La herencia de Feijóo es una catástrofe y se resume en dos conceptos: arde Galicia y peligra el marisco. El líder del partido catastrofista obvia estos asuntos, como hizo con el de su amistad con el conocido narcotraficante Marcial Dorado. Las pocas veces que ha sido confrontado al respecto se evadió con paños calientes o mintiendo descaradamente.
Durante su mandato al frente de la Xunta de Galicia se produjeron las mayores olas de incendios. Las causas son variadas. Pero hay tres ejes fundamentales: el cambio climático, los recortes y el eucalipto (la especulación inmobiliaria tuvo su peso en el pasado). Feijóo echó balones fuera hablando de «terrorismo incendiario», sin ninguna prueba al respecto. Posteriormente quedó demostrado que no había nada de eso. Pero el concepto no se perdió. Lo ha resucitado la Junta de Castilla y León este verano para justificar su desastrosa política contra el fuego. No está de más recordar que el PP lleva gobernando ahí 35 años y ahora lo hace en coalición con Vox. No pueden echar la culpa a la herencia recibida así que recurren a lo de Feijóo o a culpar ¡a los ecologistas! Todo vale!!!
El cambio climático es un concepto científico alejado de los dirigentes del PP. Recordemos a otro gallego, Mariano Rajoy, quien llegó a la presidencia del gobierno. Se apoyó en un primo suyo para negar el cambio climático y lo confundió con la meteorología.
Los recortes afectan a los contratos de bomberos, guardas forestales y personal especializado en la lucha contra el fuego y prevención de incendios. Prevención de incendios es la idea clave. Recortando personal o con contratos de tan solo tres meses (los de verano, temporada alta del fuego) no se ejecutan las labores preventivas en invierno. El ejemplo más grotesco del PP en este asunto lo hemos encontrado a finales de junio de este año en Castilla-La Mancha: el presidente del PP castellano-manchego criticó al gobierno de García-Page los recortes, que ¡eran los del PP bajo el gobierno de Cospedal! Informa eldiario.es que en 2012 el gobierno del PP «despidió a cientos de personas con contrato fijo para “reestructurar” el servicio dejando menos efectivos durante el invierno». Es fácil deducir que esta es la política del PP, de la que Feijóo es hoy su principal valedor.
El eucalipto, original de Australia, fue introducido en Galicia o por el padre Rosendo Salvado, que
en 1846 mandó semillas a su familia de Tuy, o por un padre dominico. En cualquier caso con la Iglesia hemos topado. Otro espécimen de la fauna política reaccionaria gallega, el dictador Franco, impulsó la plantación de eucaliptos tras la Guerra Civil. El objetivo era producir celulosa. El efecto del eucalipto, conocido como el árbol-gasolina, ha sido devastador. El año pasado Feijóo ordenó una moratoria para su plantación durante cuatro años. Mas ha sido este año cuando se han tomado en serio la medida, curiosamente cuando el preparado Feijóo ya no está al frente de la Xunta. De cualquier forma no se entiende cómo Galicia, tierra de castaños y robles (creadores de suelo y captadores de agua) continuase volcada con con un árbol del desierto como el eucalipto, considerado especie invasora en muchos países del mundo occidental.. Es comprensible el error inicial, por desconocimiento, pero desde hace unas décadas ya sabemos.
El País llevaba ayer en su portada impresa un significativo artículo: Alerta en Galicia por la falta de marisco: “El mar está dejando de producir”. Galicia y marisco son sinónimos. La gravedad del asunto es enorme. Las opiniones de las mariscadores son tan demoledoras como sensatas. “El mar está dejando de producir»; «no tenemos carrera universitaria, pero sabemos perfectamente lo que sucede, aunque no sepamos darle nombre científico”. También podemos leer:
[…] En la ría de Arousa, cofradías de pescadores y ecologistas, unidos en una plataforma que desde hace años denuncia el deterioro de la zona, ponen el foco en los datos oficiales de la Xunta. Según estos registros, la producción de almeja cayó desde 2000 a menos de la mitad y la de berberecho ha ido retrocediendo desde 2008 hasta quedarse en solo un 23% de extracciones en la pasada campaña. […]
Las almejas ya están en peligro de extinción.
Y no debemos olvidar los estragos del Prestige.
¿Los votantes españoles no gallegos están dispuestos a colocar a Feijóo en La Moncloa? Avisados están de la que se avecina.
P.D.: La foto de Óscar Corral del encabezado es del mencionado artículo de El País.