Entre los innumerables bulos, con los que nos han machacado durante la pandemia, el de la falta de asesores del gobierno central está en el podio. Los medios de la caverna y allegados negaron su existencia, tanto durante el confinamiento como en la desescalada. Entre los primeros encontramos al médico y epidemiólogo Miguel Hernán, profesor de Harvard (donde según leo en la Wikipedia es catedrático deBioestadística y Epidemiología). Esta información se conoce desde la tercera semana de marzo del año pasado (el confinamiento fue efectivo desde el 14 de marzo). Pero no interesaba airearla. Mucho mejor manipular y mentir. Algo que se repitió cuando lo de las fases de la desescalada. También entonces se puso en solfa la existencia de expertos. Y por supuesto los había. Como también existían en las Comunidades Autónomas.
Ayer en El Confidencial, uno de los medios beligerantes con Moncloa -se inventaron lo del falso informe del contable australiano-, publicaba la noticia del éxito del modelo español de escolarización durante la desescalada, referido a la reapertura de los centros escolares. ¡Otro asesor! Quique Bassat coordinó a los expertos que asesoraron sobre cómo reiniciar los cursos escolares. Su propuesta fue muy criticada cuando se planteó. ¡Qué raro! Pueden leer en este enlace los pormenores y otras opiniones suyas (con las que estoy de acuerdo). Una historia de éxito de otro «inexistente» experto, que además sirve de ejemplo en otros países de la UE.
Creo que no está de más recordar, ya puestos, cuando en febrero del año pasado «los verdaderos expertos», como Ana Rosa, Inda, etc., se llevaron las manos a la cabeza cuando los del Mobile suspendieron el evento de Barcelona. Desde calificarlo como una exageración hasta decir que era una simple gripe, pasaron a poner el grito en el cielo por todo lo que emanaba de Illa, Simón o Sánchez. Incluso Ayuso intentó traer el Mobile a Madrid… Esta gente pasó a hablar de falta de previsión, mentían sobre la lentitud en tomar medidas, etc.
Disfruten lo votado en Madrid y sigan haciendo caso a estos popes mediáticos. Mientras, estos medios ahora nos cuentan que este (numeroso) gobierno está plagado de asesores!!!
Las Comunidades Autónomas han fallado a los dependientes y a nuestros mayores. Porque estas competencias, como la Sanidad, están transferidas a las autonomías. Son responsables de su gestión. Con y sin estado de alarma.
Empiezan a aparecer datos que explican el exceso de mortalidad sufrido en España de marzo a mayo, los meses clave de la pandemia. También arrojan más luz sobre la gran discrepancia entre las cifras oficiales de fallecidos del gobierno y los datos del INE, el Instituto de Salud Carlos III o las de El País de la semana pasada (a grandes rasgos coinciden los tres). Precisamente el periódico hoy aporta esta espeluznante información sobre los dependientes: «Cada ocho minutos muere una persona en la lista de espera de la dependencia» y subtitulan «De marzo a mayo se registró un exceso de mortalidad de más de 25.000 personas entre quienes recibían un servicio o prestación a través de la ley«. En el texto del artículo podemos leer:
[…] De enero a junio se registraron 32.035 decesos entre quienes tenían reconocido el derecho a recibir una prestación o servicio y quienes aguardaban a ser valorados para saber si pueden optar a ello. De media, son 176 fallecimientos al día “en el laberinto burocrático de la ley, según la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, que analiza datos oficiales del Ministerio de Derechos Sociales. No quiere decir que fallecieran por no haber sido atendidos, pero sí que muchos lo hicieron sin recibir una asistencia a la que tenían derecho. […]
Es interesante observar el desglose por Comunidades:
[…] La mayor tasa se registró en Madrid (196%, con 7.307 fallecidos más de lo esperado), seguida de Castilla-La Mancha (174%, con 3.060 muertes más) y Cataluña (119%, con 6.162 decesos más de los previstos). Las autonomías con menores tasas fueron Murcia (16%, con 150 muertes más), Andalucía (21%, 1.186 fallecidos más) y Asturias (26%, con 2017 decesos más). […]
Me refería en el segundo párrafo a la aparición de datos que «arrojan más luz» porque, para desgracia de quienes hemos tenido que afrontar esta situación con seres queridos, algunos intuíamos esta situación. Especialmente si resides en la Comunidad de Madrid. Pero nunca imaginamos que la situación hubiese llegado a este nivel. Algo atroz.
El asunto de las residencias de mayores también era más o menos obvio. Desde el momento que CCAA como Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña o Madrid empezaron a intentar tapar el asunto, ocultando cifras de fallecidos o echándole la culpa a Pablo Iglesias. La labor de Manuel Rico de infoLibre sobre este tema ha sido notable. De entrada ha distinguido entre las privadas y las públicas. Y nos ha llevado a preguntarnos, al menos a mi: ¿qué pintan las constructoras y los fondos de inversión en las residencias de mayores? La respuesta es sencilla: ganar dinero. Para ganar dinero no escatiman esfuerzos y sí lo hacen en la atención y cuidado de su clientela.
En la CAM, que es la que me toca, fallecieron 5.795 mayores atribuidos al coronavirus entre marzo y abril. En este enlace encontraran el informe desglosado de Rico sobre la hecatombe de las residencias de Madrid y en este otro la noticia sobre la Marea de Residencias pidiendo al Supremo que evite la destrucción de las conversaciones entre el Summa 112 y los geriátricos de Madrid.
El fracaso del periodismo, salvo honrosas excepciones, ha sido notorio. No han informado. Han opinado, con la clara intención de crear un estado de opinión desfavorable al gobierno central de coalición mientras tapaban la responsabilidad de las CCAA dirigidas por el PP. Se han inventado informes y comités de expertos. La manipulación de la información ha llegado a momentos tan chuscos como dar voz y crédito a una fauna que va desde alcohólicos, cocainómanos, famosos de la telebasura, frikis diversos hasta llegar a un contable australiano. Todos encontraron protagonismo para propagar las más disparatadas teorías, todas contrarias al gobierno central. La realidad solo interesaba a estos medios si respondía a su agenda desestabilizadora.
Uno de los mantras más usados fue el de las manifestaciones feministas del 8 de marzo. Incluso cuando ya se sabía que el impacto no fue el que pretendían contarnos. Eran los mismos que pusieron el grito en el cielo cuando los organizadores del Mobile de Barcelona suspendieron su evento. Entonces, mediados de febrero, eran unos exagerados por cancelar, porque no existía ningún riesgo ni amenaza. A pesar de movilizar gente de todo el planeta, incluyendo lugares donde los contagios masivos ya eran conocidos. Pocas semanas después las manifestaciones locales de las mujeres eran «infectódromos», como definió Díaz Ayuso a la de Madrid. Ella, precisamente ella, que se contagió a pesar de no haber acudido a la de la capital. ¿Y ahora qué pasa? ¿Los rebrotes que estamos sufriendo vuelven a ser por la (inexistente) proliferación de concentraciones feministas?
Quienes criticaban a Pedro Sánchez durante la primera ola ahora piden que intervenga ante la inutilidad de varias Comunidades. Cataluña y Madrid vuelven a liderar esta penosa clasificación. Y mientras tanto, estas mismas voces que dicen una cosa y la contraria, callan sobre los dependientes y las residencias.
Pocos rios de tinta he visto sobre la absurda pretensión de la ministra de Educación, Isabel Celaá, de eliminar Matemáticas del Bachillerato. Parecería que los medios golpistas y antigubernamentales están más preocupados por reportar falsos informes de un contable australiano, airear un artículo plagado de errores de un corresponsal del The Guardian, inventar cifras, datos y hechos para ensuciar al gobierno de coalición, proponer y promover gobiernos no surgidos de las urnas, decir una cosa y la contraria, blanquear a Ayuso y al PP de Madrid (recortes en Sanidad y privatizaciones), dar pábulo a todo tipo de personajes populares –que no virólogos ni epidemiólogos– con tal que sus declaraciones fuesen contrarias a Sánchez, Illa, Iglesias o Simón. Lo de las manifestaciones feministas ya casi lo dejamos para otro día. O no, porque no se sostiene. Por más que se empeñen (sobre todo porque son los mismos que pusieron el grito en el cielo cuando se suspendió el Mobile en Barcelona y calificaron la decisión como alarmista, dado que el coronavirus era menos que la gripe…).
Celaá con su decisión se ha puesto a la altura del inútil del actual ministro de Cultura (aquí pueden encontrar mi opinión al respecto y que ha ido a peor desde entonces). Y probablemente la ministra también esté al mismo nivel del nefasto Wert, responsable de haber suprimido Filosofía. Me disculparán la digresión pero creo que hay tres asignaturas que considero fundamentales, hagas el Bachillerato que hagas. A saber: Filosofía, Lengua y Matemáticas. Pensar, expresarse (escribir y hablar) y calcular. En cualquier orden de la vida necesitas de las tres.
José Manuel Sánchez Ron en el último número de El Cultural escribía «Elogio y necesidad de la matemática«. Suscribo al 100% su texto, que les recomiendo encarecidamente. El arranque no podía ser más esclarecedor:
«He seguido consternado las noticias sobre la pretensión del Ministerio de Educación de eliminar la matemática como asignatura obligatoria en las ramas del Bachillerato de Ciencias y Tecnología y en la de Humanidades y Ciencias Sociales en el texto de la Ley Orgánica de modificación de la Ley Orgánica de Educación (LOMLE), actualmente en curso de tramitación en el Congreso de los Diputados. También estoy enterado de que después de que más de dos decenas de sociedades científicas manifestasen el 4 de mayo su desacuerdo contra esta decisión, la ministra Isabel Celaá decidió crear un comité de matemáticos para rediseñar la asignatura. Siempre hay que dar crédito a la hora de reconocer errores pero lamentablemente, por encima de tal reconocimiento, no puedo ignorar la ineptitud e ignorancia de quienes efectuaron la recomendación de eliminar la matemática en esos planes de estudio. Y de quien como ministra la avaló. En otras palabras: he perdido completamente la confianza en ese equipo y la ministra.
P.D.: a las negritas del texto original he añadido las referidas a ambos itinerarios del Bachillerato, para realzar la gravedad del asunto. ¿En la era de la Informática prescindimos de su base de conocimiento? A esto mismo también se refiere Sánchez Ron en su artículo.
Una cosa es ser un medio de derechas (o de izquierdas, aunque hay pocos) y otra muy distinta es manipular la realidad, ocultar informaciones, promover bulos y falsedades, enmerdar, etc. Forma parte de lo que denomino medios golpistas. Los que intentaron tumbar a Felipe González en su día sin pasar por las urnas (una red mediática destapada por Anson, quien se asustó), promovieron la pinza, inventaron la autoría etarra de los atentados del 11M, elaboraron una teoría conspirativa al respecto y ahora se dedican a criminalizar al gobierno de coalición. Estos medios impresos, teles y radios son de sobra conocidos. Y se les han añadido varios digitales.
Me parece estupendo que El Confidencial sea de derecha liberal y Voz Pópuli de derecha conservadora y refugio de firmas antiPSOE (aunque sea un sesgo poco profesional). Pero que falten a la verdad y la oculten me resulta intolerable.
Ambos digitales dieron una gran relevancia al falso informe del contable australiano. Una semana después de su fecha original de publicación, lo cual delata claramente sus intenciones. Estaban buscando basura donde fuese. Y la encontraron en Australia. No solo dieron veracidad a un mojón, además le otorgaron gran relevancia en su portada. Y nunca se excusaron por la metedura de pata. Aquí desmonté primitivamente la farsa y posteriormente la SER y eldiario.es hicieron su labor: investigar y contactar con el contable. Algo parecido sucedió con un penoso artículo de un corresponsal del The Guardian en España (escribí una carta al medio y no he vuelto a ver su firma; no digo que una cosa sea consecuencia de la otra). Pero El Confidencial y Voz Pópuli se tragaron las inexactitudes del inglés y ofrecieron posicionamiento estelar en sus portadas a su errónea información (como al contable australiano). No cuestionaron nada. Porque servía a sus intereses antigubernamentales.
Ahora comparen como estos dos diarios digitales, con sede en Madrid, han tratado la incuestionable noticia de estos dos últimos días: IDA (Isabel Díaz Ayuso), sus tres residencias (la propia + las dos propiedad del empresario Sarasola). A lo que hay que añadir la inoperancia de su gobierno (nueve meses sin promulgar una sola ley), el escándalo de las residencias (y la querella criminal que la han puesto), etc.
El Confidencial entierra hoy lo de IDA (como hizo con la querella por las residencias, al usar un despacho de agencia y no encargar la cobertura a un periodista como hacen con otras noticias). Reducen la importancia de lo de IDA a un tercer nivel en su portada. Adjunto capturas de pantalla al respecto:
Ahí esta IDA, abajo. Lo que no pueden es evitar el interés de los lectores. A pesar de sus esfuerzos a las 15:00 era la cuarta noticia más leída de El Confi. Y a pesar de ello no sube en su posicionamiento en portada. Tan curioso como significativo.
Pero claro, el director de El Confidencial es el mismo que proponía una solución antidemocrática, golpista por tanto: Goirigolzarri (o Pablo Isla) como presidentes de gobierno. No creo que nadie pueda dudar de su eficacia profesional, como primeros ejecutivos de Bankia o Inditex. ¿Pero quién los ha votado? España es una democracia y hay elecciones. Cualquier propuesta fuera de este parámetro electoral es antidemocrático. Si esta es la postura del director del medio…
Voz Pópuli va un poco más allá: ignora la noticia sobre los apartamentos de IDA. ¡Simplemente no existe en sus páginas! La deriva de este medio y de muchas de sus firmas es alucinante. Han pasado de criticar la suspensión del Mobile (igual que Ana Rosa o Inda, esas eminencias científicas), a alabar a IDA porque quería traerlo a Madrid. Un ejemplo reciente: el otro día Luca Constantini (que cubre o cubría a Podemos) aún daba la tabarra con la manifestación feminista de Madrid. Y le enmendaba la plana a un virólogo que intervino el sábado en La Sexta Noche. La ignorancia es muy atrevida y la osadía de muchos periodistas no conoce limites. Se creen que saben de todo y le dicen a todo el mundo lo que tienen que hacer. Mientras su sector se hunde… igual que sucedió con los periodistas y críticos musicales.
Constantini tampoco parece leer su medio. O como poco es de memoria frágil. El 23 de enero publicaban «Inditex, Pharmamar, Antolin, Iberia, la ruta de la Seda… las empresas españolas más expuestas al virus de Wuhan«. Firmaban cuatro periodistas. En el artículo añadían a las empresas del titular un convenio entre el Ayuntamiento de Zaragoza y la Terminal Marítima de Zaragoza con el operador chino Wuhan Asia-Europa Logistics. ¿Nada de esto tuvo que ver con el Covid-19? Ahora ya sabemos que el coronavirus estaba con nosotros desde hace tiempo. Y que probablemente a finales de febrero fue cuando se produjo el primer pico de contagio. Que comprobamos a partir de la semana que arrancaba el 9 de marzo… Lo que Constantini plantea como cuestión no es tal. Es, son elucubraciones periodísticas. Porque aparte de los dos millones de movimientos que señalaba el epidemiólogo hay que añadir El Rastro, que cada domingo congrega más gente que las manifestantes. Y bastante más apiñadas. El periodista insinúa dudas sobre la honradez del científico. ¿Podemos dudar de la suya? La tendenciosidad del medio en el que labora ya ha quedado en evidencia…
No quisera terminar sin referirme a este artículo de Pascual Serrano «Díaz Ayuso, o cómo reírnos ante el peligro«. Serrano pone de manifiesto como las idas de olla de IDA sirven para distraer la atención de otros asuntos. Arranca con «Precisamente en los momentos en que se registra en los juzgados de la Plaza de Castilla de Madrid una querella criminal colectiva contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por presuntos delitos de homicidio imprudente, trato vejatorio, prevaricación y denegación de auxilio, ocupa las portadas de la prensa y el ruido de las redes con una ridícula foto en plan Bernarda Alba y por sus comentarios de que el virus lleva en su nombre la letra D porque apareció en diciembre. Entre parecer tonta y teatral o que te acusen en los juzgados de homicidio, es evidente que todos preferiríamos lo primero, aunque lo segundo no se pueda evitar, al menos que no se hable». Amén.
Es sencillamente espectacular la cantidad de opiniones de mierda que leemos a diario sobre el coronavirus. Tanto en medios como en redes sociales. Este tipo de crisis saca a relucir lo que somos (lo mejor y lo peor). Lo de las redes tiene un pase, porque no dejan de ser como una tertulia de bar. Sin más trascendencia (aunque la tenga, por lo menos por los disgustos y las alegrías que nos llevamos). Es lo de los medios lo que llevo fatal. Se supone que son profesionales y deben relatar lo que sucede. La informacion es una cosa y la columna de opinión otra bien distinta. Cuando se confunden ambos conceptos el tufo a manipulación e intereses creados es inevitable. El periodismo de bufanda, propio de los medios deportivos, ahora también lo es en el ámbito político.
Los medios de la caverna, cuyos mayores hitos han sido propagar las mentiras sobre los atentados del 11M o intentar tumbar a un gobierno de Felipe González elegido democráticamente, se están cebando con el coronavirus y sus ataques a Pedro Sánchez. (En el 11M el ABC de Zarzalejos se mantuvo al margen, no así el de Anson en lo de Felipe, aunque fuese él quien diese la alarma de la conspiración). A estos cavernícolas se les ha unido OK diario. El panfleto de Indapublicaba el 10 de marzo una noticia que titulaba: «Sánchez admite con un mes de retraso que España está ante una «emergencia sanitaria» por el coronavirus«. Pues bien veamos cual era la situación el 10 de febrero. Es decir, un mes antes. El Confidencial enumeraba cronológicamente la crisis:
[…] El 17 de enero, poco después de que se confirmaran los primeros casos de Covid-19 fuera de China, el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) elaboró un informe sobre el virus. […] Recordemos que China tardó un mes en reconocer el problema. Este dato es fundamental y ha sido crucial (en sentido negativo) para el resto de países. Y China purgó al médico que dio la primera voz de alarma (quien fallecería infectado). A finales de enero supimos que China bloqueó en la OMS la alerta de salud internacionalpara preservar su imagen.
[…] El Ministerio de Sanidad publicó el primer comunicado sobre el coronavirus el 22 de enero. “Estamos preparados para actuar ante cualquier eventualidad”, sostenía el ministro Salvador Illa. También se anunció la elaboración de un «protocolo» y Fernando Simón compareció ante los medios [..] Por primera vez. Simón es un crack. Echen un vistazo a su Wikipedia. La mejor prueba es que ha trabajado para los gobiernos de Aznar, Rajoy y Sánchez. Y claro, se equivocará como todo el mundo. Pero menos que los demás. Sobre todo bastante menos que todos los que le critican en medios y redes. Expertos de pacotilla que no le llegan a la suela de los zapatos. A ver si ahora vamos a ser expertos en epidemias, pandemias y transmisiones de enfermedades infecciosas. ¡Por favor!
[…] El 28 de enero, con positivos en 14 países y 106 personas fallecidos, Sanidad emitió un nuevo comunicado para incidir en que «en España no se ha detectado ningún caso» [..]
[…] Sanidad anunció el 1 de febrero el primer caso en España: un ciudadano alemán había dado positivo y se encontraba en un hospital de La Gomera.
[…] El 9 de febrero, Sanidad confirmó un caso de coronavirus en Mallorca, pero Simón aseguró que no implicaba «más riesgo en nuestro país” porque, al igual que con el turista alemán en La Gomera, «se ha infectado fuera y se ha detectado aquí». […]
Ya estamos pues en ese «mes de retraso» del insidioso titular. Porque la siguiente noticia referida al coronavirus fue la cancelación del Mobile World Congress, a celebrar en Barcelona. Y este hecho se produjo el 12 de febrero. ¿Pretende OK diario que Sánchez sea adivino? Además, el primer caso autóctono no se produjo hasta el 26 de febrero en Sevilla.
Las cifras se dispararon entre el 6 y el 8 de marzo. Pero los medios de la derechona llevaban días machacando con que Sánchez no daba la cara. Que el ministro del ramo y el especialista del tema estuviesen informando a cara descubierta no contaba. Tenía que ser quienes ellos dijesen y cuando ellos decidiesen. ¿Y por qué no pidieron la presencia del Rey, nuestro Jefe de Estado? Vamos que con Illa y Simón echamos de menos a Ana Mato, la ministra de Sanidad que nos trajo el ébola. A Europa!!! Su cese, disfrazado de dimisión, no fue por esto. La razón, una sentencia judicial de la Gürtel.
Esta semana hemos vivido la última gran mentira. ABC, OK diario, El Mundo (en su portada de ayer) y ¡eldiario.es! (en un artículo firmado por una periodista que estuvo en ABC y La Razón) inventaban unas conversaciones entre la presidenta de Madrid (PP) y el presidente del gobierno (PSOE). La propia Isabel Díaz Ayuso les dejó con el culo al aire, negando la historia que publicaron. ¿Han rectificado los medios? ¿Han rodado cabezas?
No digo yo que el gobierno lo haya hecho todo bien. Pero no hace falta mentir ni exagerar para hacer criticas razonables a su gestión. Por ejemplo, es lógico sospechar de la idoneidad de las manifestaciones feministas del 8M o la celebración del congreso de Vox (que desconocía por motivos obvios). También es muy fácil opinar desde el sofá de casa…
Tampoco deben doler prendas por reconocer que el gobierno de Diaz Ayuso en Madrid hizo muy bien tomando medidas este pasado lunes 9 de marzo. Medidas tan duras como necesarias. Lo mismo puede decirse, el mismo día, del PNV respecto a Vitoria (luego ampliado al resto del País Vasco). O el PSOE en La Rioja. Este mismo lunes La Moncloa anunció que aprobaría un paquete económico en el Consejo de Ministros del día siguiente. Ayer jueves hubo uno extraordinario y monográfico dedicado al coronavirus con nuevos estímulos.
Diaz Ayuso que arrancó bien ha patinado después (ayer retomó la buena senda). Es periodista (y no lo puede evitar). Achacó al gobierno algo que no era cierto. Se había perdido las intervenciones del ministro de Sanidad, Salvador Illa, y de Fernando Simón. Ambos han estado al pie del cañón. Pero ella, rodeada de ese entorno viciado al que pertenece, se dejó llevar por sus impulsos naturales. Su jefe de filas, Pablo Casado, tampoco se ha mordido la lengua. En este sentido de políticos bocachanclas no podemos olvidar a Toni Cantó, al tuit del fontanero de comunicación de Iván Redondo en La Moncloa (debería haber sido cesado inmediatamente), al presidente socialista de Castilla-La Mancha García-Page, a Echenique o a Monedero. Cito solo a los más conocidos y relevantes.
Algo que también me preocupa, además de los medios, es la proliferación de bulos y falsedades virales. No entiendo como alguien pueda dedicar su tiempo libre a difundir mentiras sobre asuntos tan delicados de salud. Inventan cuentas falsas de El País, de hospitales (Txagorritxu en Vitoria o Gregorio Marañón en Madrid).
Luego tenemos el asunto del humor, los chistes y los memes. Desde mi punto de vista, y como integrante de los grupos de riesgo, creo que debemos distinguir entre dos tipos fundamentales de humor: el genérico y el que afecta a personas en concreto. El primero diría que es hasta sano. El humor es lo único que nos queda. El segundo, el que afecta a personas en concreto, define el tipo de persona que eres: hija/o de puta que se alegra de las desgracias ajenas, en este caso en temas que afectan a la salud. Da igual la ideología de los afectados (sean Ortega Smith, Abascal, Irene Montero, etc.). Sencillamente penoso.