¡Viva Zidane! A raíz de mi comentario al post anterior a este, el de la crónica del partido frente al Mallorca, quisiera compartir algunas reflexiones con ustedes.
En el comentario decía:
«Escuchando a Zidane tras el partido creo que he sido injusto en la valoración del desempeño del Real Madrid en el partido. Porque no he tenido en cuenta las peculiaridades del momento: poco descanso entre partidos, se juega fines de semana, en medio de la semana y de nuevo el fin de semana. Sin público. Con calor. Van cuatro encuentros y quedan siete. Siete finales. Por otra parte los recursos que Zidane está poniendo en funcionamiento (rotaciones y cambios de esquemas tácticos) están saliendo bien: 12 puntos de 12 y recuperación del liderato.»
Dos añadidos o matices (a mi mismo jejeje). El primero: Zidane se refería no solo al Madrid. Sus palabras eran extensibles a todos los equipos de la primera división. Porque todos, absolutamente todos, sufren las mismas condiciones. Unos más que otros, según la profundidad de sus plantillas. Y el segundo, es incidir en las variantes tácticas del mister y la gestión de los recursos de los que dispone que merecen un párrafo aparte.
Zidane ya demostró en su primera etapa en el Real Madrid ser un gran gestor de egos. Todos los jugadores tuvieron su oportunidad y protagonismo. Todos se sintieron importantes. Unos respondieron y dieron la talla y otros desaparecieron del equipo (y del club). Fue una selección natural. Que también respondía a variantes tácticas. El equipo usó diferentes dibujos. Incluso en el mismo partido pasaba de un 4-3-3 en ataque a un 4-4-2 en defensa. Otros esquemas usados, entonces y ahora, han sido el 4-1-4-1, el 4-3-2-1 y el 4-2-3-1 (como ante el Mallorca, de inicio). Esta temporada Zidane ha repetido muchas veces que el dibujo no es tan importante. Que este se adapta a las necesidades del equipo y a la disponibilidad y estado de forma de sus jugadores. También al rival. No parecen querer escucharle porque las preguntas inevitablemente se repiten. ¿Esta insistencia es fruto de alguna intencionalidad? ¿Hacerle caer en un renuncio? Otra pregunta clásica es la de incidir en jugadores que no juegan. ¿Son periodistas o trabajan para el representante?
Ese primer periodo parece haber caído en el olvido. Me refiero a las rotaciones y las variantes en las alineaciones. En esos días un servidor estaba totalmente identificado con el técnico. Sabía como pensaba. Incluso adiviné su hastío y posterior marcha. Pero sus críticos, de entonces y ahora, parecen haber olvidado todo aquello. Presumen de madridistas pero les duele, más bien les jode, que en dos temporadas y media hubiese logrado tres Champions seguidas (nadie lo ha conseguido) y una Liga. Solo menciono los trofeos de caza mayor. En su regreso le esperaron con las armas cargadas. Si bien es cierto que cometió errores, como no saber enderezar un rumbo que ya había barruntado cuando se marchó, las críticas fueron feroces. Las campañas buscándole sustituto fueron constantes. Los bulos también, como los que hacían referencia a uno de sus hijos (el guardameta). Todos los madridistas antiZidane tenían un nombre en mente: Mourinho. Ha sucedido lo mismo esta temporada. Y aquí entramos en un aspecto escabroso, sobre el que planean aspectos como la ideología y el racismo.
Todos los antiZidane que conozco son de Vox o simpatizantes de ese partido. Algunos incluso antes de que este partido existiese. Porque eran (y son) franquistas. Por eso les gusta Mou, admiran el talante autoritario que impone. Por eso no les gustaba Del Bosque. Un buen hombre a todas luces. Dialogante. Conciliador. Y rojo. Esto último era imperdonable. El paso de Don Vicente por el banquillo madridista fue muy bueno. No lo soportaron. Cuando Florentino se equivocó y prescindió de él (probablemente por las mismas razones) botaron de alegría (tengo pruebas personales y hay hemeretocas). Decían que el Madrid ganaba a pesar de Del Bosque. Entramos en tiempos de sequía. Rabiaron cuando el Del Bosque seleccionador ganó la tercera Eurocopa para España y nuestro único Mundial. Desacreditaron sus logros reivindicando la figura de su predecesor, Luis. Quien no necesitaba, ni entonces ni ahora, ninguna reivindicación. Todos los aficionados al fútbol sabemos que fue un maestro de los banquillos. Y aún no ha caído en el olvido por el paso del tiempo (como sí ha podido suceder con Helenio Herrera, Villalonga o Molowny).
En el caso de Zidane les pesa su ascendiente árabe. Algunos de esos franquistas, hoy de Vox, le llamaban y le llaman «moro». En privado. Con toda la mala baba del mundo. En publico se limitan a decir que el Madrid gana a pesar de Zidane. ¿Les suena la coletilla?
Todo esto no es óbice para criticar a Zidane cuando honestamente pensemos que ha errado. De momento quedan siete finales de Liga y un ocho mil en Champions (hay que remontar un 1-2 adverso frente al City). Y como dice la canción elegida para este post aún no lo hemos visto todo…
¡Viva Zidane!