El Real Madrid ha ganado el primer título de la temporada. Se impuso con claridad al Athletic Club de Bilbao.
El tercer enfrentamiento en menos de un mes entre el Athletic y el Madrid ha sido la final de la Supercopa. Los vascos ganaron la edición de la temporada pasada derrotando primero al Madrid y luego al Barça en la final. Tras los dos partidos de Liga de diciembre se auguraba una buena final. Una final que es la primera entre ambos desde 1958 (entonces fue de Copa).
En los primeros tres minutos los blancos ya habían generado dos ocasiones de peligro en el área bilbaína. Primero fue Benzema y luego Rodrygo. Desde estos primeros minutos ya se vislumbraba que el planteamiento de Ancelotti era distinto al de la semifinal. El equipo salió dominando y abriendo el juego por las bandas. En este sentido Rodrygo tuvo más presencia que Vinicius.
El Athletic se fue sacudiendo el dominio poco a poco. Al cuarto de hora las fuerzas estaban igualadas, aunque era el Madrid quien llevaba peligro. Benzema pudo marcar en el 18 (su remate salió rozando el palo).
Los ataques de los de Marcelino pecaban de precaución, temerosos de las contras letales del Madrid.
En el 37 los dos mejores del partido fabricaron el primer gol. Rodrygo se internó en el área desde su banda derecha. A medio camino entre los vértices de las dos áreas la pasó atrás a Modric. El croata desde la frontal la empalmó a la escuadra derecha (desde su punto de vista). La jugada arrancó desde las manos de Courtois. Kroos sacó el balón jugado y centró a Casemiro. El brasileño cruzó la divisoria y se la pasó a Modric, quien buscó a Rodrygo. Y lo demás es historia. Un golazo, de principio a fin. 0-1.
El partido se ponía a favor de ese Madrid que gusta replegarse, esperar atrás y lanzarse a tumba abierta a la contra.
Sancet puso el primer uy para los suyos a punto de cumplirse el 45. Su disparo cruzado se fue arriba por dos pelos.
Tras el alargue de un minuto se alcanzó el descanso con 0-1.
Nico Williams, el héroe del Athletic de la semifinal, sustituyó a Berenguer. Fue el único cambio de cara a la segunda mitad.
Sacó el Madrid y Case se la puso a Vini. Estaba en fuera de juego. Una pena porque casi la lía.
Un disparo de Benzema es despejado por el brazo de Yeray. El árbitro consultó con el VAR y decidió pitarlo. Marcelino protestó incomprensiblemente y se llevó la amarilla. El defensa no. Benzema transformó la pena máxima. 0-2 en el 51. Esta jugada también se inició desde Courtois.
Marcelino dispuso un triple cambio en el 57. Pero siguió con su dibujo del 4-4-2.
Pasada la hora de juego el Athletic dio sensación de peligro en dos jugadas consecutivas. Un fallo de Nico Williams en el área chica, que no dio a la pelota, y un cabezazo de Raúl García.
En el 64 Ancelotti retiró a un exhausto Rodrygo y metió a Fede Valverde.
A falta de un cuarto de hora un buen pase de Dani García a Raúl García fue despejado a córner por Militao. La volea de Raúl García llevaba veneno. Botaron el córner y dos jugadores bilbaínos se estorbaron en el remate de cabeza. Lo menciono porque el Athletic domina el juego aéreo y su fuerte son las jugadas a balón parado. Esta fue la única relevante del partido.
Muniain abandonó el terreno de juego en el 80. Esta fue una de las claves de la final: el Madrid desarticuló al más dotado técnicamente del rival. En este aspecto es de destacar la labor de Lucas Vázquez y de Casemiro, según la zona que ocupase el vasco. Si frente al Barça Case adelantó su posición ayer sucedió lo mismo en varias fases, en su seguimiento a Muniain.
En el 86 una mano de Militao, similar a la de Yeray, fue señalada por penalti. El problema es la tarjeta roja que vio el central.
Courtois despejó con su pie el penalti lanzado por Raúl García al centro de la portería. Se había lanzado hacia un lado.
Nacho entró en el 90 por Lucas Vázquez.
Se añadieron cuatro de minutos. No pasó nada.
La temporada pasada no ganamos nada. En esta ya llevamos un título, la Supercopa de España. La primera parte fue muy buena. La segunda quedó sentenciada con el segundo gol blanco. A partir de ahí se jugó a lo que quiso el Real Madrid. La inoperancia de los de Bilbao de cara al gol volvió a quedar patente. ¡Ni de penalti! Al menos contra nosotros su juego ofensivo queda desarticulado por nuestro sistema defensivo .
No podía ser de otra forma: Modric fue elegido el mejor jugador de la final.