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Adiós a Luis Mario Quintana

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Me he enterado hace un rato del adiós de Luis Mario Quintana, El Profe. Me he quedado de piedra. No me lo esperaba. Me he levantado tarde y mientras preparaba el desayuno he dado una vuelta por Facebook. Y en el muro de Óscar Mariné he conocido la fatal noticia. También la he visto en otro par de muros.

La foto del encabezado creo que es de mayo del 2009. Los Mundano fuimos a pasar un puente a Segovia y nos acercamos a su casa a saludarlo. Hacía tiempo que no teníamos contacto. Nos fuimos a comer (la foto es de después). Vivía con Moncho Alpuente, que curiosamente pasaba el fin de semana en Madrid. Eran cuñados. Moncho falleció seis años después y El Profe me pidió que escribiese algo aquí al respecto. En realidad me recriminó no haberlo hecho. Estábamos en el crematorio por el fallecimiento de Fernando Esteve. Probablemente fue la última vez que nos vimos. Sucedió a finales de marzo de 2015… y siete años sin vernos -pandemia por medio- es una barbaridad. Manteníamos contacto por escrito, pero cada vez más esporádicamente. 

Solía vacilarme con que no me acordaba como nos conocimos, primero, y luego con que no recordaba la primera canción que puso en mi programa de Radio Popular FM, la 99.5. Resumo la historia a continuación. Pedí en antena discos de grupos alemanes como Amon Düll, Can, etc. Suponía que algún oyente tendría. Y así fue. Quien llamó fue Luis Mario Quintana, aún no era El Profe. Quedamos, nos conocimos y lo invité al programa. «Sing Swan Song”, del “Ege Bamyasi” de Can fue ese primer tema que pinchó. Al poco le ofrecí compartir el programa conmigo. Así entró en la radio. Luego pasamos a Onda 2 donde cada uno hacíamos nuestro programa. En aquellos tiempos las emisoras estaban obligadas a conectar con el parte (las noticias del régimen que emitía Radio Nacional de España). Lo echaron porque daba paso diciendo ”y ahora os dejo con el rollo hablado” que originaron multas y amenazas de cierre. Tras Onda 2 él y otros pasaron a la recién creada Radio El País (también colaboró en el diario). Pinchaba discos en la agitada noche madrileña. Actividad que mantuvo en Segovia a donde se mudó con Moncho y sus parejas (eran hermanas).

No me esperaba esta noticia. Y despido con una foto de esos días que compartimos en Onda 2. Fue un partido contra nuestra exemisora, 99.5. Luis Mario está en cuclillas en la posición del delantero centro. La alineación en el pie de foto.

Onda 2

De pie, de izquierda a derecha: Paco Galindo, Carlos Finally, Julio Matito (exSmash), Chema Martínez (ex Nuestro Pequeño Mundo que hacía un excelente programa de folk rock), José María Ponce, Carlos Tena y Gonzalo Garrido (de masajista). En cuclillas, de izq. a dcha.; Gonzalo Garcipelayo (que así firmaba entonces), un servidor, Luis Mario Quintana, Pedro de Frutos y Eric Saba.

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Alberto Cortez, el original

Alberto Cortez el original

Ante el interés despertado por el post de ayer sobre el otro Alberto Cortez, el argentino, es de lógica dedicarle hoy unas lineas al autentico, el Alberto Cortez original.

Nacido el 25 de octubre de 1929 en Callao, el principal puerto de Perú (situado a 15 kilometros del centro histórico de Lima). Darío Alberto Cortez Olaya, su nombre real, fue un apasionado de la música cubana (boleros, cha chas y mambos) y colaboró con músicos cubanos de primera línea.

A los 9 años ganó un concurso radiofónico de canto criollo y a los 12 formó su primer grupo: Don Alberto y sus Caribes. Un año después le contrataron para la orquesta César Augusto y sus Locos del Mambo. Estuvo simultáneamente en ambas formaciones. Para 1954 ya está formando su tercera banda, Alberto Cortez y su Orquesta (dicen que fueron los primeros en salir de gira fuera de Perú), en la que cuenta con el gran Pepe Ébano de percusionista. Pepe llegó a Madrid de la mano de su compatriota Cortez y se convirtió en una leyenda viva de los estudios de grabación madrileños. Un fijo en las producciones del productor José Luis de Carlos (Las Grecas, Manzanita, etc.) así como con Vainica Doble, Amancio Prada, Micky, Camarón, Los Amaya, Miguel Ríos, Nuestro Pequeño Mundo, Mecano, etc. Y sus bongos son los que se escuchan en «Entre dos aguas» de Paco de Lucía. Una gran aportación de Cortez, el original, a nuestra música popular con el aterrizaje del peruano José Luis Ganoza Barrionuevo (1935), conocido como Pepe Ébano.

Benny Moré fue la primera estrella cubana con quien trabó relación. Fue en Caracas.

En su nueva orquesta contó con una leyenda como Ernesto Duarte, autor del clásico «Cómo fue» y padre del gran Tito Duarte (competidor de Pepe Ébano en las grabaciones madrileñas). También tenía en la agrupación a otro primera división: el contrabajista Israel Cachao López. En España se amigó con Miguelito Valdés Mr. Babalú quien venía a actuar.

La estancia de Alberto Cortez en Madrid tuvo un momento álgido: actuó en la inauguración de TVE.

En París fue contratado para cantar con los Lecuona Cuban Boys con Bebo Valdés.

El caso de suplantación que sufrió no fue un caso único ni el primero. El más antiguo conocido es el de Sony Boy Williamson a quien otro bluesman le tomó el nombre. Finalmente hubo un Sony Boy Williamson y un Sony Boy Williamson II.

 

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El otro Alberto Cortez, el argentino

El Alberto Cortez autentico era peruano. Se llamaba Darío Alberto Cortez Olaya. El otro Alberto Cortez, el argentino, nació como José Alberto García Gallo. Y es quien murió la semana pasada y suplantó el nombre artístico del peruano. Esta delirante historia la conocía de pequeño: la escuché contada por Los 3 Sudamericanos en una velada en casa de los Di Stéfano. Había ido con mis padres y con los Santamaría y su prole (amigos míos de infancia como los hijos de Don Alfredo y Doña Sara). La contaban divertidos. Ellos estaban en esos momentos (1965) en la cresta de la ola. Una composición de Alberto Cortez, el argentino, les había propulsado a las listas de éxitos: «Me lo dijo Pérez«. Karina y Mochi la habían grabado anteriormente.

Solo he leido a Enric González relatar esta estrambótica historia. Como escribe mejor que yo, y aporta informacion legal adicional, copio y pego los párrafos de su artículo al respecto en El País:

[…] En Bélgica gozaba de cierto renombre el cantante peruano Alberto Cortez (Darío Alberto Cortez Olaya en la partida de nacimiento), y García Gallo adoptó el mismo nombre y la misma identidad. Haciéndose pasar por el peruano y adoptando su mismo repertorio de boleros y cha-cha-chas empezó a actuar en Alemania y Bélgica, donde se casó en 1964 con Renée Govaert, “la que está en todas mis canciones, la musa que me llevó a todo esto”, según explicó el músico años después. Ese mismo año, Alberto Cortez (el peruano) tuvo una oferta para grabar un disco en Madrid, pero quien se presentó en el estudio fue el otro Alberto Cortez, el argentino. Así lanzó su primer éxito, Sucu-sucu.

El Alberto Cortez peruano demandó en Amberes al Alberto Cortez argentino y logró que los tribunales belgas le cedieran la exclusiva del nombre artístico por 20 años. En 1966, el Alberto Cortez argentino, ya famoso, fue detenido en Barcelona por usar ilegalmente el nombre, pero la discográfica Hispavox pagó su fianza y el asunto quedó empantanado en los tribunales españoles. El Alberto Cortez peruano, que en adelante se hizo llamar El original, acabó desistiendo tras un áspero enfrentamiento con el argentino a través de la prensa. Los detalles de la historia se conocen por la autobiografía del peruano, Yo sí soy Alberto Cortez. El otro Alberto Cortez, el que logró mucha más fama y acaba de fallecer ahora, prefería no hablar del tema. […]

¿De Argentina a Bélgica? ¿Cómo y por qué? Alberto Cortez, que aún no había suplantado el nombre artístico del cantante original peruano, se había embarcado en una gira, bajo el liderazgo de Hugo Díaz, donde figuraban su esposa Victoria, varios bailarines, Waldo de los Ríos y Carlos Montero.

Hugo Díaz-Changos

En esta foto de Hugo Díaz y Los Changos (extraída de Cantemos con todos) vemos de pie, de izquierda a derecha a Carlos Montero y Hugo Díaz. Sentados, de izquierda a derecha: Alberto Cortez, Victoria Díaz y el bailarín Ferreira.

La presencia de Waldo de los Ríos primero en Bélgica y después en Madrid (en Hispavox) ata varios cabos sueltos de esta historia y le sitúa como complice necesario del enredo. Comprenderán que considere a todo este episodio como una argentinada de tomo y lomo.

La fama y reputación del argentino se cimentó en nuestro país como cantautor. Pero sus primeros hits no fueron de su autoría: «Mr. Sucu sucu«, era la versión de un éxito boliviano, y «Las palmeras«. Su primera composición de relieve fue «Me lo dijo Pérez» compuesta para competir en el Festival de Palma de Mallorca. Karina y Mochi defendieron la canción en el Festival.

Las dos mayores aportaciones de Alberto Cortez, el argentino, a la Música Popular Española (MPE) fueron principalmente dos:

  1. Fue el primero en poner música a los versos de Miguel Hernández. También hizo lo mismo con Antonio Machado. El gran Serrat reconoció esta labor en sus dos álbumes dedicados a ambos poetas, donde grabó varias adaptaciones de Cortez.
  2. Lo que nadie ha mencionado en las notas de despedida ha sido este segundo aspecto: se trajo a Madrid desde Bélgica a un gigante: el bonaerense Carlos Montero.

Carlos Montero dejó huella en nuestro país como músico, arreglista y renovó con sus discos propios nuestro gusto por el tango. Fueron 7 discos dedicados al tango. Alternaba composiciones propias con las de Homero Expósito, Eladia Blázquez o Héctor Negro.

Montero, tristemente desaparecido en 2016, trabajó para Luis Eduardo Aute, Patxi Andión, Nuestro Pequeño Mundo, Mari Trini, Carlos Cano, Mestisay, Los Sabandeños

Tan solo por estas dos aportaciones de Alberto Cortez debemos estarle eternamente agradecidos.

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