España necesitaba un punto para clasificarse matemáticamente para la Eurocopa 2020. Y lo consiguió empatando a uno en Estocolmo, frente a Suecia. Si ante Noruega nos marcaron en el último minuto ayer la pedrea nos tocó a nosotros. Cuando llevaba un cuarto de hora musitando sobre por qué Fabián había dejado de rematar (había sido nuestro jugador más peligroso de cara a la portería contraria), le llegó un balón, en el segundo minuto de los cuatro de descuento, a la salida de un saque de esquina desde la otra banda. Estaba a medio camino entre los vértices de las dos áreas. Y realizó lo que antiguamente se llamaba un centro-chut. Rodrigo (que había entrado por Thiago en el 65), hábil y oportuno, la empujó a la red desde el área chica. Este 1-1 ponía justicia en el marcador.
Robert Moreno hizo cambios respecto al partido contra Noruega: De Gea por Kepa (aunque el del Manchester United tuvo que retirase lesionado en el 59; junto a Fabián estaba siendo el mejor de España), Rodri por Busquets, Gerard Moreno (quien debutaba) por Rodrigo, Carvajal por Jesús Navas, la presencia de Thiago en vez de Saúl más Iñigo Martínez por el sancionado Sergio Ramos. Ceballos, de quien sigo sin entender su presencia como titular, jugó arriba a medio camino entre los delanteros y los centrocampistas (como en Oslo). En resumidas cuentas, jugó de nada. Mejoró cuando entró Rodrigo por Thiago y bajó a la media.
España arranco bien. Jugando rápido, al primer o segundo toque, con cambios continuos de orientación y finalizando las jugadas. Olsen, el meta sueco, tuvo actuaciones destacadas. Ellos eran peligrosos a los contragolpes. De Gea se lució. Destacar a ambos porteros dice mucho del ritmo del partido. El 0-0 al descanso reflejaba la superioridad de los dos metas y la falta de puntería, especialmente la nuestra.
La segunda mitad fue distinta. Perdimos chispa. Las ganas suecas, necesitaban ganar, se impusieron a las nuestras. Parecíamos cansados. ¡Estamos en octubre, no en febrero! Nos superaron en lo físico.
Al poco de arrancar estos segundos 45 minutos nos marcaron el 1-0. Berg cabeceó a bocajarro. De Gea rechazó esplendidamente lo que parecía un gol cantado. El balón rechazado lo volvieron a rematar ellos (Forsberg). Desde el lateral. Milagrosamente entre el portero y el palo salvaron el tanto. Pero este nuevo rechace llegó a Berg, atento, y a la tercera fue la vencida.
La clasificación no peligraba. Necesitábamos un punto y el próximo partido es en Cádiz ante Malta. Nos jugábamos un récord que está pasando desapercibido: son ya cinco años, desde octubre del 2014, que no perdemos un partido de clasificación para Eurocopas o Mundiales. Ahí queda eso!!!