Ante el interés despertado por el post de ayer sobre el otro Alberto Cortez, el argentino, es de lógica dedicarle hoy unas lineas al autentico, el Alberto Cortez original.
Nacido el 25 de octubre de 1929 en Callao, el principal puerto de Perú (situado a 15 kilometros del centro histórico de Lima). Darío Alberto Cortez Olaya, su nombre real, fue un apasionado de la música cubana (boleros, cha chas y mambos) y colaboró con músicos cubanos de primera línea.
A los 9 años ganó un concurso radiofónico de canto criollo y a los 12 formó su primer grupo: Don Alberto y sus Caribes. Un año después le contrataron para la orquesta César Augusto y sus Locos del Mambo. Estuvo simultáneamente en ambas formaciones. Para 1954 ya está formando su tercera banda, Alberto Cortez y su Orquesta (dicen que fueron los primeros en salir de gira fuera de Perú), en la que cuenta con el gran Pepe Ébano de percusionista. Pepe llegó a Madrid de la mano de su compatriota Cortez y se convirtió en una leyenda viva de los estudios de grabación madrileños. Un fijo en las producciones del productor José Luis de Carlos (Las Grecas, Manzanita, etc.) así como con Vainica Doble, Amancio Prada, Micky, Camarón, Los Amaya, Miguel Ríos, Nuestro Pequeño Mundo, Mecano, etc. Y sus bongos son los que se escuchan en «Entre dos aguas» de Paco de Lucía. Una gran aportación de Cortez, el original, a nuestra música popular con el aterrizaje del peruano José Luis Ganoza Barrionuevo (1935), conocido como Pepe Ébano.
Benny Moré fue la primera estrella cubana con quien trabó relación. Fue en Caracas.
En su nueva orquesta contó con una leyenda como Ernesto Duarte, autor del clásico «Cómo fue» y padre del gran Tito Duarte (competidor de Pepe Ébano en las grabaciones madrileñas). También tenía en la agrupación a otro primera división: el contrabajista Israel Cachao López. En España se amigó con Miguelito Valdés Mr. Babalú quien venía a actuar.
La estancia de Alberto Cortez en Madrid tuvo un momento álgido: actuó en la inauguración de TVE.
En París fue contratado para cantar con los Lecuona Cuban Boys con Bebo Valdés.
El caso de suplantación que sufrió no fue un caso único ni el primero. El más antiguo conocido es el de Sony Boy Williamson a quien otro bluesman le tomó el nombre. Finalmente hubo un Sony Boy Williamson y un Sony Boy Williamson II.