Se van cumpliendo los objetivos de vacunación que anunció Pedro Sánchez. El primero se cumplió el pasado 20 de abril cuando el número de vacunados supero al de contagiados. El segundo se logró ayer: 5 millones de españoles recibirían la pauta completa de vacunación (las dos dosis) para la primera semana de mayo. En realidad son 5.098.903. Obvio que el ritmo de vacunación depende de la disponibilidad de las distintas vacunas. El presidente del gobierno se comprometió cuando desde la UE le aseguraron los suministros, que coincidía con las CCAA ya entrenadas en su distribución a los centros de vacunación. En este proceso la logística, por la cadena de frio extrema, ha sido otro hito.
Cuando Sánchez anunció el calendario de objetivos se le echaron encima los de siempre. Es muy preocupante el rol de los medios de comunicación «de bufanda» en todo esto. Algún día, más pronto que tarde, deberíamos coger este toro por los cuernos. ¿A qué intereses responden estos medios? ¿A los de una información veraz y objetiva o a los de sus propietarios? A veces son tan burdos en sus afirmaciones e intoxicaciones que pierden el pudor y se saltan cualquier lógica. En este caso: ¿de verdad se creen que un gobernante o dirigente político, del signo que sea, se va a lanzar a comprometerse a unas cifras cuantitativas, fácilmente comprobables con el paso del tiempo? No será más bien que estos políticos se marcan objetivos posibles de cumplir. Me recuerda a cuando el nuevo presidente de EEUU Joe Biden prometió que 100 millones de estadounidenses estarían vacunados en sus primeros 100 días. La cifra era espectacularmente alta. Y se cumplió días antes del plazo previsto.
La (auto) flagelación por intereses espurios es toxica. Congratulémonos por el excelente quehacer de los investigadores y científicos que han producido vacunas en tiempo récord. También por el buen hacer del personal sanitario y de los distintos gestores que han intervenido en todo el proceso (en el camino recorrido desde los laboratorios hasta tu hombro).
No ensuciemos algo claramente positivo, sobre todo en un aspecto: el de la evolución de nuestra civilización. ¿No les parece un tremendo avance que la vacuna sea gratis, se de preferencia a grupos prioritarios (incluyendo a los mayores) sobre los más poderosos, y sobre todo poder disponer de vacunas en tiempo récord? Añado un dato, conocido para quienes ya han recibido su primera dosis: la buena organización. Esto va en el haber de las CCAA.
Nuestro comportamiento en la cola (distancia social con la mascarilla puesta) y en el momento cumbre del pinchazo (y los tramites posteriores) es otra prueba de nuestro progreso como especie.