Mientras trasteo con el ordenador, a la espera del arranque del Barça-Atlético de Madrid, me entero del fallecimiento del gran Lloyd Price. Ocurrió hace dos días. Acababa de cumplir 88 años el pasado 9 de marzo. Mr. Personality, su apodo tomado de uno de sus tres grandes éxitos, definió junto a su admirado Fats Domino lo que se denominaría como el Sonido de Nueva Orleans. Tenían un nexo común: la banda de Dave Bartholomew. Y para acrecentar la conexión, Fats Domino grabó (y salvó la sesión) en el primer disco del jovencísimo Lloyd Price, «Lawdy Miss Clawdy«.
La importancia de esta grabación, su historia y sus versiones la encontrarán en los tres pantallazos que cierran este post. Están tomados de mi libro «Rock ‘n’ Roll: el ritmo que cambió el mundo«.
«Lawdy Miss Clawdy«, «Personality» y «Stagger Lee» son sus tres grandes éxitos.
Cuando Price abandonó temporalmente la música se fue a vivir 10 años a Nigeria. En 1974 organizó en Kinshasa (Zaire) el festival de música, alrededor del campeonato del peso pesado entre Muhammad Ali y George Foreman. Los cabezas de cartel fueron James Brown, B.B. King, Bill Withers y The Spinners. Price aparece en el documental de Leon Gast “When We Were Kings«, ganador del Oscar en 1996, sobre el combare al que se denominó “The Rumble In The Jungle” y también. de manera más destacada en la filmación de Jeffrey Kusama-Hinte (2008) sobre el festival, «Soul Power«, que resultó caótico. La conexión de Price con el promotor Don King les llevó a colaborar en el «The Thrilla In Manila«, la pelea de 1975 entre Ali y Joe Frazier.
Además de sus proyectos inmobiliarios (casas accesibles para las clases medias bajas), sus negocios de productos alimentarios, quisiera destacar su incursión en los locales de música en vivo. En 1968 compró junto a Harold Logan el Birdland, el legendario club de jazz de Nueva York. El vendedor fue el empresario Morris Levy, un asociado de la Mafia (como podrán leer en mi libro anteriormente citado). El asesinato de su socio y colaborador, en su despacho de Manhattan, desbarató los planes de Price para montar un circuito nacional de salas de conciertos.
Se nos ha ido B. B. King a los 89 años de edad. Su carrera representa la historia del Blues y su evolución. En su trayectoria encontramos todos los símbolos del camino de la música popular afroamericana de EEUU.
Nacido en una cabaña de una plantación algodonera, cercana a la localidad de Itta Bena, en el delta del Misisipí. Empezó cantando en un coro Baptista de gospel con 12 años. Bukka White, primo de su madre, le regaló su primera guitarra. Consigue trabajo en otra plantación, de tractorista, y cambia de iglesia. También de rol: ya no forma parte del coro para pasar a ser guitarrista. En 1946 sigue al primo de su madre a Memphis (Tennessee) como segundo guitarra. Tras diez meses regresa a casa para prepararse de cara al gran salto como solista.
Sus apariciones en un programa local de radio en West Memphis (Arkansas) conducido por Sonny Boy Williamson, otro grande del Blues, le empiezan a dar a conocer. Se afianza en un club de la localidad, perteneciente al área metropolitana de Memphis a pesar de estar en otro Estado y en la otra orilla del Misisipí. Otra emisora local le contrata como disc-jockey y cantante. Ahí conoce y escucha a T-Bone Walker y Blues Boy decide que tiene que hacerse con una guitarra eléctrica a toda costa.
En 1949 comienza a grabar. Primero para una compañía de Nashville (Tennessee), Bullett, y luego para RPM Records de Los Angeles. La mayoría de estas grabaciones son con Sam Phillips en su estudio de Memphis (y anteriores a la formación de Sun Records). Las cosas le iban bien, muy bien. En 1956 dio 342 conciertos y grabó tres discos. El resto es historia y está en todos los medios.
Les dejo con una actuación del Día de Acción de Gracias de 1972 en la cárcel de Sing Sing (Nueva York) a donde había acudido con Joan Baez (se la ve partida de la risa el minuto final). Long live the King!
El duelo de goleadores –Cristiano Ronaldo y Messi– es espectacular. A los tres del argentino (el sábado contra el Atlético de Madrid) respondió el portugués con dos ayer en el Bernabéu (contra la Real Sociedad), rompiendo una sequia de cuatro partidos. He perdido ya la cuenta de los récords que van rompiendo. Me quedo con la enorme fortuna de poder seguirlos semana a semana en nuestra Liga. Ambos están marcando una época en nuestro fútbol.
Tanto Messi como Xavi son ya los mejores jugadores de la historia de su club (superando a Kubala). Los 23 años de Don Leo juegan a su favor para superar al catalán. Este fin de semana han comparado tanto al Balón de Oro de las dos últimas ediciones como a Ronaldo con el gran Alfredo Di Stefano. El luso cumplió 26 años el sábado. Aquí también me temo que el DNI está del lado del azulgrana…
– ¿Papá cuanto crees que va a durar esta racha del Barça?– me preguntó El Mundanito tras la victoria culé sobre el Atleti.
– Cuando Messi se retire– fue mi lacónica (y resignada) respuesta.
– Pues yo creo que va a ser cuando se retire Xavi.
– Ojalá hijo, porque para eso no queda ya tanto.
Hablando de batir marcas me he enterado que los de Guardiola, con su decimosexta victoria, han superado la del Real Madrid de Di Stefano (1960-61). La verdad es que no tenía ni idea y si me hubiesen preguntado hubiese contestado que habría sucedido el año pasado (cuando consiguieron el mayor nº de puntos de la historia de la Liga) o la temporada del triplete (la primera de Guardiola en el banquillo del primer equipo). Pero el dato es el dato. E impresiona. ¡Han tenido que pasar 50 campeonatos!
Me gustaron los vecinos en el Camp Nou. Dentro de la medida de sus posibilidades dieron la talla. Y tuvieron sus ocasiones. Dejaron mejor impresión que nosotros (5-0). Por cierto: el gol que les anularon estuvo bien anulado (había que esperar a que el árbitro reiniciase el encuentro, porque tenía que apuntar la tarjeta). La duda y por tanto la polémica es si la acción de Alves sobre Agüero era merecedora de amarilla o roja. En mi opinión era roja directa y en la del árbitro, quien a fin de cuentas es el jefe, fue amarilla. Se achantó y no sancionó como dictamina el reglamento. Dani Alves siempre sale indemne de este tipo de jugadas polémicas. Y recibe menos castigo del que se merece. Pero por encima de todos estuvo Leo Messi. Aparte de sus tres goles en la retina me quedó su capacidad de brega: impresionante esa carrera en defensa para quitarle el balón al Kun. Y no fue la única, pero ese sacrificio frente a la estrella contraria es de sombrerazo.
El Levante dio el campanazo ganando 0-1 en Villareal (lo cual complica los puestos de descenso: desde los 23 puntos del Zaragoza en el puesto 12 de la clasificación hasta los 18 del colista Málaga). Y en la siguiente jornada (23) tendremos un Levante-Almería (antepenúltimo contra penúltimo), un Hércules-Zaragoza, el Sporting recibe al Barça, los de Pellegrini a un renacido Getafe (su goleada al Depor hunde a los gallegos a un punto de los puestos de descenso).
En una tarde placida el Madrid goleó 4-1 a la Real. Una primera parte entretenida. Una segunda reservona, al contragolpe, creando muchas oportunidades. Los donostiarras, un equipo aseado, tuvieron sus ocasiones (Raúl Tamudo) muy bien resueltas por Casillas. Su gol fue un rebote en Arbeloa, tras una excelente intervencion de Iker a remate de Tamudo.
Gustaron los blancos porque se volvió al juego de interiores: Kaka´ y Özil. El alemán ocupó el lado derecho (en sustitución de Di María, como apuntamos hace semanas pronosticando esta posición ante la inminente reaparición del crack brasileño). Otro detalle: el gran partido de Lass. Soberbio en el corte defensivo y preciso en los pases adelantados.
Kaka´ se llevó una ovación al ser sustituido por Canales (también aplaudido). Había jugado bien, recordando al jugador que fue. Condujo bien el ataque blanco, luchó en el medio campo, estrelló un disparo en el larguero y marcó un golazo de clase, técnica y temple. Es su segundo tanto, igualando a Benzema en la tabla de goleadores merengues en Liga. Adebayor también anotó (el cuarto) con clase y toque, y también alcanza al francés en otra estadística: este año ambos han marcado un solo gol en domingo. Los otros dos fueron de CR7. Su primero, el 2-0, de un disparo con la izquierda desde fuera del área. Y el segundo, el 3-0, de un tremendo cabezazo a la salida de un corner botado por Mesut Özil.
Y desde aquí un recuerdo al desaparecido Gary Moore, fallecido este fin de semana en un hotel de Estepona. «The Thrill Is Gone» pero la Liga está viva, muy viva y Moore vivirá en nuestra memoria.