El PP regaló dinero a la banca para rescatarla. Nuestro dinero, sí, mientras nos recortaban a diestro y siniestro.
Dentro de la derecha europea el PP es un caso atípico. En el resto de Europa los partidos conservadores en el gobierno recuperaron lo prestado. No ha sido el caso de España. Y los banqueros y bancarios españoles, al menos algunos de los más relevantes como el consejero delegado del Banco Santander, han tenido el cuajo de protestar. ¿Los Botín no han cesado a su primer ejecutivo? Conviene recordarles que a Jaime Botín, condenado a pagar 91.7 millones de euros y a cumplir tres años de cárcel, en atención a su edad y estado de salud le perdonaron la entrada en prisión. No sabemos si ha pagado la multa, al menos un servidor desconoce el dato. Pero no es de recibo que un empleado de la familia Botín se exprese como lo hizo.
El otro día escuché que la idea del impuesto a la banca sobre beneficios extraordinarios fue del gobierno de Margaret Thatcher. A ver si ahora va a resultar que Thatcher era una peligrosa bolivariana. En Italia este nuevo impuesto a la banca ha sido la última medida aprobada por Draghi antes de su dimisión. Será Draghi, bancario de postín, otro rojeras peligroso.
Los impuestos a las energéticas están siendo aplicados o debatidos en los principales países de nuestro entorno. Incluso ayer el secretario general de la ONU recomendó su aplicación.
Aquí, nuestro gobierno anunció estos impuestos a ambos sectores, el bancario y el de la energía. No quiso concretar hasta que se diesen a conocer los resultados del segundo trimestre (y del primer semestre). Como era de esperar los ingresos y beneficios reportados son estratosféricos. El PP parece que a la vista de esto ha optado por un sonoro silencio. Pero volverán. No lo duden. Tras entretenerse con las corbatas, ahora tienen en el punto de mira las medidas de ahorro. Feijóo dijo una cosa hace dos semanas y Ayuso la contraria hace un par de días. Esas son las aguas por las que navegan los del PP. Hasta que sea conocido que nuestras medidas son similares a las promovidas en otros países de la UE. Y que la UE exige que se pongan en marcha ya.
De Feijóo no cabe esperar nada, nada bueno. En las primeras elecciones gallegas que ganó sembró la campaña de bulos y falsedades sobre Touriño (quien tampoco estuvo hábil). Luego, ya en el poder, hizo lo contrario de lo prometido en campaña.
Avisados estamos.