
El Real Madrid se encontró con Keylor Navas (ovacionado en el regreso a la que fue su casa) y se fue al descanso con un exiguo 1-0 a favor. También le sonrió la fortuna del VAR. Otra sobrada de Sergio Ramos, a pocos minutos del final de la primera parte, originó una jugada que terminó en penalti a favor del PSG y roja a Courtois. Ramos se fue alocadamente al ataque y no bajó. Perdió la posesión, ellos despejaron y afortunadamente, en la disputa por el balón, Gueye empujó a Marcelo, cerca de la divisoria de los dos campos. El senegalés se hizo con la pelota y lanzó un pase en profundidad a Icardi. Courtois salió a la desesperada y derribó al delantero argentino. El visionado del VAR anuló la pena máxima, la roja y se cobró la falta de Guaye a Marcelo.
Zidane sorprendió con la alineación de Isco. Quienes apostaron por un 4-4-2, o que al menos dijeron que no íbamos a jugar con 4-3-3, acertaron. Aunque nadie mencionó el nombre deL malagueño. Su posición fue clave en la primera mitad. Con libertad de movimientos se hizo con todo el campo. Abajo y arriba. A derecha e izquierda. Buscando el balón. Al descanso pensaba cuánto duraría su derroche.
El Madrid comenzó el partido sacando de centro y no volvió a oler la pelota en los primeros cinco minutos. El espejismo se desvaneció cuando Isco robó un balón en el lateral izquierdo del PSG, provocando un saque de esquina. A partir de ahí fue un torbellino blanco. El PSG no pasaba de la mitad del campo. El dominio era absoluto. En el 17 Benzema remataba un rehace al poste de Isco, anotando el 1-0.
La maquinaria blanca siguió a tope. Y surgió la figura de Keylor Navas. Le sacó tres balones de gol a Kroos (uno desde el córner), uno a Carvajal y otro a Marcelo. Nada más arrancar las segunda mitad salvó el 2-0 ante Benzema.
A la media hora el PSG consiguió pasar del círculo central. Mbappé, ya en la izquierda (se cambió de banda con Di María), dispuso de dos oportunidades bien resueltas por Courtois.
Neymar jugo sus primeros minutos en esta Champions. Salió tras el descanso. Pero su presencia en los primeros minutos no se notó. El Madrid seguía jugando rápido. Benzema, Hazard e Isco triangulaban a las mil maravillas. Con las espaldas bien cubiertas por Casemiro, Kroos y Fede Valverde. El Pajarito impuso su presencia en ataque en los primeros quince minutos, sin desatender sus labores defensivas. La profundidad de Carvajal y sobre todo de Marcelo eran pluses.
A la media hora de esta segunda mitad Isco ya daba muestras de cansancio. No presionaba como antes. Pero tuvo arrestos para terminar una jugada, a pase de Marcelo, en la que estuvo a punto de marcar. Navas evitó al gol y el balón tras su despeje se encontró con el poste. Zizou había mandado calentar a Bale y Modric.
Meunier se cargó a su compatriota Hazard en el 64. El defensa no vio tarjeta. Dos minutos después Hazard intentó volver al terreno de juego. Claramente no podía y abandonó camino del vestuario. Estábamos en 10. Hasta que se paró el juego y pudo entrar Bale. Coincidió con una amarilla a Marcelo.
El peligro francés llegaba de la velocidad de Mbappé. Neymar, hasta el 75, era una rémora para su equipo. Perdía todos los balones. Icardi y Di María, desaparecidos en esta segunda parte, fueron sustituidos por Sarabia y Drexler. Al mismo tiempo entraba Modric por Valverde. Me pareció raro, porque el uruguayo parecía más fresco que Isco. Y su presencia es imprescindible (como se comprueba jornada tras jornada).
Según pensaba que se podía llegar a los últimos 10 minutos con ese corto 1-0 llegó un pase de Marcelo y un tremendo cabezazo de Benzmea, superando en el salto al central. 2-0. Pero una estupidez de Varane y Courtois facilitó el gol de Mbappé. Varane casi anota en propia puerta, despistó al portero belga y el francés remachó. 2-1 en el 81. Dos minutos después, en otro despiste defensivo, empató a dos Sarabia. La metió por la escuadra. Estupor total. La salida de Valverde una vez más nos perjudicó. Ente ambos goles Rodrygo entró por Isco. Ya en el descuento Mbappé estuvo a punto de hacer el 2-3 desde la derecha. Y en el minuto final Bale lanzó una falta al palo. Era el tercero de la noche. Se llegaba al final con un inesperado 2-2.
Afortunadamente el empate en Estambul, en el Galatasaray-Brujas, nos había clasificado matemáticamente (como segundos de grupo). Este del Bernabéu nos ha dejado un sabor final muy amargo por el resultado. El descalabro final, producto de la falta de pulmones en el medio campo y de concentración atrás, es un golpe muy duro. Tendremos que enfriar los ánimos para recordar el buen fútbol jugado durante la mayor parte del partido.
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