Hacía ya unas semanas que no acudíamos a una matinal en el Auditorio Nacional. Ayer celebramos el 1 de mayo por partida doble al ser el primer domingo de mayo. El repertorio y los autores prometían: Béla Bartók y Serguéi Rajmáninov (que ahora se escribe así). Coincidía que era el cuarto y último concierto del «Ciclo Descubre… Conozcamos los nombres«. Un ciclo que nos ha encantado por su alto valor pedagógico. Irene de Juan fue la encargada de presentar e introducirnos en las obras y los autores.
A Bartók le tengo una devoción especial. Por su labor como investigador del folklore y las canciones populares de sus Cárpatos natales. Su pueblo, hoy perteneciente a Rumanía y al Imperio Austro-Húngaro cuando nació, esta enclavado en una zona en la que la influencia de la Eslovaquia actual también está presente. Precisamente las «Tres escenas campesinas» se enmarcan en la tradición popular eslovaca.
De las «Danzas sinfónicas» de Rajmáninov, su última obra compuesta antes de fallecer, me impresionó el segundo movimiento. La Mundana y un servidor coincidimos que fue lo mejor de la matinal (descontado el tradicional control de avituallamiento posterior). En tiempo de vals este andante con moto le da una vuelta de tuerca a este baile sin perder su esencia. Les dejo con una interpretación de este segundo movimiento, elegido por ser una grabación reciente (2020), editada el año pasado.