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La foto de la cumbre

Chema Moya EFE

De las muchas imágenes que nos ha dejado la cumbre de la OTAN esta de Chema Moya, de la agencia EFE, me parece la foto mas destacada. De espaldas tenemos al jefe del gobierno español, a su esposa, al presidente de Estados Unidos y supongo que la coleta que asoma es de una de las nietas del mandatario estadounidense.

La foto está tomada en el Museo del Prado, anoche en la recepción y cena ofrecida por Pedro Sánchez. En mi opinión recoge el buen rollo que se vio entre todos los asistentes a la cumbre, a pesar de los trágicos momentos que se están viviendo y que eran el foco principal del conclave. También confirma lo afectuoso que es Joe Biden. Repartió abrazos, besos y bromas. Actitudes y gestos muy propios del presidente de EEUU, que nos acercan a una figura clásica del cine como fue James Stewart. Quizás no fuese algo conocido en nuestro país mas la cercanía de Biden es de sobra sabida en su país.

Esta ha sido la segunda cumbre de la OTAN celebrada en España. La anterior, también en Madrid, fue en 1997, bajo el reinado de Juan Carlos I, gobernaba Aznar, Javier Solana era el secretario general de la OTAN y Bill Clinton el presidente de EEUU (viajó acompañado de Hillary).

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Cumpliendo objetivos de vacunación

Vacunación

Se van cumpliendo los objetivos de vacunación que anunció Pedro Sánchez. El primero se cumplió el pasado 20 de abril cuando el número de vacunados supero al de contagiados. El segundo se logró ayer: 5 millones de españoles recibirían la pauta completa de vacunación (las dos dosis) para la primera semana de mayo. En realidad son 5.098.903. Obvio que el ritmo de vacunación depende de la disponibilidad de las distintas vacunas. El presidente del gobierno se comprometió cuando desde la UE le aseguraron los suministros, que coincidía con las CCAA ya entrenadas en su distribución a los centros de vacunación. En este proceso la logística, por la cadena de frio extrema, ha sido otro hito. 

Cuando Sánchez anunció el calendario de objetivos se le echaron encima los de siempre. Es muy preocupante el rol de los medios de comunicación «de bufanda» en todo esto. Algún día, más pronto que tarde, deberíamos coger este toro por los cuernos. ¿A qué intereses responden estos medios? ¿A los de una información veraz y objetiva o a los de sus propietarios? A veces son tan burdos en sus afirmaciones e intoxicaciones que pierden el pudor y se saltan cualquier lógica. En este caso: ¿de verdad se creen que un gobernante o dirigente político, del signo que sea, se va a lanzar a comprometerse a unas cifras cuantitativas, fácilmente comprobables con el paso del tiempo? No será más bien que estos políticos se marcan objetivos posibles de cumplir. Me recuerda a cuando el nuevo presidente de EEUU Joe Biden prometió que 100 millones de estadounidenses estarían vacunados en sus primeros 100 días. La cifra era espectacularmente alta. Y se cumplió días antes del plazo previsto.

La (auto) flagelación por intereses espurios es toxica. Congratulémonos por el excelente quehacer de los investigadores y científicos que han  producido vacunas en tiempo récord. También por el buen hacer del personal sanitario y de los distintos gestores que han intervenido en todo el proceso (en el camino recorrido desde los laboratorios hasta tu hombro).

No ensuciemos algo claramente positivo, sobre todo en un aspecto: el de la evolución de nuestra civilización. ¿No les parece un tremendo avance que la vacuna sea gratis, se de preferencia a grupos prioritarios (incluyendo a los mayores) sobre los más poderosos, y sobre todo poder disponer de vacunas en tiempo récord? Añado un dato, conocido para quienes ya han recibido su primera dosis: la buena organización. Esto va en el haber de las CCAA.

Infografía priorización vacunas cast (1)(3)

Nuestro comportamiento en la cola (distancia social con la mascarilla puesta) y en el momento cumbre del pinchazo (y los tramites posteriores) es otra prueba de nuestro progreso como especie. 

 

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Trump camino del segundo impeachment

Trump va camino de su segundo impeachment. Sería la primera vez en la historia de Estados Unidos que un presidente es sometido a dos procesos de destitución. ¡Todo un hito! Que además automáticamente le convierte en el peor presidente de la historia de EEUU. Diga lo que diga el lumbreras de Espinosa de los Monteros.

La tarde/noche de ayer (ahí y aquí) y la madrugada española fue una sucesión vertiginosa de noticias. Desde el vuelo de Trump a El Álamo, con declaraciones antes de tomar el avión en su línea de desafío a la realidad y las bravuconadas habituales, hasta el comunicado de la Junta de Jefes Militares a todo el ejercito, condenando el asalto el Capitolio y mostrando su lealtad a quien será su nuevo jefe, el presidente electo Joe Biden. En medio, una demoledora rueda de prensa de los responsables en Washington D.C. del FBI y del departamento de Justicia, en el que anunciaron la investigación hasta el momento de 170 personas –advirtiendo que el número aumentaría–, alertaron de futuras revelaciones que pondrían los pelos de punta y ofrecieron una recompensa de 50.000 dólares a quien ofreciese información sobre las bombas caseras que encontraron. Afortunadamente no explotaron y el responsable del FBI no supo explicar las causas («pudo ser por un montaje defectuoso, falló el temporizador, no sé, lo estamos analizando»). ¿Entre las causas que nos iban a dejar «shocked» estaban las implicaciones directas de diputados y senadores en el asalto? Sabemos que la diputada republicana por Colorado, afin a QAnon y que presume de ir armada (es dueña de un restaurante donde su personal lleva la pistola en la cintura), estuvo informando a los líderes del asalto de todos los movimientos de Nancy Pelosi y a donde la conducían para ponerla a salvo. Uno de estos líderes, el único no blanco de los asaltantes, estuvo en contacto directo con tres diputados, entre ellos uno de Arizona (señalado con nombre y apellidos en su declaración). A todo esto, una comisión de la Cámara baja del Congreso estaba reunida para debatir, y eventualmente votar, una resolución para que el vicepresidente Mike Pence pusiese en marcha la vigésimoquinta enmienda de la Constitución para incapacitar a Trump. Y numerosas empresas anunciaban en cascada la retirada de fondos para las campañas de los diputados y senadores que votaron en contra de la confirmación de Biden el 6 de enero (el día del asalto). Se unían así a la Asociación de Fabricantes que habían retirado su apoyo a Trump estos pasados días. El hasta ahora presidente perdía así un apoyo muy importante de un sector industrial que le ha sido muy favorable. También conocíamos los anuncios de diputados y senadores Republicanos favorables al impeachment. Sorprendió saber que Mitch McConnell, el líder de la mayoría en el Senado que dejará de serlo en breve tras perder los dos puestos del Senado por Georgia, mostraba en privado, para que se filtrase, su alegría ante el impeachment. Porque serviría para eliminar a Trump y el trumpismo del Partido Republicano. Añadan que Trump ha sido silenciado en las redes sociales, detalle menor pero importante, dado el elevado número de seguidores con los que cuenta.

¿Como funciona el impeachment? Es un mecanismo de dos vías. La primera es la presentación y votación en la Cámara baja, el House of Representatives. Esto va a suceder hoy (Pelosi ya presentó la documentación este pasado lunes). El impeachment se aprueba por mayoría simple. El Partido Demócrata la tiene. Así que cuentan con el triunfo en su mano. De ahí mi titular de «Trump camino del segundo impeachment«. Además, dadas las declaraciones de varios diputados Republicanos obtendrán una mayoría más que holgada. Una vez superado este proceso se pone en marcha la segunda vía: el juicio en el Senado. Para declarar culpable al presidente se necesitan dos tercios de la Cámara alta. Dada la actual composición del Senado, con mayoría Republicana, es difícil que salga culpable. Con la nueva, 50 escaños para cada partido con el voto decisivo de la vicepresidenta Kamala Harris, quien además será presidenta del Senado, los Demócratas necesitarán 17 votos Republicanos, aparte de los 51 suyos, para declarar culpable a Trump. E inhabilitarle para ejercer cargos públicos (entre ellos presentarse a senador o a las presidenciales de 2024). Esto abre las aspiraciones de varios políticos del Partido Republicano de cara a las primarias. Factor muy a tener en cuenta en toda esta historia. En la que el sucesor de Trump, sería su hija Ivanka (como ya apunté hace un año) o uno de sus dos hijos. Bien dentro de las filas Republicanas o en un partido de nueva creación (una escisión tipo la de Vox del PP).

La pregunta clave, asumiendo el impeachment de hoy de la Cámara baja: ¿Cuándo se celebrará el juicio en el Senado? ¿Antes de la toma de posesión de Biden el 20 de enero o después? Hay un margen de 100 días. Existen diversas teorías al respecto. Supongo que dependerá de los objetivos: condena, destitución e inhabilitación o condena e inhabilitación o solo inhabilitación.

Existe otra posibilidad: que Trump dimita para que asuma la presidencia Pence y le indulte. Como hizo Ford con Nixon. Aunque esto de Trump dimitiendo como que va a ser difícil… pero nunca se sabe. Su calendario judicial, sin inmunidad presidencial, es muy complicado. La zanahoria del perdón podría servir.

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Medios y racismo en la República Bananera de Estados Unidos

En el post de ayer comentaba temas que hoy han sido ejes centrales del debate sobre los sucesos ocurridos, el pasado 6 de enero, en la capital de la República Bananera de Estados Unidos. Me refiero a la destitución de Trump (mediante el impeachment o la vigésimoquinta enmienda de la Constitución) y a las responsabilidades de los políticos responsables, empezando por el propio Trump y siguiendo por sus colaboradores así como los diputados y senadores republicanos que le han bailado el agua. También escenificaba el obvio racismo (sobre lo que incidiré al final de esta entrada). Y me guardaba la baza de los medios de comunicación para hoy.

El rol de los medios no se puede ni debe pasar por alto. Su actitud ha dejado mucho que desear. Los no favorables a Trump empezaron riéndole las gracias y menospreciando su relevancia. Le consideraron un bufón. Mientras tanto, durante todos estos años, les fue colocando sus teorías conspirativas. Desde inventarse que Obama no había nacido en EEUU hasta los mundialmente famosos emails de Hillary Clinton. Más decenas de otras historias igual de absurdas (como la de la red de pederastia cuya sede estaba en inexistente sótano de una pizzería de Washington). Se burlaban de él pero no le desmontaban, aireando sus estupideces. ¿Por qué? Por las audiencias y su conversión en ingresos publicitarios Es decir, los intereses económicos de esos medios supuestamente críticos primaban sobre una información veraz y rigurosa. La que se espera de ellos. Al otro lado del espectro, los infames medios favorables a Trump eran implacables en el elogio y apoyo a Trump. Y demoledores con sus rivales (fuesen los de las primarias del Partido Republicano o los de las presidenciales). A la cabeza están los controlados por Rupert Murdoch. Recordemos que Aznar se sienta en el consejo de administración del holding de Murdoch.

Murdoch, australiano nacionalizado estadounidense para poder montar su imperio mediático, montó Fox News para el acosador Roger Ailes. Ailes y Fox News fueron básicos para el impulso de la carrera política de Trump. Apostaron por él cuando nadie lo hizo. Y lo llevaron en volandas a la presidencia. Las falsedades y bulos de ambos se retroalimentaban. Hoy en día aunque los medios de Murdoch (Fox News, The Wall Street Journal, The New York Post, etc.) intentan poner una prudente distancia con Trump, sus estrellas le siguen apoyando incondicionalmente. El último ejemplo es de la noche del día 6: el infumable Tucker Carlson lamentaba el fallecimiento de la seguidora de Trump, disparada por un policía en el interior del Capitolio. El contraste con su actitud respecto a los afroamericanos, muertos a disparos de la policía, era más que obvio. En un caso hubo empatía y en otro silencio. Aparte del sesgo ideológico está el flagrante racismo de las dos situaciones. Pero esto ya avisé que lo dejo para el final.

Retirarle la nacionalidad a Murdoch y volver a la ley anterior a 2017 (los extranjeros no podían controlar más del 25% de las empresas de medios) o no renovar la licencia de emisión a Fox News podrían ser medidas para oxigenar el ambiente.

He incidido en Fox News por su alcance y relevancia en términos de audiencia. Medios digitales, como Breibart News (donde brillaba Steve Bannon, exasesor de Trump y actualmente pendiente de juicio por estafa), también influyeron. La propagación por redes sociales de todo tipo de mentiras no deben pasar desapercibidas. En este coctel falta el ingrediente de la injerencia rusa. Una vez agitado y servido nos encontramos con la trama de las ultimas temporadas de la serie «Homeland«: campañas de intoxicación rusa, bots, elecciones presidenciales, extrema derecha en EEUU, medios alternativos, etc.

Como ya anuncié dejaba para el final el asunto del racismo, que ya formó parte del post de ayer. No estoy loco ni exageraba. Durante el transcurso del día de ayer muchas voces autorizadas se sumaron a este asunto. Y a los argumentos que presenté. Cuando escuché a Joe Biden afrontar el tema de cara, cogiendo el toro por los cuernos, pensé que se había avanzado una barbaridad. Biden venía a decir lo que escribí: «No me puedo quitar de la cabeza que la turba de Trump eran blancos, algunos con uniformes de camuflaje y chalecos antibalas… De ser afroamericanos, no hubiesen pasado del primer escalón de la escalera de acceso a la entrada principal del edificio. Y los hubiesen baleado sin contemplaciones (por bastante menos se han cargado a chavales negros)… recuerden como gasearon y golpearon a los del Black Live Matters para despejar la calle y que Trump la pudiese cruzar y hacerse una foto con la Biblia, en la iglesia enfrente de la Casa Blanca«.

Biden también uso el ejemplo del Black Lives Matters. Asumo que conocerán las imagenes del asalto al edificio del Congreso y la pasmosa falta de seguridad (así como el asombroso fallo de los servicios de inteligencia). Comparen con la foto de como se protegió el mismo edificio durante las protestas del Black Live Matters. Los de entonces eran manifestantes afroamericanos y los del día 6 eran blancos. No hay otra.

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La República Bananera de Estados Unidos

Ayer se confirmó la deriva del país presidido por Donald Trump: oficialmente ya son la República Bananera de Estados Unidos. Las imágenes que vimos de la toma del Capitolio, el edificio que alberga las dos cámaras del Congreso, son propias de un país tercermundista o de uno camino de una dictadura. Lo sucedido es un golpe de estado en toda regla. ¿O cómo se puede calificar la no aceptación de un resultado electoral y la suspensión forzada, por los seguidores de Trump, de la sesión conjunta de las cámaras del Congreso para certificar el triunfo de Joe Biden?

Unas horas antes del asalto al Capitolio, Trump había arengado a las masas que él mismo había convocado en la capital del país.

No me puedo quitar de la cabeza que la turba de Trump eran blancos, algunos con uniformes de camuflaje y chalecos antibalas. (De las banderas confederadas y las pancartas alusivas a Jesucristo ya hablamos otro día). De ser afroamericanos, no hubiesen pasado del primer escalón de la escalera de acceso a la entrada principal del edificio. Y los hubiesen baleado sin contemplaciones (por bastante menos se han cargado a chavales negros). Cualquier turista que haya visitado Washington y se haya interesado por conocer el Capitolio es consciente de las medidas de seguridad. ¿Dónde estaban esas medidas ayer? Los manifestantes se saltaron todos los controles, entraron con mochilas y se colaron por todas partes. No se puede alegar que lo acontecido fuese una sorpresa. Estaban convocados por el estafador en jefe para mostrar su rechazo a la nominación de BidenLa alcaldesa pidió ayuda a la Guardia Nacional en previsión de lo que podría suceder (y sucedió). No la hicieron caso. ¿Por ser mujer afroamericana? Visto lo visto no lo descarto… recuerden como gasearon y golpearon a los del Black Live Matters para despejar la calle y que Trump la pudiese cruzar y hacerse una foto con la Biblia, en la iglesia enfrente de la Casa Blanca.

Al de la barba canosa, en el centro de la imagen, le vimos en TV rompiendo unas ventanas para entrar al Capitolio, junto a los que le acompañan en la foto. Estaban preparados para hacerlo y contaban con las herramientas apropiadas.

Asumo que la certificación pendiente de los votos de los colegios electorales se reanudará una vez restablecido el orden.

¿Se purgaran responsabilidades? ¿Intentarán echar a Trump de la Casa Blanca? Tienen dos vías: otro impeachment, de carácter urgente, o declararle incompetente para ocupar el cargo (previsto en la 25ª enmienda de su Constitución). En ambos casos, ya que están deberían aprovechar la sesión conjunta.

También tenemos la situación de los diputados y senadores adictos a Trump, cuyas tretas para dilatar el proceso de confirmación de Biden, han propiciado el caldo de cultivo para los sucesos de ayer. Su complicidad es manifiesta. Y la policía los defendió a punta de pistola y los evacuó del edificio como hizo con los congresistas democráticos que sí respetan las leyes de su país.

Estos diputados y senadores son tan impresentables como su jefe de filas: no respetan resultados electorales si pierden, tampoco acatan las sentencias de más de 60 tribunales que han echado por tierra sus fantasías, mentiras y especulaciones (algunos de los jueces fueron nombrados por el propio Trump y dos de los estados que reclaman, como Arizona y Georgia, están gobernados por su partido, el Republicano).

¡Bienvenidos a la República Bananera de Estados Unidos!

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Dylan vende todo

La noticia musical de ayer fue la venta de todo el catalogo de canciones de Bob Dylan. Aclaro: Dylan lo ha vendido todo, tanto los derechos que le corresponden como autor como los derechos editoriales. Estos últimos los controlaba su propia editorial, Bob Dylan Music Company (BDMC). Esta nació de la agrupación de todas las editoriales que ha tenido el Nobel de Literatura a lo largo de su dilatada carrera (Dwarf Music, Big Sky Music, Ram’s Horn Music y Special Rider Music). Algunas surgieron por asuntos relacionados con divorcios. BDMC operaba directamente en Estados Unidos mientras Sony/ATV administraba los derechos en el resto del mundo. Asumo que una parte de la venta se canalizará a través de la empresa (por absorción) y otra a título personal.

Esta operación por la que Dylan se deshace de su pasado presenta varias particularidades. La primera que llamó mi atención fue la cuestión del derecho moral, inexistente en la legislación de la propiedad intelectual estadounidense y pilar básico de la europea (conocida como derecho continental). Este derecho moral surgió como protección de los autores para que no vendiesen todos los derechos de sus obras por cuatro perras. Algo más frecuente de lo deseado, por los problemas de adicción que todos pueden imaginar. Las sociedades anglosajonas, tan pro business, no aceptaron esta normativa. En el caso de Dylan no hay ningún abuso y como autor estadounidense se aplica la legislación de su país. La particularidad surge por la parte compradora: Universal Music Publishing Group es una editorial estadounidense, mas su propietaria es una multinacional francesa. De no estar registrada UMPG como empresa de EEUU habría creado problemas burocráticos. De fácil solución, pero costosa.

No se ha desvelado el precio de la adquisición. Algo que tendrá que hacerse al publicar las cuentas del trimestre y las anuales de 2020 de UMPG. Mientras, los medios especulan con una cantidad que rondaría los 300 millones de dólares. Cifra que me resulta irrisoria, aunque parezca que es mi comentario el que lo sea. Me explico: hace tan solo unos días, el 4 de diciembre, Primary Wave Music Publishing anunció que le había comprado a Stevie Nicks una gran parte de sus derechos (80%) por unos 100 millones de dólares. Es decir, por un tercio de lo que dicen que le han pagado a Dylan se llevan menos del 100% de los derechos de Nicks, que es lo que Dylan le ha vendido a UMPG. No me cuadra. No infravaloro a Stevie Nicks ni sobrevaloro a Bob Dylan. Pero las cosas como son: la carrera de uno arranca en 1962 y su catalogo son más de 600 canciones, muchas de ellas versionadas por los más grandes de todos los estilos y géneros (superan las 6.000 grabaciones). El mayor éxito de Nicks fue el «Rumours» de Fleetwood Mac, uno de los más vendidos de la historia. De las 11 canciones del álbum tres fueron compuestas por ella más uno con toda la banda. En el siguiente, «Tusk«, un doble, suyas son cinco de las 20 canciones. En solitario también tuvo éxito, pero sin llegar a la altura del «Rumours«. Primary Wave, que se ha hecho con los derechos editoriales de Nicks, inició sus actividades en 2006 con la compra del 50% del catalogo de canciones de Kurt Cobain.

Estas compras recientes (Dylan, Nicks) tienen algunos antecedentes de este mismo año: Calvin Harris (90 millones), Imagine Dragons (100 millones), The Killers, etc. A esta lista muy pronto se unirá David Crosby.

La pregunta clave es: ¿qué ha motivado a Bob Dylan para deshacerse de sus activos más preciados? Al 100%. Igual que en los casos mencionados anteriormente puede haber una motivación fiscal. El presidente electo Joe Biden anunció durante su campaña que subiría el impuesto de plusvalías de un 20% al 40% para las ganancias superiores a un millón de dólares. Esto quizás explique el frenesí de compras y ventas desde las elecciones del 3 de noviembre hasta la fecha. Pero sigue sin despejar la incógnita principal: ¿por qué vender el 100% de sus canciones? Evidentemente el precio será mayor cuanto más porcentaje venda. ¿Pero de ahí al total? Demuestra un desapego absoluto por sus creaciones. ¿O es justo todo lo contrario? Porque prefiere dejarlas en manos de profesionales (UPMG) que en quién sabe quién. Estoy hablando de sus herederos, sus parejas, y sus respectivos abogados, asesores financieros y demás buitres. Probablemente, desde el punto de vista fiscal, esta también pueda ser la mejor solución para los herederos. Aparte que los derechos de autor pasan a dominio público 70 años después del fallecimiento del autor. Es decir, vendiendo incluso puede estar beneficiando a los herederos de sus herederos (si los herederos directos no dilapidan la previsible fortuna que les va a quedar). Recuerden que Bob Dylan tiene 79 años.

Por una ironía del destino UPMG va controlar todas las canciones de Dylan. Leeds Music Publishing le firmó su primer contrato editorial (un adelanto de 100 dólares) para las dos canciones propias incluidas en su álbum de debut (1962), más los arreglos de los cuatro temas tradicionales que adaptó. Leeds Music fue vendida a MCA que a su vez posteriormente fue comprada por Universal.

En la editorial de Dylan, Bob Dylan Music Company, además de sus temas encontramos una joya no compuesta por él: «The Weight» de Robbie Robertson (The Band).

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Biden 306 Trump 232

Ha terminado el conteo de las elecciones presidenciales en EEUU. El presidente Trump solo ha obtenido 232 votos frente a Joe Biden, quien ha sumado 306 votos de los colegios electorales. Estos se formaran una vez se certifiquen los resultados durante las dos últimas semanas de noviembre. Este resultado es el vaticinado por El Mundano el pasado 6 de noviembre, cuando me atreví a afirmar que Biden ganaría cuatro de los cinco estados pendientes por contar.

Se precisan 270 votos para alcanzar la presidencia. Biden ha logrado margen de sobra frente a Trump. Curiosamente este es el mismo resultado que Trump obtuvo frente a Hillary Clinton (306 vs. 232). Entonces, en 2016, Trump calificó su triunfo como una barrida, una victoria arrolladora («massive landslide«). Por tanto, a la vista de los mismos resultados en 2020, también podemos describir el triunfo de Biden, usando las palabras de Trump, como un massive landslide. Mayor aún si cabe. Porque ahora la ventaja de Biden en las urnas (votos directos) ha sido mayor y eso que en 2016 Clinton le metió casi tres millones de votos populares de ventaja a Trump. Para su enorme fastidio. El entonces presidente electo declaró que hubo un fraude masivo de votos de inmigrantes legales. ¿Millones de ellos? Ordenó una investigación y no se encontró nada. ¿Les suena de algo? Ahora, que ha perdido, también habla de fraudes electorales. De momento, sus alegaciones y demandas, van cayendo una a una como un castillo de naipes. Incluso sus abogados han retirado un par de ellas, ante la falta de evidencias y para evitar el riesgo de ser demandados por denuncias falsas.

Decía que el triunfo de Biden es aún mayor, a pesar de la similitud en los votos electorales de las dos últimas presidenciales. Porque Biden le ha sacado 5,4 millones de votos populares a Trump (78.187.479 votos por los 72.767.368 de Trump).

En todo este asunto, sean estas presidenciales o las anteriores, queda claro que el lema «America First» era un eufemismo para no decir «Trump First«. A Trump lo único que le interesa es Trump. Y por eso la crisis de la pandemia (además de su racismo) se lo ha llevado por delante, a pesar de los 72,6 millones de personas que le hayan votado.

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¿Qué estará maquinando Putin?

¿Qué estará maquinando Putin estos días? Es la pregunta que nos hacemos Los Mundano. Nueve días después de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, el líder ruso no se ha pronunciado. Cuando Trump ganó en 2016 Putin tardó poco más de una hora en felicitarle tras las proyecciones de los medios estadounidenses. En estas, ganadas por Joe Biden, Putin aún no ha dicho esta boca es mía.

Hasta el momento Biden supera a Trump en casi 5,2 millones de votos populares y ha superado la barrera de los 270 votos de los colegios electorales (son los que cuentan para ganar la presidencia).

Un portavoz del Kremlin dijo que el presidente ruso Vladimir Putin espera al anuncio de los resultados oficiales de las elecciones presidenciales de Estados Unidos antes de felicitar al ganador. En 2016 no se la cogió con papel de fumar y ahora sí. ¿Biden habrá tomado buena nota de esto?

¿Qué estará maquinando Putin estos días? Su silencio es sospechoso…

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Trump: el «loser y sucker» real

Traducción:

Donald Trump es el autentico «perdedor y tonto» de las elecciones de EEUU.

1.- Un triple perdedor: perdió su trabajo (le votaron fuera los votos electorales y los populares); fue el garbanzo negro en una buena noche de los Republicanos en los que ganaron actas de diputados, no pincharon en el Senado como se esperaba y añadieron un gobernador; y es tan solo el cuarto presidente que pierde ejerciendo el poder.

2.- Un tonto al cuadrado: ha perdido usando sus propias palabras con «Sleepy Joe» y una panda de Demócratas, «no tan inteligentes como yo»; asegura que esta panda de incompetentes son los que le han robado las elecciones jajaja.

¡Un patético «perdedor y tonto»!

 
 
 

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Sleepy Joe Biden camino de dormir en la Casa Blanca

Sleepy Joe Biden va camino de dormir en la Casa Blanca a partir de enero. En una noche vertiginosa dos estados están a punto de protagonizar flips descomunales para Biden. Se trata de Georgia y Pensilvania. Este último era la gran baza de Biden. Sus 20 votos electorales aseguran matematicamente la presidencia (Biden cuenta con 253 votos y se precisan 270 para ser presidente).

La remontada en Pensilvania ha sido espectacular. Ha superado un deficit de más de 600.000 votos. La escalada arrancó en cuanto empezó el computo de los votos por correo y el de los votos presenciales adelantados. La ira del perdedor Trump también aumentó. El problema no radica en sus acusaciones, carentes de fundamento (como veremos luego en un ejemplo). La realidad es que el responsable de sus problemas ha sido él mismo, como bien señalaba The Washington Post:

[…] The reasons so many Biden-friendly mail ballots were counted so late in states like Michigan, Pennsylvania and Wisconsin are actually rather simple. One reason is that populous urban areas (which lean strongly blue) have more votes, which means it takes longer to count them. Another is that Trump spent months raising concerns about mail-in balloting, leading to an extraordinary partisan imbalance in which voters embraced them.

But the biggest reason for the lag is that Republicans allowed it to happen. Despite the urging of state election officials, the GOP-controlled legislatures in those three key states all declined to let mail ballots to be counted earlier — unlike the vast majority of states — despite knowing the number of mail ballots would dwarf any previous election. […]

Es decir, el Partido Republicano controla los Congresos de los tres estados, Michigan, Pensilvania y Wisconsin, que Trump ha perdido ahora y que en 2016 le llevaron a la presidencia. Lo que entonces fueron sus flips ahora son sus flops

Hay factores a considerar en la polarización provocada por Trump. La primera es que ha llevado a una participación electoral masiva. La segunda es que a grosso modo hay dos aspectos que materializan la previsible derrota de Trump, el autentico loser & sucker de estas elecciones. Se trata de la pandemia (ya apuntada en este blog ¡a principios de marzo!) y el racismo. Los analistas deberían fijarse en las grandes ciudades que han protagonizado los flips y flops: Milwaukee en Wisconsin, Detroit en Michigan, Atlanta en Georgia y Philadelphia en Pensilvania. En estas urbes el voto afroamericano ha sido decisivo. Un voto que apoyó a Obama, le dio más o menos la espalda a Hillary Clinton y que se ha levantado en masa para aupar a Biden. Desde las primarias del Partido Demócrata (en una campaña que Biden calcó a la de Obama).

Las mujeres afroamericanas han votado ampliamente a Biden. No tanto los hombres, porque Trump ha recibido un apoyo sobre el 12%. Aquí pueden entrar en juego asuntos como el de los millonarios raperos que públicamente expresaron su votos por Trump (50 Cent, por ejemplo, dijo que no quería convertirse en 20 Cent). Y luego está el tema del macho alfa, con el que tantos afroamericanos se identifican con el actual presidente. Para espanto de las mujeres y familias que lo sufren. Otro aspecto destacado del racismo latente en Estados Unidos son las instrucciones que las madres afroamericanas dan a sus hijos. Sobre como tienen que comportarse en una sociedad blanca y con esa policía que les acosa y culpabiliza por el color de su piel. Aquí no hay barreras sociales. Incluso diría que los pijos lo llevan peor, al carecer del street smart de los de extracción social más baja. Es una cuestión de racismo. Las oleadas de brutalidad policial de los últimos años y las movilizaciones del Black Lives Matters, así como las simpatías no disimuladas de Trump por los supremacistas blancos, han tenido un peso enorme. Tanto para Trump como para Biden. Porque no olvidemos el enorme apoyo del presidente saliente (cerca de 70 millones de votos) y que Biden es el candidato más votado de la historia de EEUU (sobre los 74 millones). 

Las falsas promesas (incumplidas todas) de crear puestos de trabajo y traer inversiones a los estados industriales también han tenido su peso. No olvido esto, porque fueron estas las razones que cambiaron el voto a Clinton por el de Trump. No se fiaron de ella y depositaron su confianza en un timador… Lo que entonces fueron flips para Trump ahora son flops. Salvo en Ohio e Indiana, feudos republicanos.

Georgia es el ejemplo más claro de las falacias de Trump. El estado tiene un gobernador republicano. Las dos cámaras de su Congreso están controladas por el Partido Republicano. ¿Y Trump nos cuenta que ha habido fraude electoral? ¿De verdad? El flip de Biden y el flop de Trump en Georgia ha sido historico: es la primera vez, en casi 30 años, que un candidato Demócrata gana en Georgia, el estado del melocotón. ¿En serio ha habido fraude electoral? ¿En un estado republicano? ¿Tan torpes son? No es creíble. Como recordaba hoy Javier Zurro está táctica nos retrotrae a la obra maestra de Orson Wells, «Ciudadano Kane«, y esa portada del Fraud At Polls para justificar el fracaso electoral de Kane, el dueño del periodico.

¿Y del fraude postal Trump no tiene nada que decir? Han sido continuas las zancadillas perpetradas contra el voto por correo. Con un responsable claro: el ejecutivo que él eligió para presidir el servicio de correos y que, casualidad, es uno de sus mayores donantes. Esto del voto por correo, me recuerda a unas elecciones del Real Madrid: acusaron al vencedor, Ramón Calderón, de haber falsificado los votos por correo. El asunto acabó en los tribunales y se descubrió que ¡los acusadores eran los que habían intentado amañar el voto por correo! 

En estas presidenciales se votaban otras cosas: las dos cámaras del Congreso de EEUU (Senado y Casa de los Representantes), legislaciones locales (como la legalización del uso recreativo de la marihuana en Nueva Jersey, el salario mínimo en Florida, etc.). ¿El fraude de las papeletas solo ha afectado a Trump y no a lo demás que iba incluido en las mismas? El Partido Republicano tuvo una buena noche electoral en el Congreso. Aumentaron su numero de diputados en la Casa (con los Demócratas perdiendo cinco actas) y no sufrieron la debacle anunciada en el Senado. Las encuestas daban mayoría a los Demócratas. No ha sido así. aunque aún se desconoce el resultado final y en Georgia habrá que volver a votar los dos puestos de senadores el próximo enero. 

Ya avisé sobre las encuestas, a nivel presidencial: no hagan caso a las nacionales, porque no reflejan la realidad del voto electoral que es estatal. Solo son fiables las encuestas estatales. Y estas no se han equivocado. Ambas predecían la victoria de Biden, pero las locales han estado más cerca de las diferencias. En cualquier caso, de momento y adjudicando a Biden los cuatro de los cinco estados que faltan por completar, supera ampliamente los 270 votos electorales necesarios. Con estos cálculos lograría 306 (Trump en 2016 también ganó con 306).

Ya lo decían los Allman Brothers Band: «Eat A Peach«. Trump cómete un melocotón…

 

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