan un saco de goles. Solo el Betis salió airoso, aunque perdiese. El talento de nuestros jugadores, su calidad, unido a la excelente preparación física forman una combinación demoledora. De momento. Si se fijan el Madrid decide los partidos en la segunda mitad. Más concretamente en los últimos 15/20 minutos. Ancelotti, en la rueda de prensa, definió la segunda mitad del Madrid como «un recital». No puedo estar más de acuerdo.