El alcalde de Madrid, Martínez-Almeida, fracasó con Filomena, la borrasca que asoló la capital a principios de enero, a pesar de las advertencias de los servicios meteorológicos. A su mala gestión, que también abarca asuntos como la contaminación (incluyendo su oposición a Madrid Central, eje de su campaña electoral) o actuaciones simbólicas que favorecen los postulados de la derecha extrema frente a la izquierda (nombres de calles, polémicas sobre murales, etc.), ahora añadimos el pavimento agujereado de las calles Arenal y Montera.
Según informa Somos Madrid, un proyecto de periodismo local independiente asociado a elDiario.es, «El ‘superpavimento’ que Almeida eligió para Arenal y Montera se agujerea en un mes«. ¡Toma castaña!
La idea original del actual ayuntamiento de Madrid era conseguir «mayor durabilidad» frente a los desperfectos que se producían en las losetas de granito de colores que adornaban las calles Arenal y Montera desde 2008, cuando el entonces alcalde, Ruiz Gallardón del PP, también peatonalizó todo Arenal: «El objetivo es mejorar el mantenimiento de estos firmes que resultan poco adecuados para el paso de vehículos de carga y descarga», se explicaba al finalizar los trabajos, en nota de prensa. Como ocurrencia final nos contaron una fábula: «Un superpavimento que además de evitar caídas tenía la capacidad de absorber la contaminación. Se presentó el pasado 13 de julio con una visita de la concejala de Obras, Paloma García Romero, y del concejal de Centro, José Fernández«. Se trataba de aplicar una pintura fotocatalítica incolora «de alta eficacia descontaminante», que supuestamente utiliza los rayos ultravioletas de la luz solar para la purificación del aire. Después de solo un mes no hemos podido averiguar las ficticias bondades de esta novedad.
Se sacrificó la estética (las losetas originales tenían su atractivo y lo de ahora no puede ser más feo) por la ineficacia. Que parece ser la marca de la casa de Almeida. Porque, ya me dirán ustedes, qué sentido tiene gastarse millones (millón y medio solo en Montera) para afear calles del centro y que al mes el supuesto superpavimento empiece a fallar. Eso sí, la culpa será de Pedro Sánchez, que es a lo que siempre recurre el alcalde de Madrid para echar balones fuera.