El último bulo es el del gran apagón. El mundo digital ha proporcionado una plataforma para la distribución de todo tipo de falsedades, medias verdades y propagandas políticas.Tienen una finalidad, sea económica, ideológica o vaya usted a saber qué. Esto de los bulos, las fake news, es tan antiguo como el mundo. Y me atrevería a decir que tiene su origen en la religión, esa superstición o magia que explicaba lo que nuestros remotos antepasados no acertaban a entender.
Lo del gran apagón es un claro ejemplo de cómo funciona la propagación. He visto un titular que afirmaba que una ministra austriaca dio el pistoletazo de salida. Sus palabras fueron inmediatamente recogidas por Vox, el partido campeón de los bulos constantes. Incluso han llegado a responsabilizar a Pedro Sánchez. Parece de El Mundo Today. El problema es que va en serio.
Como bien desmonta Javier Ruiz, de la Cadena SER, el problema de Austria es distinto al de España (“Austria depende de los gases que vende Rusia, que está intentando impulsar un gasoducto que no pase por Ucrania para no pagar el peaje que le cuesta. Nosotros no estamos en esa situación. Argelia nos inyecta el gas, que entra en siete regasificadoras y hay tanqueros que nos abastecen”). ¿Es Vox un partido austriaco o español? Hitler nació en Austria… ¿Tendrá algo que ver?
Dice Ruiz al final: “Es un bulo y habrá que preguntarse por parte de qué eléctricas tienen interés de amenazar con un gran apagón y qué partidos políticos tienen interés en desestabilizar todo esto. Déjenme pensar…”. Lo cual inmediatamente me recuerda unas medidas de los consumidores contra las eléctricas: el apagar la luz a determinada hora. Es de hace unos años e imagino que no tuvo mucho recorrido porque no se volvió a hacer. Igual es momento de retomar aquella iniciativa, igual que algunas eléctricas han vaciado embalses para encarecer el suministro.