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Jeff Beck y Johnny Depp

Hace dos años Jeff Beck y Johnny Depp dieron a conocer su primera colaboración: una versión del «Isolation» de John Lennon. Aquello no fue anecdótico porque dio lugar a un trabajo más profundo que pronto verá la luz en forma de álbum. ª18» será su título y refleja el proceso de rejuvenecimiento que han experimentado ambos trabajando juntos. Se editará a mediados de julio y han lanzado este video con la primera canción del álbum, dedicada a la gran Hedy Lamarr (actriz e inventora). La autoría del tema es de Depp.

P.D.: en YouTube hay actuaciones recientes de ambos interpretando «Little Wing» de Jimi Hendrix y «A Day In The Life» de los Beatles.

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LL Cool J en el Rock & Roll Hall Of Fame

El Rock & Roll Hall Of Fame celebró su gala en la que dio a conocer a los nuevos miembros de su Salón de la Fama. LL Cool J y Jay Z, dos grandes del rap, fueron electos. Uno, LL Cool J, es de los pioneros del género. Old School de la primera generación de raperos de Nueva York. Jay Z representa la renovación del rap, la nueva generación. Volvió a poner el foco en el rap de NY, cuando el rap puntero se había desplazado a los barrios de Los Ángeles. Además Jay Z se convirtió en presidente de Def Jam, la discográfica fundada por Russell Simmons y Rick Rubin cuyo primer fichaje fue LL Cool J. Cuando Simmons decidió dar un dar paso atrás eligió a Jay Z para sustituirle (Rubin ya había abandonado el barco unos años antes).

La presentación de Jay Z como nuevo miembro del Hall Of Fame corrió a cargo de Barack Obama (en video). La de LL Cool J fue de Dr. Dre, otro hall of famer. Dr. Dre recordó que fue LL Cool J quien acuñó G.O.A.T. (o GOAT), el acrónimo de Greatest Of All Times. Tanto el concepto como las iniciales.

La actuación de LL Cool J fue espectacular (la pueden ver en el video). Tuvo a Eminem y a Jennifer Lopez de invitados y se despidió con un tierno «Mama I made it!» (¡Mamá lo conseguí!).

Eligió acertadamente empezar con «Go Cut Creator Go«, el tema homenaje al DJ Cut Creator. La canción arranca con referencias al «Rock Around The Clock» de Bill Haley. El estribillo, precedido de un solo de guitarra sacado de Chuck Berry, es el de «Johnny B. Goode» de Berry. En la letra se menciona a Jimi Hendrix (El salvaje como acertadamente titula Jesús Ordovás su último libro). Todo cuadra.

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Jesús Ordovás tiene nuevo libro: «Jimi Hendrix. El salvaje»

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Ayer mi buzón traía sorpresa: un paquetito de Jesús Ordovás que contenía su nuevo libro: «Jimi Hendrix. El salvaje«. Según lo recogí, camino de la piscina, pensé que Jesús no para. Al volver a casa La Mundana, al ver el libro, comentó «Ordovás no para». Jesús es plenamente consciente de ello. Hace unos días escribió, en su Facebook, que dando una vuelta por librerías se dio cuenta que era el autor con más libros de música en el mercado. No solo en librerias, en casa también pasa.¡Enhorabuena amigo por tu productividad de calidad!

Este «Jimi Hendrix. El salvaje» no es el primero que escribe sobre el genial músico. El siglo pasado publicó otro en la colección Los Juglares de la editorial Júcar (la que dirigía Caballero Bonald y en la que Mariano Antolín Rato introdujo el rock y a Jesús Ordovás como autor). 

Este «Jimi Hendrix. El salvaje» incluye una antología de letras traducidas, el índice de canciones y la discografía de James Marshall Hendrix (Seattle, 1942-Londres, 1970).

Patricia Godes me recordaba, hace un par de años, que me escuchó decir en la tele (en el primer canal de TVE) que Hendrix era un extraterrestre. La definición de Jesús Ordovás como «el salvaje» es más que acertada. Y desde la publicación de este libro, creo que será la que perdure. Su versión del «Wild Thing» de los Troggs también tiene su peso. Para la historia queda su recreación en el Festival de Monterey.

De nuevo: ¡Enhorabuena amigo! 

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Los domingos de una pareja de veteranos (Robert Fripp y Toyah Willcox)

Durante la pandemia, y desde mayo del año pasado, los veteranos Robert Fripp (77 años) y su esposa Toyah Willcox (63 años) organizan en su cocina los “Toyah & Robert’s Sunday Lunch”. En su última experiencia dominical se lanzaron con el «Paranoid» de Black Sabbath. Les ayudó Sidney Jake.

En domingos anteriores nos alegraron con versiones de Nirvana, Sex Pistols, Jimi Hendrix, David Bowie, Led Zeppelin, Deep Purple, etc. Para hoy tienen previsto ZZ Top.

La pareja contrajo matrimonio en 1986.

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Un poco de Hendrix

Echo mucho de menos a Jimi Hendrix. Y cada año que pasa le echo más de menos.

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Los raperos y el negocio de la marihuana

Hay al menos media docena de empresas dedicadas al negocio de la marihuana que son propiedad de destacados raperos. Hasta la fecha sus negocios, más allá de la industria musical, se extendían a líneas de ropa, calzado deportivo y accesorios. El imperio de Jay-Z también abarcó el mundo deportivo (fue accionista de un equipo de la NBA, los Brooklyn Nets). Su nueva empresa, Monogram, en asociación con una firma especializada en productos derivados del cánnabis, está enfocada al cultivo. Si la entrada de Jay-Z en este mercado es reciente, pero significativa, quien ha estado ahí desde el principio ha sido Snoop Dogg. Activo en la movidas por la legalización de la marihuana, tanto para su uso médico como recreativo, actualmente cuenta con dos marcas: la web Merry Jane y Leafs by Snoop. A Snoop Dogg también se le conoce como The God of Ganja y The Undisputed Chairman of Cannabis.

Otros raperos involucrados en el negocio de la marihuana son Wiz Khailfa, Nipsey Hussle, Jim Jones, Berner, Lil Wayne y B-Real (de Cypress Hill).

No solo la cultura Hip Hop está vinculada al negocio cannábico. Los porros forman parte de las músicas populares del siglo XX, independientemente de estilos y géneros. En este sentido Willie Nelson podría ser considerado un pionero, dada su larga trayectoria y su edad (87 años). Siempre fue muy abierto al respecto (y sufrió encarcelamientos por ello). Recuerdo que en los 80 presumía de tener la mejor plantación de Estados Unidos, en su rancho en las afueras de Austin (Texas). Herbie Herbert, entonces mánager de Journey, decía que la mejor era la suya. La tenía en Maui (Hawaii). Su argumento era demoledor: había pertenecido a Jimi Hendrix, a quien se la había comprado.

Pueden consultar la lista de productos que vende Willie Nelson en la Web de su empresa Willie’s Reserve.

No está de más recordar el tremendo impacto económico que ha supuesto la paulatina legalización de la marihuana en Estados Unidos (aunque la líder mundial sea una empresa canadiense). El primer paso fue su uso terapéutico y se ha ampliado al ámbito del ocio y la diversión. En mayo del año pasado la revista Business Insider publicaba varias razones sobre el peso de la industria cannábica. Citaban que el salario medio en las empresas dedicadas al cultivo, producción y distribución de los productos de marihuana era un 10% superior al salario medio de EEUU. Luego está la creación de miles de puestos de trabajo y como se han levantado zonas castigadas por el desempleo y la recesión. Decían que hay cinco veces más trabajadores de la marihuana que del carbón. Y que para 2022 los 330 mil empleos superarían a los 286 mil de las siderurgias.

Los 52 mil millones en ventas del 2019 podrían ser 75 mil millones en 2022, superando el PIB de nueve Estados e igualando el de dos.

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Mis discos dobles favoritos

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Electric Ladyland o el regreso al futuro (Efe Eme)

7 de febrero de 2009

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Desde hace unos meses se están reeditando aquellos vinilos y músicas que marcaron una época. Los que crearon tendencia. Desde la antología de la Motown hasta el primer álbum de Black Sabatth. Y por encima de todos destacan dos ediciones especiales de lujo: las que conmemoran el 50 aniversario del “Kind of Blue” de Miles Davis y los 40 años del “Electric Ladyland” de The Jimi Hendrix Experience.

 

Corría el otoño de 1968 y mi padre regresaba de Holanda con el doble LP que sería número 1 en Estados Unidos y a la postre su último lanzamiento en vida. Sabía de mi pasión por Hendrix. Y la alimentaba ante el horror de mi madre.

 

“Baja esa música” repetía incansable mi madre, mientras yo no cesaba de poner los dos vinilos a todas horas. Antes de ir al cole, al volver, haciendo los deberes. Intentando descifrar esa tormenta sónica. Recuerdo que esa edición tenía la cara 1 y la 4 en un disco. Y la 2 y la 3 en el otro. Eso de entrada me desconcertaba. Hay que recordar que los LPs dobles no eran moneda común en 1968. De hecho el primero que tuve –asimismo el primero del historia del rock– fue el “Blonde on Blonde” de Dylan (pero no recuerdo esa configuración). Se editó en mayo del 66. Luego, a finales de junio del mismo año, salió “Freak out!” el debut de las Mothers of Invention de Frank Zappa (que conseguí pasados los años). Poco después del “Electric Ladyland”, en noviembre, los Beatles editarían el doble blanco… Con el paso de los años descubrí que era por los tocatas que aceptaban varios vinilos, con lo que la continuidad de la cara 1 a la 2 estaba asegurada. Y Philips era una compañía holandesa.

 

En mi pre adolescencia “Electric Ladyland” me transportó al futuro. Aún hoy me cuesta trabajo entender como un chaval de 12 años podía captar la magnitud de la obra maestra de la Jimi Hendrix Experience. O la de sus dos grabaciones anteriores. Era el futuro. Era otra revolución. Comparable a la de los Beatles o Bob Dylan. O a la del “Kind of Blue” mencionado anteriormente, aunque esto último no lo sabia en 1968. Y lo más grande es que 40 años más tarde sigue sonando moderno. Está vigente. Es el manual perfecto para cualquier músico que se quiera introducir por los vericuetos del rock. En “Electric Ladyland” está todo. Es exuberante. Colorista. Psicodélico. Sutil. Melódico. Fiero. Experimental. Tradicional… Era y es el futuro.

 

En esta reedición (CD + DVD) también encontramos las fotos que Jimi Hendrix quiso que formasen parte del diseño (portada, interior, contra). Fueron tomadas por Linda Eastman (luego McCartney) en el Central Park neoyorquino, donde las estatuas de los personajes de “Alicia en el país de las Maravillas”. No sólo no le hicieron ni caso –se usó un primer plano borroso en tonos rojizos y amarillos- sino que en Inglaterra y Alemania la portada y contraportada era una foto con muchas chicas desnudas. Algo que le disgustó y además creó problemas de distribución en las islas británicas.

 

Nuestro director Juan Puchades publicó un excelente artículo en estas mismas páginas de EFE EME, donde relataba el maravilloso DVD que acompaña al CD, en esta reedición de lujo. Precisamente este documental, producido originalmente en 1997 como parte de la serie de televisión Álbumes Clásicos, aporta las claves de cómo se fraguó la grabación. Que empezó en los Olympic Studios de Londres para trasladarse al recién estrenado Record Plant de Nueva York. Unas sesiones tumultuosas, caóticas, que supusieron la salida de Noel Redding de la Experience y el fin de la relación con Chas Chandler, su manager y productor (y ex miembro de The Animals). En esta nueva edición hay cuarenta minutos de contenido extra que no se vieron en el programa original. Cuenta con testimonios entre otros de Redding, Mitch Mitchell, el ingeniero y leyenda viva Eddie Kramer, Jack Casidy (de la Jefferson Airplane), Steve Winwood, Dave Mason (otro ex Traffic), Buddy Miles y Chas Chandler, quienes participaron en “Electric Ladyland”. Donde también colaboraron Brian Jones (Rolling Stones), Al Kooper y Chris Wood (Traffic).

 

Si sólo te vas a comprar un disco este año, no lo dudes: “Electric Ladyland”. Si no vas a comprarte ninguno, piénsatelo bien y rectifica (es de sabios). Llevo 40 años viviendo con él y cada escucha es un regreso al futuro. Palabra de Mundano.

 

Publicado en Efe Eme

 

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Un siglo de canciones: “All along the watchtower”

Band of Gypsys de Jimi Hendrix (par Christophe Magny)

 

 

 

Pinchando aquí podréis ver el episodio del documental dedicado al “All Along the Watchower” con comentarios de Noel Redding. Eddie Kramer, Chas Chandler, Dave Mason, Buddy Miles

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Band of Gypsys de Jimi Hendrix (par Christophe Magny)

7 de enero de 2009

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Portada alternativa con muñecos de Brian Jones, Hendrix, Bob Dylan y John Peel

 

Mencioné brevemente en los comentarios de mi post sobre Zappa las circunstancias en las que se realizó el “Band of Gypsys” de Jimi Hendrix. Me pidió Adrian que lo desarrollará. Vamos pues a visitar el backstage de esa grabación, que es a veces poco apetecible. Menos la conversación con Bill Graham, lo que cuento viene principalmente de mi infinita curiosidad por todo lo que tiene que ver con Hendrix, y en particular de dos libros: “Crosstown Traffic” (Charles Shaar Murray, Faber & Faber, London, 1989) y “Jimi Hendrix, Voodoo Child of the Aquarian Age” (David Henderson, Doubleday, New York, 1978, reeditado por Bantam en 1983 bajo el título “Scuse Me While I Kiss The Sky, The Life of Jimi Hendrix”). Son para mi lo mejor que se ha escrito sobre Hendrix, sobre todo el de Henderson.

 

La historia de “Band of Gypsys” empieza en 1965. Jimmy Hendrix termina su estancia en el grupo de Little Richard. Este ha tenido una influencia determinante sobre Hendrix: en su música y en su vistosa forma de vestir y moverse en el escenario. Hendrix dijo que quería hacer con su guitarra lo que Little Richard con su voz. Después se unió a la banda de Curtis Knight & The Squires. Ed Chalpin, manager de Curtis Knight, ve el potencial del joven Jimmy y le hace firmar un contrato de grabación en exclusiva por… un dólar. Solo tendrán lugar unas cuantas sesiones que en aquel momento no desembocaron en ningún disco.

 

Hendrix no mencionó la existencia del contrato a Chas Chandler (ex-Animals) cuando le fichó (1966). Chandler le trajo a Inglaterra, le cambió el nombre a Jimi, y montó The Jimi Hendrix Experience con Mitch Mitchell y Noel Redding. Allí empezó la leyenda.

 

Ed Chalpin aprovechó rápidamente el éxito mundial de Hendrix, sacando con Capitol Records en 1967 parte de las sesiones con Curtis Knight: “Get That Feeling (Jimi Hendrix Plays & Curtis Knight Sings)”, un disco que carece por completo de interés. Apoyándose en su maldito contrato, Chalpin demandó también a Reprise Records (el sello de Hendrix en EE.UU.). Chalpin ganó, y todos los royalties de Hendrix fueron bloqueados hasta una definitiva sentencia judicial.

 

Se fue Chas Chandler en mayo del 1968, durante la grabación de “Electric Ladyland”, harto del tiempo pasado en el estudio. Mike Jeffery, nuevo manager de Hendrix, y su máximo explotador, arregló un acuerdo con Chalpin: este recibiría un 2% de royalties de “Are You Experienced” y “Axis: Bold As Love”, los dos primeros discos de la Jimi Hendrix Experience. Y Hendrix le daría un disco para quitarse aquel contrato de en medio.

 

Hendrix había terminado “Electric Ladyland”, su obra maestra, y tenía previsto un doble LP de canciones nuevas, que salieron post mortem bajo los títulos de “Cry of Love” y “Rainbow Bridge”, y posteriormente como doble CD (“First Rays of the New Rising Sun”). Quería darle a Chalpin tan pocos temas nuevos como fuera posible. Decidió pues grabar un disco en vivo durante los conciertos que tenía firmados para Noche Vieja en el Fillmore East (Nueva York) de Bill Graham. Dos conciertos el 31 de diciembre, y dos el 1 de enero 1970. El afamado Wally Heider grabaría los conciertos con su estudio móvil.

 

The Experience ya se había disuelto con la partida de Noel Redding durante la grabación de “Electric Ladyland”, por motivos similares a los de Chas Chandler. También tuvieron su papel las presiones que ejercieron los Black Panthers y demás radicales negros sobre Jimi después de la muerte de Martin Luther King (1968). Hendrix tenía una audiencia y un poder de convocatoria enormes. En ese momento era el único artista negro de éxito entre los teenagers blancos. Un portavoz perfecto. Aparte de criticar a Hendrix por no tener un discurso radical sobre la condición de los negros en USA, los Black Panthers le reprochaban que tocara con blancos ingleses en vez de con sus hermanos negros americanos. Pero Hendrix no se identificaba con los radicales, se sentía más cerca de la ideología no violenta de Luther King. Esas presiones podrían sin embargo haber influido en su elección de Billy Cox y Buddy Miles, ambos negros americanos.

 

Sin bajista, antes de actuar en Woodstock, Hendrix llamó una vez más a su viejo amigo Billy Cox, al que conocía desde 1961, cuando estaba en la mili en Nashville. Tocaban entonces juntos en un grupo llamado The Casuals. Repetidas veces, incluso antes de irse a Inglaterra con Chas Chandler, Hendrix había llamado a Cox para que tocará con el, pero Cox no quería moverse de Nashville. Esta vez aceptó. Hendrix estaba harto de Redding, que no tenía ningún concepto de la necesidad para un bajista de tocar por ciclos, tanto rítmicos como harmónicos. Cox entendía de eso, mientras Redding sólo tocaba notas… De hecho, todas las fuentes coinciden en que el mismo Hendrix tocó el bajo en la mayoría de las canciones de la Jimi Hendrix Experience grabadas en el estudio.

 

Poco después de Woodstock se fue Mitch Mitchell, y Hendrix llamó a Buddy Miles, gran compañero de juerga durante sus estancias en Los Angeles. También había colaborado en dos canciones de “Electric Ladyland” (“Rainy Day Dream Away” y “Still Rainin’ Still Dreamin’”). Miles era un batería minimalista, funky, todo lo contrario del pirotécnico Mitch Mitchell. Ensayaron unos días, montaron varios temas, incluyendo unas composiciones de Buddy Miles (“Changes”, “We Gotta Live Together”). Iba todo más bien improvisado (“It’s a jam band”, dijo Hendrix), como lo demuestran las muy distintas versiones de los temas a lo largo de los cuatro conciertos.

 

Hendrix dio un primer concierto el 31 de diciembre, dando el show, saltos, acrobacias, todo su repertorio escénico. La gente se volvió loca, y allí es cuando le habló Bill Graham: “Estas dando un gran show, pero no te olvides que Wally Heider esta grabando, esto va a ser un disco, y la gente solo escuchará la música, no verá nada de tus malabarismos. Piénsatelo.” Hendrix le escuchó, lo demuestran las imágenes de los conciertos siguientes, donde se le ve sumamente concentrado, sin mover más que los dedos.

 

Es para mí el gran interés de “Band of Gyspys”: Hendrix nunca ha tocado tan claro, tan intenso sobre un escenario. Existen por supuesto otras inmensas canciones grabadas en vivo (el “Like a Rolling Stone” de Monterey), pero en el Fillmore en esos conciertos, Hendrix alcanza a mi modo de ver la cumbre de su arte en un escenario. En “Machine Gun”, a pesar de la batería machacona de Buddy Miles y de sus raquíticos coros, Hendrix está volando, edificando catedrales sónicas como nadie lo ha logrado jamás. Una obra maestra. “Power of Soul” y “Message of Love” son de los mejores temas que haya compuesto Hendrix, tocados aquí con una urgencia, una fuerza tremendas.

 

Harto de Miles, llamó a Mitch Mitchell poco después para que volviera con él. Mitchell era su complemento ideal, el que propulsaba al maestro a las alturas máximas, mientras Cox mantenía el contacto con la Tierra. Fue su rítmica hasta su muerte: Billy Cox y Mitch Mitchell, perfecto equilibrio entre bajo funk y batería polirítmica-jazzística-psicodélica. Miles Davis, que algo entendía de eso, declaró sin embargo que para el, la mejor sección rítmica que tuvo Hendrix fue la de Band of Gypsys.

 

Conocí brevemente a Bill Graham en 1982, durante la gira europea de los Rolling Stones en la que el hacía de agente y llevaba toda la logística. Durante los pocos minutos que pudimos charlar, le hice una única pregunta: ¿qué pasó esa noche en el Fillmore? Me dio su versión: “Cuando salió Jimi del escenario después de su primer concierto, todo el mundo estaba volcado, alucinado. Me preguntó que me había parecido, le dije ‘OK, Jimi, OK’.

 

Graham era un tipo muy impresionante. Por su trayectoria, empresario histórico del rock and roll americano, primero en San Francisco en la época hippie, con sus Fillmore y Winterland donde actuaron todos los grandes de ese tiempo. Luego el Fillmore East en Nueva York. Fue manager de Jefferson Airplane y Santana, entre mil otros. Era impresionante también físicamente, alto, fuerte, muy moreno, con esa cara (y fama) de mala leche. Le conocí poco pero nunca le vi sonreír. Tenía fama de decir siempre a los artistas lo que pensaba. Por eso le respetaban, por lo menos los más inteligentes.

 

Siguió con la historia: “Después de cambiarse, Jimi vino a verme y me preguntó otra vez que me había parecido. Le dije que sus saltos y carreras y malabarismos le impedían dar el cien por cien musicalmente. Que la gente venía a escuchar música, no a ver circo. Y volví a decirle que la gente que escucharía el disco no vería nada de su show escénico. Jimi se fue muy cabreado, pero en el segundo concierto de esa noche, no se movió en absoluto, estuvo concentrado como nunca. Al salir del escenario, me preguntó ‘All right, motherfucker?’ y volvió a tocar quince minutos de encore donde no paró de saltar y correr.”

 

Este segundo show es la base de “Band of Gypsys”.

 

Bill Graham murió en 1991 en un accidente de helicóptero.

 

¿Y Ed Chalpin? Después de la muerte de Hendrix, sacó más discos pésimos  de este con Curtis Knight. Lo último que oí (sin confirmar) es que en los 90 hacía de co-manager de Public Enemy.

 

 

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Un siglo de canciones: “All Along The Watchtower”

3 de enero de 2009

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Hace unos meses Antonio Gómez me propuso iniciar una serie sobre las canciones del siglo (pasado). He de confesar que de primeras ni entendí el concepto ni me entusiasmó la idea. Me daba pereza ponerme a pensar cual eran mis canciones favoritas. Antonio insistió e insistió. Y cada vez lo veía más complicado, sobre todo por un aspecto que era el que más me gustaba de su propuesta: pedir vuestra colaboración. Abrir el blog a las canciones que han marcado un hito en vuestras vidas (“pero Antonio porque van a escribir para El Mundano si muchos tienen sus propios blogs. Y si no colabora nadie, menudo papelón” le decía). El caso es que quien la sigue la consigue. Y el paso definitivo para convencerme fue cuando me mandó su canción. Lo cual me obliga a escribir este post. Y he elegido un tema en inglés para compensar la elección de AG. Que pronto leeréis. Y para los que queráis colaborar mandarme vuestros originales –con los enlaces correspondientes- a adrianvogelarrobagmailpuntocom.

 

All Along The Watchtower” es una composición de Bob Dylan, pero el impacto provocado por la versión de Jimi Hendrix cambió el tema por completo.

 

Era el cuarto corte del LP “John Wesley Harding” (1967). El disco que marcaba la vuelta de Dylan tras su ausencia (18 meses desde la edición de “Blonde on Blonde”) provocada por un accidente de moto (y probablemente por alguna cura de desintoxicación). Había estado trabajando con The Band en Woodstock (lo que dio lugar a uno de los vinilos piratas más famosos de la historia y en 1975 se editaría oficialmente como “The Basement Tapes”). Este octavo álbum de Dylan, producido como los anteriores por Bob Johnston, rompía moldes no sólo con su anterior trilogía rockera sino también con la explosión psicodélica del 67. El año que vio la edición del primer álbum de Pink FloydThe Piper at the Gates of Dawn”, el “Sgt. Peppers” de los Beatles, el “Their Satanic Majesties Request” de los Rolling Stones y el “After Bathing at Baxter’s” de la Jefferson Airplane. Estos eran los que marcaban estilo. Y él una vez más se apartaba de las tendencias.

 

El marcado carácter “rural” de “John Wesley Harding” y sus referencias bíblicas alcanza su máximo exponente en “All Along The Watchtower” (inspirada en un pasaje de Isaías sobre la caída de Babilonia). Además introducía una novedad musical: una nueva progresión de acordes que Jimmy Page aplicaría años después en “Stairway to Heaven” (y muy usada desde entonces por los grupos heavy).

 

También hay que destacar el hecho de que es la canción que Dylan ha tocado más veces en directo. A finales de 2003, Dylan la había cantado más de 1.400 veces. Además de la grabación original, Dylan ha lanzado cuatro versiones diferentes en vivo en los álbumes: “Before the Flood”, “Bob Dylan at Budokan”, “Dylan & The Dead” y “MTV Unplugged.

 

Y todo esto gracias a la versión de Jimi Hendrix, incluida en su excepcional doble álbum “Electric Ladyland”. Le dio nuevos bríos a la canción de Bob Dylan, que a partir de ese momento cobró una nueva dimensión. El propio autor decía al respecto: «Me deslumbró. Tenía tanto talento, podía encontrar cosas dentro de una canción que nadie más era capaz de ver y las desarrollaba. Seguro que la mejoró y me tomé la licencia de usar su versión. De hecho lo sigo haciendo.”

 

Cuentan que la Jimi Hendrix Experience empezó a grabar su versión en enero de 1968 en los Olympic Studios de Londres. Dylan le había dado a Hendrix una cinta de canciones suyas. En estas primeras sesiones también intervinieron Brian Jones (percusión) y el ex Traffic Dave Mason (a la acústica de 12 cuerdas). Quien también tocó el bajo cuando Noel Redding abandonó el estudio (por desavenencias). Aunque finalmente según testimonios del ingeniero Eddie Kramer y de su manager Chas Chandler (ex Animals) fue el propio Hendrix quien grabó el bajo, cuando reanudaron las sesiones (en el Record Plant de Nueva York).

 

Otro aspecto destacable de “All Along The Watchtower” es la cantidad de versiones que ha tenido. Desde Los Suaves hasta Brian Ferry. Quisiera destacar –y enlazar- unas pocas: la de U2Eric Clapton y Lenny Kravitz en 1999, Bruce Springsteen, Neil Young y The Boss (donde Young se arranca por Hendrix y Springsteen le mira embobado), Neil Young en el concierto por los 30 años de actividad de Bob Dylan.

Dylan con un pedazo de banda en 1995 en el Rock&Roll Hall of Fame

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