La alineación de Zidane me hizo preguntarme: ¿y quién mete gol? Porque Hazard y Benzema, nuestros dos delanteros del once de anoche, no son killers del área. Tampoco se distinguen por su mordiente. Así que deduje que buscaríamos los disparos lejanos (como así fue en el primer cuarto de hora), el regate de Hazard (que no vimos en la primera mitad), una jugada individual (como una incursión de Carvajal) o un cabezazo en jugada a balón parado (en los primeros 45 minutos solo hubo un cabeceo demasiado centrado de Casemiro).
Parecía claro que la idea era tocar y tocar, buscando el hueco para colarse. En la primera parte solo se coló Hazard y remató, forzado por la marca de un rival, a las manos del meta. Y luego la mencionada internada de Carvajal. Los remates fuera del área llegaron de las botas de Modric, Kroos y Casemiro.
El Real Madrid salió dominador. Presionaba bien arriba. El Valencia no cruzaba la divisoria del campo. Tardó cinco minutos en hacerlo. Y tras la oportunidad de Hazard montó su primer contrataque. Rodrigo estrelló la pelota en el palo. Esta jugada mostró varias carencias del engranaje defensivo del Madrid: despistes, mala colocación de los centrales y blandos en la marca y el despeje. En la siguiente contra estos defectos se acrecentaron. Y Rodrigo marcó. El árbitro anuló el gol a instancias del VAR. Había dos jugadores del Valencia en fuera de juego y ninguno era Rodrigo. Uno de ellos no parecía interferir pero consideraron que Maxi Gómez sí (incluso pudo haber tocado el esférico). Corría el minuto 20. A partir de ahí el Madrid se volvió más prudente. Cuidó mejor sus espaldas. El ritmo blanco se hizo más cansino. La falta de pólvora que me temía al ver la alineación se confirmaba en estos primeros 45 minutos.
La segunda mitad arrancó sin cambios. El Madrid le metió más ritmo al partido. También una mayor atención sobre Parejo, a quien acabaron anulando (de hecho le cambiaron mediada esta segunda parte). El Valencia sin Parejo funcionando es menos Valencia.
En el 60 Benzema lograba su gol 242, empatando con Puskas como el quinto máximo goleador de la historia del club. Gameiro la pifia en el primer balón que toca (acababa de salir en un doble cambio ordenado por Celades): da un pase atrás que llega a Hazard. El belga se lanza hacía porteria. Se apoya en Modric. El croata se la devuelve. Según entra en el área ve el hueco y se la pone a Benzema. El francés, desde las inmediaciones del punto de penalti, hace el 1-0.
La segunda gran noticia de la noche fue la reaparición de Marco Asensio. Entró en el 73. Dejaba atrás 10 meses de baja. La pandemia ha propiciado que esta no haya sido una temporada en blanco para él. Se incorporó en un córner a favor. La pelota mal rematada por Sergio Ramos llegaba a la otra banda. Mendy se hacía con ella. Se interna y se la pone a Asensio. Con el interior, de volea a media altura, Asensio lograba el 2-0. Era la primera que tocaba. El reaparecido también intervino en el 3-0. Desde la banda derecha (en la que remplazó a Fede Valverde) le pone un balón a Benzema. El galo al primer toque, con la derecha, supera al defensor pasándole la pelota por encima, en una especie de medio sombrero. La recoge con la zurda y de volea la mete por la escuadra. ¡Monumental! Y superaba a Puskas.
Si contra el Eibar la segunda parte fue mala ante el Valencia fue todo lo contrario. Contra el Eibar nos fuimos al descanso 3-0. Ayer 0-0 y los tres goles cayeron en la reanudación. Mientras el Valencia acabó en nueve (una lesión, con los cambios agotados, y una roja directa) y fisicamente tocado, el Madrid acabó pletórico. El (amplio) marcador ayuda mucho. Te hace volar…
Este próximo fin de semana puede ser decisivo: el Barça viaja a Sevilla y nosotros a San Sebastián.