Todos a una (por Julio R Llorente)
La verdad es que me da igual. No me preocupa ni estoy en ascuas por si juega o no Costa. No creo mucho en supercherías y métodos no tradicionales para curar lesiones y dejar el tiempo de recuperación en menor del estimado. Se ha ridiculizado (quizás porque es el Atleti) ya bastante lo de la placenta de yegua y lo último del folletín es que la doctora visitada por el delantero rojiblanca no está bien vista en su país. Eso. Que me da igual. Cierto es que una galopada del bisonte Diego con la portería metida entre ceja y ceja no es desdeñable y ha sido uno (sólo uno) de los métodos empleados esta temporada a la búsqueda de la victoria. Pero hay más variantes. Dos, tres, cuatro… Innumerables más. El equipo del Cholo Simeone no es una colección de individualidades (aunque algunos saquen más la cabeza de la orla comunal) sino un grupo, un todo, un equipo. Por eso, estoy convencido de que ya están en la cabeza de quienes manejan los designios técnicos y tácticos de los nuestros las distintas combinaciones y alternativas.
Efectivamente, el Atleti es un bloque. Así es. Pero, además, lo reconozco, con individualidades. Courtois o la sobriedad sin despeinarse (thiabutings o como se diga aparte) ha ganado por segundo año consecutivo el Zamora, la defensa es la defensa de la Liga, con laterales (Juanfran y Filipe Luis, a todo esto, por favor, comentaristas de la tele aprendanse el nombre del brasileño que no es tan difícil) penetradores y con centrales (Miranda y Godín) impenetrables; Gabi (sí, tendría que haber estado al menos entre los 30 pre-Brasil y aviso que era un descreído y hoy converso) y Tiago (a la vejez, majestuosidad) es el eje de despliegue y presion adelante y atrás; Arda es la magia, la chistera de seda, el nada por aquí, pase inverosímil por allá y Koke es que «te lo pongo, que te lo pongo»…el balón para que lo remates con toque «pantic-iano» desde la esquina o en un libre; Raúl García (otra conquista -de mi corazón- esta temporada) sí que es el que prestábamos a Osasuna y se salía allá en tierras rojillas y, por fín, el bisonte Costa que sale en estampida arrollando contrarios y dejándose la piel y la sangre en cada acometida y el Guaje Villa que no está nada contento de ser el «rey de la madera». No me olvido de un defensa –Alderweilder– que es el mejor pasador en largo que recuerdo, de otro (Sosa) que usa guantes en las extremidades inferiores por no hablar de Diego Ribas, al que, para mi sorpresa, le ha tocado más ración de banquillo del esperado, pero a ver quién le discute nada al jefe o de Mario Suárez, al que le ha tocado ser el tercero de la lista en orden jerárquico en el pivote.
Me he entretenido tanto en hablar de los míos, porque en eso, en lo que hagan ellos reside un buen porcentaje de lo que pueda hacer el enemigo. Claro que si encima ellos tienen a una parte de sus titulares un tanto maltrechos y o se van a caer de la alineación titular (Pepe) o van a jugar no a tope (Cristiano o Benzema, ojo que es dos tercios de la llamada «BBC»), estamos hablando de una ventaja grande. Por no mencionar la que supone que al constructor/destructor Alonso le toque grada.
Hace meses que apunté en rojo (bueno, rojiblanco) la fecha ésta para ir a Lisboa. Y no niego que el rival (sentimentalismo y nostalgia aparte de los de los 40 años del sofocón ante el Bayern) me hubiera gustado fuera otro. No por nada, sino porque…ufff…qué pereza… otra vez contra el Madrid…que ya hemos jugado cuatro veces esta temporada contra ellos (y encima, la que viene, la 2014-2015, serán los mismos actores y en la Supercopa).
Hasta aquí la previa que está escrita unas horas antes de formar parte de una caravana interminable de autobuses que salen desde el Vicente Calderón con destino el estadio de La Luz. Las impresiones post-partido a ver cómo las puedo pergeñar desde un teclado de móvil de vuelta a casa ya sea con jolgorio o con pesadumbre.
La semana de las Décimas (por Adrian Vogel)
La supremacía del fútbol madrileño, español y europeo se juega en Lisboa. La final de la Champions presenta la (conocida) novedad de enfrentar a dos equipos de la misma ciudad: es el derby de los eternos rivales. Los dos mejores de España: el Real Madrid ganó la Copa y el Atlético de Madrid la Liga. Dos campeonatos que se solapan y que han provocado múltiples enfrentamientos directos entre los dos más un tercero en discordia, el Barça. Los culés perdieron la final de Copa y quedaron segundos en Liga. Este carrusel cada vez se parece más a los playoffs de la NBA. Esta será la quinta vez que los dos equipos madrileños se verán las caras, ahora con el titulo europeo en juego. Ni más ni menos. En las cuatro anteriores en Liga el Atleti ganó en el Bernabéu y empató en el Calderón; la Copa deparó un contundente 5-0 a favor de los blancos (ganaron ambos partidos). ¿Estos antecedentes sirven de algo? No creo pero sí influyen en el ánimo de los jugadores. Su memoria se impregna de detalles y lances del juego. Sean aciertos o errores quedan registrados.
No sabría decir quien es el favorito. Y copiando el principio de la previa de Julio «la verdad es que me da igual». Es obvio que los rojiblancos han funcionado como un bloque solido con una defensa impecable (mira que es burro Scolari por no haber llevado a Filipe Luis y Miranda al Mundial). Nosotros somos dependientes de la inspiración de la estrella de turno. La ausencia de Alonso que cose nuestro juego resulta importante por esa labor de equipo que desarrolla el tolosarra (aunque últimamente no estaba en su mejor momento de forma).
La batalla por el centro del campo y las pizarras de Ancelotti y Simeone determinaran el resultado final. En cualquier caso esta semana el Atleti consiguió su décima Liga y confío que el Madrid logre la ansiada décima Champions.
P.D.: la foto del ayuntamiento es mía (tomada ayer al mediodía) y la de la copa es de la Web de la UEFA.
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