
Serbian tennis player Novak Djokovic rides in car as he leaves a government detention facility before attending a court hearing at his lawyers office in Melbourne, Australia, Sunday, Jan. 16, 2022. A federal court hearing has been scheduled for Sunday, a day before the men’s No. 1-ranked tennis player and nine-time Australian Open champion was due to begin his title defense at the first Grand Slam tennis tournament of the year. (James Ross/AAP via AP)
Asumo que ya conocen la decisión de los tres magistrados de la Corte Federal australiana. En resumidas cuentas le dan la patada a Djokovic. Es decir, refrendan la decisión de retirarle la visa y deportarle. Alegan que el ministro es competente para tomar dicha decisión y atienden sus alegaciones, desestimando las de la defensa. Como no podía ser de otra forma. Añaden que el tenista se hará cargo de las costas, que pueden alcanzar los 100.000 euros. No queda claro si le prohibirán la entrada en Australia los próximos tres años. La sentencia completa se conocerá mañana.
Djokovic en un comunicado anuncia que acata la sentencia y que abandonará el país. He leído en casi todos los medios que esta decisión judicial no es recurrible. El Washington Post, de donde procede la foto del encabezado, señala en cambio que cabe el recurso al Supremo. El problema es que se ha agotado el tiempo porque el Open de Australia comienza mañana. La decisión del serbio de dar carpetazo al asunto parece la más sensata. La única razonable que ha tomado en todo este asunto, en el que ha puesto en peligro su carrera. Porque esto no ha hecho más que comenzar…
P.D.: Es difícil olvidar las declaraciones de Feliciano López, director del Mutua Madrid Open. Su manifiesta ignorancia ha quedado en evidencia. Ha ejercido de cuñao conocedor de las leyes australianas y opina como hacemos los demás. El problema es el cargo que ocupa. Y como tal debe ser cesado inmediatamente. Así podrá seguir opinando libremente. Ocupar cargos es lo que tiene: las ataduras derivadas de las responsabilidades y que López parece desconocer.