El diario ABC redobla su apuesta por los toros porque según ellos lo hacen en nombre de la defensa de la cultura y la libertad. Es impresionante los tropelías que se cometen en nombre de la cultura y la libertad. No recuerdo ninguna época en que se haya tomado más en vano ambos conceptos.
Me irritan profundamente los abusos en nombre de la libertad. ¿Qué libertad? La que reivindican franquistas y neofranquistas, nostálgicos del Régimen (que era una dictadura y no una dieta). Esos mismo que ayer se manifestaban libremente en Madrid contra el gobierno, porque estamos en democracia. En ese franquismo que añoran las manifestaciones estaban prohibidas y las policía cargaba para disolverlas. Se saldaban con heridos, detenidos y a veces muertos. Que unos defensores de la dictadura franquista llamen dictador al actual presidente de un gobierno que autoriza su manifestación es pura esquizofrenia. Y además ondean la bandera preconstitucional, la del aguilucho, sin que pase nada. En Alemania no podrían hacer lo mismo con la nzai, por ejemplo.
Esquizofrénico es también el editorial del ABC respecto a los toros. Podemos leer en su primer párrafo: «La tauromaquia es una de las más cimeras expresiones de libertad y la gran seña identitaria de la España honda, que es a su vez la España universal. La España de las artes. Por eso el cerco que se le ha puesto a la Fiesta desde determinados flancos ideológicos es, en un análisis profundo, un síntoma de atraso.». Todo bastante joseantoniano… Y más adelante el editorialista se atreve a afirmar que «Y por eso ABC es desde su fundación una plaza de toros de las letras, porque siempre ha estado del lado de la libertad». Vaya, ahora los 40 años de dictadura fueron un espacio en el que se respetaron las libertades. Señoras y señores del ABC: de los 120 años de su diario se dedicaron durante 40 a defender a Franco. Es un tercio de su existencia. Y durante los tres años de guerra civil, provocados por el levantamiento militar, hubo dos ABC: el golpista de Sevilla y el defensor de la II República de Madrid. Terminada la guerra se impuso la edición de Sevilla, aliada con los triunfadores. No nos cuenten monsergas!!!