Sencillamente espectaculares anoche Wyoming & Los Insolventes celebrando sus 10 años de existencia. Si ya son buenos de por sí (tuve ocasión de comprobarlo en Coruña el pasado mes de diciembre) anoche en La Riviera, durante las casi dos horas y media de concierto, con semejantes ilustres invitados pusieron boca abajo el recinto que estaba a rebosar. A los nombres que hay en el cartel del encabezado habría que añadir y destacar alguno más. Como el de dos grandes cantantes Jesús Trujillo de King Sapo (quien sí aparece) y Maikel Rodeiro (baterista además del trio ferrolano Malditos Pendejos; también es infante de marina del Tercio Norte). Poderosa voz la de Maikel y dúctil al mismo tiempo. En el escenario lució una camiseta de Malditos Pendejos y una espectacular corbata con tres figuras en blanco y negro de Elvis. «Lo siento, tuve que dársela a Rosendo» se excusaba ante mi pregunta sobre la corbata, apoyados ambos en la barra del Galileo Galilei, a donde habíamos acudido tras el show de La Riviera.
El repertorio de Wyoming & Los Insolventes es insuperable (y cambiante, porque hubo variantes respecto al de Coruña de hace 10 meses): clásicos de Beatles, algunos pasados por el tamiz de Joe Cocker y Leon Russell (del «Mad Dogs & Englishmen«) y que también se puede aplicar al «The Letter«, David Bowie, el momento apostólico sobre el «Land Of A Thousand Dances«, el «My Sharona«, The Clash, etc. y sobre todo algunos de los himnos inmortales del rock nacional. Que fueron los que más enfervorizaron al público presente. Le comentaba al final a Julián Hernández de Siniestro Total (una alegría verle de nuevo en forma tras un periodo complicado) que tres de Beatles, tres de Bowie y otras tres de Siniestro. La Mundana nos hizo esta foto al acabar, en un bar enfrente de La Riviera.

El dominio escenico de El Gran Wyoming es incuestionable. Aparte de su innegable faceta de showman. Aguantar el tirón de cantar tanto tiempo es admirable. Y además se marcó un excelente solo de guitarra (y presumió de ello, como no podía ser menos, además de vacilarle a ese estupendo guitarrista que es Miguel Ángel Ariza –»sí, sí, ahora afina, claro, después de esta exhibición que he dado»).
Los Insolventes no hacen honor a su nombre en cuanto a su solvencia musical: son excelente músicos. Y ayer contaron con los dos baterístas que han formado parte de su historia. Muchas veces tocando juntos (como hacían James Brown y la Allman Brothers Band que llevaban dos baterías). Otro subidón fueron las coristas. Las tres excelentes. En su punto justo, apoyando los temas y haciéndolos crecer. Mientras disfrutaban con su labor (y contagiaban ese entusiasmo). Fue una alegría ver a mi apreciada Cristina Narea como una de las tres integrantes. Lo mismo puede decirse de José Alberto Solís, al bajo y los saltos: entusiasmo contagioso. Y Mr. Cool, Manolo Villalta, a los teclados, con su sempiterno cigarrillo, creando «colchones» y ambientes sonoros que envuelven las canciones y proporcionan seguridad y bienestar al resto de los músicos. Mientras, a esas horas, se realizaba el recuento de las votaciones en SGAE. Villalta salió elegido para formar parte de la Junta Directiva. Ya le he dado el pésame esta mañana.

Esta foto de los camerinos está «robada» del Facebook de Eugenio Muñoz. (La he recortado porque en la parte superior había mucha zona en negro). En ella, aparte de Eugenio, intimo colaborador de Rosendo, se encuentran varias de las estrellas del rock que arroparon anoche a Wyoming & Los Insolventes.
Algunas fotos mías del momento final cuando Wyoming reunió a todos sobre el escenario.
La Mundana me ha pasado las dos siguientes del apoteósico final con todos interpretando el «Maneras de vivir«.


John Echevarría me ha pasado algunas fotos (desenfocadas). También rodó unos fragmentos del «Bienvenidos» de Miguel Ríos y el «Agradecidos» de Rosendo, que he subido a mis redes sociales. Subo aquí esta de Miguel Ríos porque, a pesar del problema técnico, me parece un fotón que recoge fielmente uno de los momentos cumbre de ayer (y recuerda a la portada de uno de sus míticos álbumes).

Los hermanos Monzón (Seju y Chechu) me han hecho llegar fotos de gran calidad. No en vano son de Domingo J. Casas (un maestro) y una de Julio P. Sotillo.



¡Una gran noche! Mágica, divertida y de muy buen rollo. Una noche de rock & roll. ¡Qué más se puede pedir!
P.D.: Me quedé con las ganas de hacerme una foto con dos de los prologuistas de mi dos últimos libros, Miguel Ríos y El Gran Wyoming. Me queda el consuelo de pensar que faltaba Igor Paskual por lo que la instantánea sería incompleta.
P.D. bis: No he visto ninguna reseña hoy en los medios. En cambio en youtube pueden encontrar la filmación de «En blanco y negro» con Enrique Villareal El Drogas y fragmentos de varias partes de la actuación.
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