
Dos mujeres, Inés Arrimadas y Adriana Lastra, han protagonizado la semana política española. Todo ha girado alrededor de la votación por la prórroga del Estado de Alarma en el Congreso de los Diputados.
La líder de Ciudadanos goleó en la previa y la portavoz del PSOE durante el debate.
La jugada de Arrimadas fue maestra: pactó con el gobierno, descolocó al PP de Casado, puso a Ciudadanos de nuevo en el tablero de juego y de paso limpiaba el partido de indeseables (e igual recupera a algunos de quienes se fueron por la intransigencia de Rivera, que desembocó en su fracaso electoral habiendo tenido los vientos a favor).
La intervención ayer de Lastra fue un soplo de ánimo para quienes estamos hartos de bulos, mentiras, infundios, falta de solidaridad y manipulación mediática de datos. Pensemos que el gobierno lo haya hecho muy bien (no), bien, regular o mal (no). Es poco creíble que se imponga el discurso de quienes creen que el gobierno lo ha hecho muy mal. El vapuleo a Casado fue histórico. Y lo de llamar cacatúa al maleducado de García Egea fue un rasgo de genialidad. Además sirve para destapar la ignorancia del idioma de los patriotas de pacotilla: no conocen la definición y naturaleza del ave en cuestión ni siquiera la acepción despectiva (la encontrarán en el enlace: es del Diccionario de la Lengua Española)
Ver al PP (o a Vox) calificar de mentirosos a los demás es sencillamente ridículo. Es el mismo partido que desde el gobierno mintió sobre los autores del atentado de los trenes del 11M, que programó películas sobre ETA en Telemadrid. El partido que mintió sobre el accidente del metro de Valencia o lo del Yak 42 o… ¡El mismo partido que negó el tratamiento en la Seguridad Social a unos cuatro mil pacientes de hepatitis C porque era caro! Y los de Vox, como su jefe de filas, militaban en ese PP. Abascal concretamente cobraba mamandurrias de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid, por no hacer absolutamente nada.
Somos miles los que observamos con asombro como PP y Vox se erigen en defensores de nuestras libertades. ¿Los hijos y nietos de la dictadura son garantes de libertades? Será la de ellos, la de los privilegiados, los de buena cuna. Como bien desgranó ayer Lastra sobre las veces que el PP de Casado votó No a mejoras para el grueso de la población y para algunos de los más desfavorecidos.
De traca es escuchar a Abascal, cuyo partido está en contra de la Sanidad Pública, atacar al PSOE por su maltrato a los homosexuales. ¿Al PSOE? ¿Al PSOE de Zerolo? ¿Al PSOE, el del gobierno de Zapatero que permitió el matrimonio entre personas del mismo sexo? ¡Esa unión a la que el PP, donde militaba Abascal, se opuso frontalmente! Tanto que recurrieron al Tribunal Constitucional. El TC rechazó el recurso. En su día ya pasó lo mismo con el aborto (o con el divorcio, aunque igual eran AP entonces). Siempre en contra del interés general. Porque ellos se pueden permitir afrontar y costear soluciones alternativas.
Vox pretende someter a los homosexuales a tratamiento. Y firmaron un manifiesto. en contra de la Ley de Protección Integral contra la LGTBifobia, aprobada en la Asamblea de Madrid. ¿En todo esto se basa su preocupación y atención por el colectivo?
Estoy pensando en ponerme esta foto de perfil en mis redes sociales, la del Caudillito de las libertades LGTBi.

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