Estoy conmocionado, son días de dolor y duelo. Hace como dos horas me enteré del fallecimiento de Luis Eduardo Aute (Manila, 1943-Madrid, 2020). Los últimos sorbos del café que estaba tomando han sido los más amargos que recuerdo. Me cuesta articular frases. En Facebook recurrí a un texto de Luis Lapuente que reflejaba un fragmento de su libro «Conversaciones con Gonzalo García Pelayo. Nostalgia del futuro«, en el que GGP mostraba su admiración y afecto por Aute. Inmediatamente pensé hacer lo mismo aquí en El Mundano. Porque Aute forma parte de mi «Bikinis, Fútbol y Rock & Roll«. Como no podía ser de otra forma, porque es un pionero del rock & roll madrileño. Al igual que otros importantes cantautores que tuvieron sus inicios en el incipiente r&r patrio (Patxi Andión, Manolo Díaz, Raimon, Xabier Ribalta, Serrat, etc.).
Otra de las facetas del mestro Aute es la de artista plástico. Y en esto también estuvo cercano al pop-rock español. Suya es la ilustración de la portada del primer álbum de Barrabás. el exitoso proyecto afrolatino del Fernando Arbex de los 70. En el grupo formaban dos Morales, Ricky y Miguel.
Tenía claro que la canción que iba a elegir para este post era «Slowly» (y mira que es difícil seleccionar una entre tantas grandes canciones). Siempre pensé que tenía el potencial de ser un hit mundial. Mi idea original era que la grabase Julio Iglesias. No prosperó. Aute ya tuvo un éxito internacional con la adaptación inglesa de su «Aleluya Nº. 1» (1967) en la versión que grabó Ed Ames. La original de Aute contó con los arreglos y producción de Juan Carlos Calderón y triunfó en España. También Massiel tuvo éxito con su versión. La de Asner funcionó en EEUU, Canadá y en Australia (en menor medida). El tema era un proto Leonard Cohen en toda regla. Escribo esto y enseguida me viene el recuerdo de su admiración por Cohen y el entusiasmo con el que comentamos su primera actuación en el Teatro Monumental de Madrid (era la gira del «New Skin For The Old Ceremony» y representaba una evolución sonora importante). Me ha llamado la atención que Víctor Lenore también eligiese «Slowly» en su muro de FB. Aquí me viene de perlas porque refleja perfectamente el ambiente de ese primer Aute rocanrolero.
Vecino del barrio de La Mundana (la Karina ye yé era la otra celebridad de Fuente del Berro) recuerda que el primer, y probablemente único autógrafo que pidió, fue con 12 o 13 años cuando ella y su amiga Ana Davies se lo encontraron a la puerta de El Corte Inglés de Goya. Yo, en cambio, la recuerdo mirándole embobada en el vestíbulo del Teatro Alcalá Palace (no me acuerdo que actuación pudo ser; igual fue Leo Sayer).
Les dejó con pantallazos de «Bikinis, Fútbol y Rock & Roll» referidos al gran Luis Eduardo Aute:
Defino el periodo 1966-1976 como los 10 años de oro del pop español. Me baso en los éxitos internacionales de las producciones españolas. Las que triunfaron más allá de los mercados hispano parlantes. Me refiero a países como EEUU, Francia, Alemania, Holanda, UK, Italia, etc.
A estos artistas, autores y canciones hay que añadir nombres indispensables como Canarios, Brincos, Salvajes, Lone Star, Sirex, Serrat, Modulos, Karina, Juan y Junior, Marisol, Bruno Lomas, etc. Todos ellos configuran un panorama excepcional. Único e irrepetible.
«Dama Dama«, «Señor Y Dueño«, «Nada De Nada«, «Llora«, «Andar«, «Me Quedaré Soltera«, «Un Millón De Sueños«, «Mi Ciudad«, «Mi Querida España«, «La Primera Comunión«, «Don Roque«, «Tu Retrato«, «Amor De Medianoche«, «Fui«, «Doña Estefaldina«, «Tocan A Muerto«, «El Testamento«, «Soldadito De Plomo«, «El Viaje«,… Cualquiera de ellas podía haber sido la elegida para figurar en “Un siglo de canciones” pero, sin lugar a dudas por lo que representa su calidad, sensibilidad y ternura, al margen del dramatismo neorrealista, la canción elegida es «Un Ramito De Violetas«.
El pasado 18 de julio me uní a los actos de recuerdo del 75 aniversario del golpe de estado de 1936 para rescatar aquella impresionante manifestación de dolor, impotencia, tristeza y amargura que compuso Cecilia, «Un Millón De Sueños» con un artículo titulado75 años de más de un millón de sueños rotos en el que terminaba invitando a El Mundano a que se hiciera eco de la cantautora víctima de un trágico accidente en Zamora a los 27 años. Adrian me retó con un “Toda suya”, y ahí vamos.
Nacida Libra en El Pardo –que curioso- en 1948, e hija de un diplomático, Evangelina Sobredo pasó su infancia y adolescencia recorriendo el mundo, Inglaterra (Southampton), USA (Filadelfia), Portugal, Jordania,… y mientras iba conociendo lugares y diferentes culturas y formas de vivir en su mundo interior se fue forjando la artista, aprendiendo a tocar la guitarra practicando con las canciones de Joan Baez y Bob Dylan.
Al regresar a España en 1966 se matriculó en la Facultad de Derecho y empezó a frecuentar locales donde se tocaba música folk. Conoció a una de las más grandes eminencias de la música de nuestro país, Joaquín Díaz, que le presentó a Nacho Sáenz de Tejada (Nuestro Pequeño Mundo) y a Julio Seijas, un hombre que sería clave en su carrera. Formaron Expresión, un trío que grabó un single en inglés con «Try Catch The Sun» y «Have You Ever Had A Blue Day«.
Dos años después Evangelina firmó con CBS –Sony Music– y Tomás Muñoz, su máximo responsable en España y uno de los más importantes ejecutivos de la industria de la música, la convenció para cambiarle el nombre artístico por el
de Cecilia, aprovechando la repercusión de la canción de Simon & Garfunkel. Sus dos primeras canciones fueron «Mañana«y «Reuníos«, un homenaje-petición a los Beatles.
En 1971 publicó su primer LP con la producción de José Luis de Carlos, en el que se incluían joyas como «Dama Dama«, «Señor O Dueño«, «Nada De Nada» y una de las mejores joyas de su carrera, «Llora«. Un álbum lleno de retratos y realidades de un alto calado social.
Tras la enorme repercusión de su primer disco en 1973 publicó Cecilia 2, un álbum que como dice Fernando González Lucini en su obra…Y la palabra se hizo música, La canción de autor en España “era un disco atrevido que transpiraba coherencia y sinceridad por todos y cada uno de sus surcos”; un trabajo sincero y personal. Ese álbum era casi una colección de sus grandes poemas porque dentro de él se encontraban ni mas ni menos que «Andar«,«Me Quedaré Soltera«, «Canción De Amor«, la mencionada «Un Millón De Sueños«, «Cuando Yo Era Pequeña«, la ecologista «Mi Ciudad«, en la que ya de denunciaba las barbaridades urbanísticas de aquellos años y los atentados al medio ambiente y la vida en las ciudades, «Me Iré De Aquí» o «Equilibrista» entre otras.
En 1975 Cecilia ya es la cantautora de referencia de la música en nuestro país. Ella ha sabido combinar la enorme calidad de su poesía con una música ajustada a su compromiso, junto a unos arreglos y producción que la diferencian del resto. Así destaca el trabajo soberbio de producción de Honorio Herrero y Juan Carlos Calderón.
Si en su primer disco se presenta como la novedad rompedora del panorama, en el segundo ofrece su mejor imagen personal y compromiso social, en el tercero, «Un Ramito De Violetas«, nos encontramos a la artista en su plena madurez. Los sentimientos, las emociones, los compromisos y los retratos que ha ido desarrollando en su carrera ahora se muestran de una forma nítida y concluyente ofreciendo una imagen y una forma de trabajar que da como resultado uno de los mas importantes álbumes de la historia de la música de nuestro país.
Desde «Mi Querida España«, que abría el LP, hasta «Tu retrato«, Cecilia desgrana imágenes, situaciones, lugares y momentos con los que varias generaciones estaban reflejados; este país, las despedidas, un homenaje a Sevilla, la primera comunión, el amor de «Nuestro Cuarto«, su piano y la figura del cura en «Don Roque«. Pero el retrato, la historia y la canción definitiva daban título al LP, la canción de nuestro argumento; «Un Ramito De Violetas«.
En cuatro estrofas, Cecilia, te cuenta una novela, te da el argumento de una película al más puro neorrealismo de un Berlanga, Azcona o el mismísimo Visconti. Cada verso de ese poema encierra un dolor, una sensibilidad y una comprensión que sólo un artista al límite de su sensibilidad creadora puede escribir, componer. ¿Quien no ha sentido empatía en algún momento con los protagonistas de la historia, de su crueldad en su emotividad, de su grandeza y miseria humana? «Un Ramito De Violetas» es su «Yesterday«, su novena sinfonía, su Don Quijote, pero como todos y cada uno de los grandes creadores para llegar hasta ahí hay un largo y profundo proceso, un recorrido en el que nada se produce por casualidad.
En aquellos años una de las fases más importantes de la promoción de un disco era la presentación en directo de la obra del artista. En el caso de «Un Ramito De Violetas» CBS reservó la sala J&J, en los bajos del Palacio de la Prensa de Madrid, y allí fuimos invitados todos los medios de comunicación, prensa, revistas, radios, la única TV, amigos, artistas y gentes de la industria, para presenciar el lanzamiento de su tercer trabajo. Al acabar el concierto nos invitaron a ir al camerino para saludar a Cecilia. Esa fue la noche que la conocí… Había vuelto a conquistarnos a todos con una actuación que traspasó la mera presentación de un disco para convertirse en una entrega total a un auditorio al que conquistó desde los primeros momentos.
Nunca olvidare aquella noche, la noche en que conocí a Cecilia, el abrazo que me dio, los besos y el agradecimiento que mostró por la forma en que recibimos su música, como también sé que ella nunca olvidó aquella presentación en Madrid, donde creó una magia que aún sigue dentro de los que allí estuvimos.
Era una mujer muy agradecida a todo lo que la vida le daba y eso lo demostró hasta en los créditos de aquél disco en el que resaltaba el trabajo de todo el staff de su compañía discográfica, desde el presidente hasta las secretarias de los departamentos, pero también sabía expresar su sorna, guasa y e ironía al cerrar ese capítulo dando las gracias “espacialísimas a la madre que la parió” y a Marcelino… por el gol que metió a Rusia (“de cabeza, postura inverosímil”)
A raíz del fenómeno producido por la historia de ese matrimonio sumido en la rutina del ramito de violetas, TVE le ofreció representar a España en el Festival de las Televisiones Iberoamericanas (OTI), a celebrar en Puerto Rico, con la canción de Juan Carlos Calderón, “Amor De Medianoche”. Ella era poco partidaria de los festivales y tras muchas presiones y cambios en la letra aceptó la oferta y logrando finalmente el segundo puesto.
Tras grabar «Tu Y Yo» y «Una Guerra«, y preparar su nuevo trabajo sobre la obra y poemas de Valle Inclán, una carreta de bueyes se cruzó en su camino la madrugada del 2 de agosto de 1976.
Cómo era, cómo pensaba realmente Cecilia, o mejor dicho Evangelina Sobredo. La periodista Paquita Castilla la entrevistó para la revista Ama, pocos días antes de su trágico accidente y Cecilia se confesaba como una mujer a la que movían sentimientos como el amor y la poesía, una mujer que sabía separar los mundos de Eva y de Cecilia; estando mas satisfecha con la primera que con la segunda. Una mujer a la que le interesaba su obra cuando la estaba componiendo y cuando la interpretaba en público, pero que al oírlas no la gustaban demasiado.
Eva era una mujer empeñada en conocerse mas y mejor espiritualmente, ocupada en leer libros que la llevaban a adentrase en un mundo mas espiritual y en busca, sobre todo, de la paz. Una mujer que quería conocerse a si misma y a la unión con el público a través de su obra, pero que huía de la mitomanía y de los iconos; ella misma confesaba que esas cosas son creaciones de los hombres y por lo tanto con los pies de barro.
En 1983 se publicaron algunas de las canciones que había dejado grabadas en maquetas bajo el título de Canciones Inéditas. En 1991 se publicó un álbum con algunas de sus mejores canciones en un trabajo remasterizado, y en 1996 se editó Desde Que Tú Te Has Ido”, una recopilación de 30 canciones que incluía duetos recreados con Miguel Bosé, Ana Belén, Julio Iglesias, Manolo Tena, Sole (Presuntos Implicados) y Merche Corisco.
En 2006 se publicó otro recopilatorio con motivo del 30º aniversario de su fallecimiento, que incluía el single («Mañana» y «Reuníos«), el último que apareció en vida, «Tú Y Yo» y «Una Guerra«, y su primer trabajo en 1970 con el grupo Expresión, «Try Catch The Sun«, además de la versión en inglés de «Un Millón De Sueños» («A Million Dreams«), single que se publicó en EEUU en 1975, inédito hasta hoy en España.
Leyenda Viva nació como blog en marzo de 2008 y, aunque tardé mas de un año y medio en prestarle atención, quise hacerlo resaltando el trabajo de Cecilia y de artistas de aquella época y de siempre, que se merecen un lugar y reconocimiento en la historia y memoria de este país. Hoy que tu ya no estás, Cecilia, quiero recordar contigo a todos aquellos que se fueron y a los que siguen con nosotros y espero que algún día este país sepa agradecer y mostrar todo el cariño y respeto que los hombres y mujeres que se han entregado a la música se merecen.
Tuve la oportunidad de asistir en directo a la gala de entrega de los Premios de la Música (emitida anoche por la 2). Y me alegró profundamente por el buen ambiente que se palpaba entre los asistentes. A pesar de los malos momentos que vive gran parte del sector dedicado a la música nacional. El ambiente de camaradería y buen humor era notable. Con su punto de competividad, como no podía ser menos. Pero en definitiva muy buen rollo. Algo que desde luego tenemos que agradecer a la Academia de las Ciencias de la Música, organizadora de la ceremonia.
Hubo algunas ausencias notables entre ejecutivos, artistas y autores. Destacaría la de algún Presidente de multinacional – ¿porqué ninguna de sus grabaciones fue premiada?- o la del habitual ausente Joaquín Sabina –es la tercera vez- quien además tuvo el feo detalle de hacerlo el día que todos teníamos presente a Tato Luzardo.
Luzardo, quien fue batería de los Canarios, era el gerente de la Academia y estaba pasando los momentos más difíciles de su vida. Confiaba en que pudiera ganar esta batalla aunque las noticias al respecto eran tan pesimistas que, horas después, al redactar estas líneas, llegaba la noticia de su fallecimiento. Tuve la oportunidad de conocerle en 1977: era Director Internacional de Ariola. Y yo acababa de empezar a trabajar como Jefe de Producto del sello A&M Records en CBS (en la recién estrenada división de Epic). Hasta ese momento eran los de Ariola quienes distribuían a A&M en España. Fui a Barcelona para entrevistarme con él: debía pasarme los trastos (masters, negativos, fotos, clips, bios, etc.) y -si tenía a bien hacerlo- ponerme al día. ¡Y vaya si lo hizo! Me dio varios consejos y recomendaciones. Acertó en casi todo. Pero el más importante, el decisivo, fue que no perdiese mucho el tiempo, a pesar de las presiones que iba a tener, con el nuevo de Peter Frampton (“I’m In You”) y me volcase en Supertramp. Compartió conmigo cifras y detalles. Tanto del anterior “Frampton Comes Alive” como el del piano. Sabiendo que perdían la licencia se habían apresurado a editar “Even In The Quietest Moments”. Sólo les daba tiempo a hacer una primera tirada. Cargaron la mano y ¡se les había agotado! Lo que podían ser malas noticias, para mi compañía, a mi me sonó a música celestial. Teníamos un éxito entre las manos, ya testado, y con una demanda que ya solamente podíamos satisfacer nosotros.
Años después cuando me incorporé a las divisiones de RCA y Zafiro, dentro de BMG –Bertelsmann, la B de BMG, compró Ariola-, Tato llevaba internacional de España y América Latina, desde las oficinas centrales de Madrid. Y ahí nos conocimos y tratamos más profundamente. Y supe de su rol decisivo y personal en la entrada de Sabina en Argentina (y también en México).
El pasado jueves en la entrega de los Premios de la Música su nombre estaba en mente de todos y en boca de algunos de los presentadores y premiados. ¡Animo, mucho animo para los suyos!
Siguiendo con los nombres propios quisiera destacar la excelente labor de Alaska como presentadora del acto. Parecía como si lo hubiese llevado haciendo toda su vida. Fue una MC perfecta.
De los artistas e invitados que ayudaron en el reparto de galardones hubo una inmensa sorpresa para mí: Diana Navarro. Conocía su obra como profesional, excelente cantante, pero su registro y veta humorística fue toda una revelación. Bien acompañada por Manuel Illán tuve la oportunidad de felicitarla y expresarle mi mas rendida admiración.
En cuanto a aspectos digamos más “técnicos” hay dos personas que quiero mencionar. Son Los Nachos: Nacho Mastretta y Nacho Sáenz de Tejada. El primero, Mastretta, amenizó con su clarinete los distintos intervalos. Sus interludios musicales fueron de nivel, subrayando las locuciones y el anuncio de los premiados. El segundo, Sáenz de Tejada, productor de la velada, consiguió con talento e imaginación que algo que suele ser largo y tedioso fuese ameno y entretenido. Con unas actuaciones en directo que demuestran que el panorama artístico alberga muchas esperanzas respecto a nuevos talentos.
E. Bautista y J.C. Calderón
Bebo Valdés, Juan Carlos Calderón y Peret fueron los ilustres veteranos que recibieron el reconocimiento de la Academia, por sus dilatadas e impresionantes carreras.
Los grandes triunfadores de la noche fueron Fito y los Fitipaldis y Miguel Poveda. Algo ya sabido, porque la lista de ganadores era pública desde hacía semanas. Cosa que no acabo de entender bien porque quita intriga y suspense a la tarde/noche.
Si empezaba esta nota con toque personal (Tato Luzardo) quiero acabarla de igual manera. Y en este caso me refiero a Juanjo Castillo y a Juan de Pablos. Juanjo nos proporcionó a José Luis Lozano y a mí las mejores localidades. Y el maestro De Pablos me dio el respingo de la noche al mencionarme, cuando recogió su merecido trofeo por su enorme labor de 40 años difundiendo la mejor música desde sus programas de radio en 99.5, Onda 2, Radio El Paísy Radio 3.
Como el titulo del ultimo y premiado álbum de Mastretta ¡Qué Vivan Los Músicos!