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Un siglo de canciones 31: “Ball Of Confusion” (por David S. Mordoh)

17 de agosto de 2009

BoC Tempt

Ni los directivos ni los artistas de Tamla Motown, aunque ufanos por la monstruosa cantidad de éxitos obtenidos entre 1963 y 1968, eran ajenos a los tiempos cambiantes que se les echaban encima y a su condición de portavoces sociales. Si hoy le endiñamos a Michael Jackson la etiqueta de Rey del Pop, hemos de admitir que hubo toda una dinastía  –y muy ilustre- de su misma sangre reinando antes que él. Pero esa gran familia de monarcas de Motown ya no se conformaba con una imagen de grandes éxitos pop. Se había convertido en una seña de identidad para la música y la gente de color, y no debía esquivar las prioridades de los suyos. A la reivindicación racial, cada vez expresada en voz más alta, ahora se le sumaba, dándole aún más fuerza, la gran ola de pacifismo californiana que penetraba fácilmente en una sociedad atemorizada por las noticias que venían de Vietnam. Sobre esta gran ola viajaban además nuevos sonidos blancos cuyos matices se podían aprovechar.

De modo que se intuye un cambio de estrategia con prospecciones en músicas más militantes y socialmente implicadas. Sería inocente pensar que What´s Goin´ On de Marvin Gaye surgió de la nada, cuando en realidad fue la culminación de unas nuevas directrices musicales cuyos pilares se fraguaron sobre dos canciones anteriores: War de Edwin Starr, y Ball Of Confusion de The Temptations (subtitulada, dato explícito, That´s What The World Is Today).  Ambas escritas por la pareja que estaba tomando el relevo al trío de compositores Holland-Dozier-Holland –los artífices del éxito del sello- fugado a Invictus Records: Norman Whitfield y Barrett Strong, el primero un producto de las salas de billar de Harlem con gran conocimiento de los problemas –y sonidos emergentes- de la calle.

¿Qué hace a Ball Of Confusion un tema tan especial? Yo diría que todo. The Temptations, que eran conocidos por la versatilidad de su juego de voces –tenores y barítonos, agudos y graves- aplicado a una canción tan dulzona como My Girl, ya habían dado señales de insumisión meses antes con I Can´t Get Next To You  y –wah wahs siderales y ambientación agresiva- Psychedelic Shack, seguramente fruto de la marcha de una de sus voces más carismáticas, David Ruffin, y cada vez más cerca del giro de Whitfield hacia el psychedelic soul. Desde el inicio con este bajo tan inquietante –a partir de entonces un clásico-, sobre el que entran las maravillosas voces como propulsadas por una fuerza indescriptible –la que se produce cuando colisionan ritmo y mensaje-, The Temptations en Ball Of Confusion van macerando los versos hasta hacerlos explotar en un sentido literal casi palpable: una bola de confusión, es lo que hoy es el mundo. “Shooting Rockets To The Moon, kids growing up too soon, politicians say more taxes will solve anything”. La cadencia de los versos, la rima endemoniadamente certera y el alegato político, todo cuadrando al milímetro; estamos en 1970 y ya se había inventado la madre del rap: el flow. “Unenployment rising fast, The Beatles new record´s a gas, and the only safe place to be is on an indian reservation”. Y la armónica ahí en medio, como una gacela atravesando por casualidad una manada de elefantes, perfilando la tensión de la pieza, su vibración, dándole forma a ese misil que navega trepidante. “Eve Of Destruction, tax deduction, city inspectors, bill collectors, mod clothes in demand, population out of hand, suicide, too many pills, hippies moving to the hills, people all over the world shouting End The War”. Las partes más naïfs del discurso quedan eclipsadas por la magnitud del alcance.

Tras este disco The Temptations se tranquilizaron  con Just My Imagination para luego profundizar en terrenos dominados por el bajo. Los espacios que éste crea en Papa Was A Rolling Stone se investigaron con más minutaje en Masterpiece, e incluso podrían considerarse también precursores, dentro de un nivel más popular, de los exploradores del dub. Sea como fuere, y aunque los referentes oficialmente reconocidos –James Brown en cabeza- se llevaran las medallas, la música de color –y por ende toda la música- ha evolucionado gracias a este tipo de tropelías no reconocidas. La Historia de la Tamla Motown no hubiera sido la misma sin esta canción.

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