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Paletos

Juan de Mairena

Lo de los paletos ya es un fenómeno mundial y deberíamos empezar a hablar de la Internacional Paleta.

A raíz de la concesión del recién creado Premio Juan de Mairena al gran Emilio Lledó (quien rechazó honores de la Comunidad de Madrid de Ayuso, no como otros), leo en el muro de Ángel Sánchez Harguindey un artículo de Julio Llamazares que termina con una cita de Juan de Mairena, el profesor ficticio creado por Antonio Machado:

“En España no se dialoga porque nadie pregunta como no sea para responderse a sí mismo. Todos queremos estar de vuelta de todo sin haber ido a ninguna parte. Somos esencialmente paletos”.

Apunta Harguindey en su Facebook «Que Juan de Mairena sea ahora celebrado y que el premio que lleva su nombre se le conceda a Emilio Lledó tiene una significación muy especial en estos tiempos que vivimos».

El problema es que desde la publicación en 1936 del libro de Machado hasta ahora el paletismo se ha extendido por el planeta de forma gradual y sin pausa. Desde Filipinas hasta Brasil, pasando por la Italia de Berlusconi, alcanzando su punto álgido cuando 74 millones de madrileños votaron a Trump en las presidenciales que perdió.

No nos engañemos, los paletos se votan entre sí. Y pronto harán suyo el lema de «Paletos unidos jamás serán vencidos».

P.D.: «Juan de Mairena (sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo)» agrupa los escritos que Machado había publicado sobre su inmortal personaje en la prensa madrileña desde 1934.

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Se apagó la luz de Caballero Bonald

Se apagó la luz de José Manuel Caballero Bonald. Un faro de muchas madrugás, de mañanas, tardes y noches. Caballero Bonald (Jerez de la Frontera, 1926 – Madrid, 2021) era ante todo un hombre culto, de vasta cultura. Asumo que influido por sus progenitores (padre cubano y madre descendiente de aristócratas franceses), supo navegar entre las mal llamadas alta cultura y baja cultura. Apasionado de esta última, especialmente del flamenco, siempre supo distinguir cual era la música popular de su tiempo. En casi todos los obituarios que lean destacarán su faceta de escritor, sobre todo como poeta. Es justo que sea así. Pero no podemos ni debemos olvidar su aportación a la música popular.

Fue además un excelente gestor cultural. El librero asturiano Silverio Cañada fundó Ediciones Júcar (Gijón, 1967). Encargaría la dirección de la editorial a Pepe Caballero Bonald, que abrió oficina en Madrid y bajó su mandato se editaron casi 2.000 libros. Cañada y Caballero Bonald le compraron una idea a otro grande, Mariano Antolín Rato (trabajaba de traductor en la editorial): ampliar al rock la colección «Los Juglares» dedicada a los cantautores, bajo la dirección del propio Antolín Rato, el primer traductor español de las letras de Bob Dylan. En «Los Juglares» se editaron los primeros libros en España sobre Bob Dylan (del gran Jesús Ordovás), Leonard Cohen, Serrat (de Vázquez Montalbán), The Beatles, The Who, Simon & Garfunkel, etc. Se tradujeron libros franceses sobre sus principales cantautores, Ramón de España publicó volúmenes en los 80 sobre Roxy Music y Buddy Holly. Marcos Ordoñez (Gato Pérez) y Ramón Chao (George Brassens) también forman parte del ilustre elenco de autores de «Los Juglares«.

Su labor de difusión del flamenco fue muy activa en varios frentes. Como letrista, productor y director de sello discográfico. Las alegrías que abren este post son letra suya. Como todas las de los dos primeros discos de Diego Clavel, a quien produjo esos dos primeros LPs para Ariola. «Tierra» el doble álbum de El Lebrijano también son letras suyas. Lo produjeron ambos. Entre Clavel y El Lebrijano, Caballero Bonald dirigió el sello Pauta para Ariola. Pauta, fue la respuesta a mediados de los 70 del jefe de Ariola, Ramón Segura, al éxito de Gong, el sello en Movieplay de Gonzalo García-Pelayo (entonces Garcíapelayo). Gong ampliaba sus miras al rock, mientras Pauta se enfocaba en el flamenco y la canción de autor. El día a día de Pauta lo llevaba Charo García. En Pauta reeditaron el primer LP de Luis Eduardo Aute (RCA) y le grabaron dos más («Babel» y «Sarcófago«). Rosa León, el Forgesound, Miro Casabella, María del Mar Bonet, Paco Ibáñez y el Cuarteto Cedrón, Manuel Gerena, El Sordera, Agujetas padre e hijo, son algunos de los artistas que formaron parte de los casi tres años de existencia de Pauta.

Como productor, aparte de los mencionados y por mencionar, destacar dos discos para Ariola: el «Heliotropo» de Vainica Doble y «Rito» de Aute con el gran Carlos Montero en la dirección musical y artífice de los arreglos.

Ramón Segura y Pepe Caballero Bonald se conocían desde los tiempos de Vergara, la discográfica barcelonesa que fue adquirida por la alemana Ariola. En Vergara, Caballero Bonald puso en marcha y produjo en 1968,  con Segura coordinando, la magna obra «Archivo del Cante Flamenco«. En seis discos se recorrían todos los cantes, divididos en Cantes Primitivos y Cantes Derivados. Esta antología, años después, me sirvió de enciclopedia para mi aprendizaje flamenco.

Mi admiración por José Manuel Caballero Bonald fue siempre desde la distancia. Coincidímos brevemente en la presentación de «La raíz del grito«, el segundo LP de Diego Clavel con portada de Guinovart (Ariola, 1974). En esa época trabajaba en medios. Se mostró interesado por el hecho de alguien apasionado por el rock apreciase el cante. Volvimos a coincidir en otros saraos: la presentación de Pauta, el Forgesound y el «Babel» de Aute. Breves ráfagas, en las que su luz se proyectaba en cada frase. Muchos años después nos vimos en BMG (el grupo empresarial formado tras la compra de RCA por parte de Ariola). Yo trabajaba ahí. Salía del despacho de Tato Luzardo (exbatería de Canarios y brazo derecho de Segura) y nos cruzamos en la escalera. El subía y yo me disponía a bajar a mi despacho. Su cariñoso saludo me sorprendió. Me agarró del brazo y me pidió que le acompañase. Había quedado para comer con Ramón Segura. Tato, testigo de la escena, se acercó y se dieron un fuerte abrazo. Dos sentidos del humor complementarios: el canario y el jerezano. Segura no le hizo esperar demasiado tiempo. El suficiente para alertarnos que si teníamos pendientes con el jefe que aprovechásemos, porque la comida, según costumbre, se alargaría bastante. Tato le replicó que como ya lo sabía había cancelado el desayuno conjunto que tenían para el día siguiente.

He sabido de su fallecimiento por Javier Rioyo en su muro de Facebook. Pedro Lópeh en el suyo puso el video de Diego Clavel. Y Ángel Sánchez Harguindey recordaba en FB esta frase del desaparecido maestro:

«Un buen poema es la máxima temperatura que puede alcanzarse manejando el idioma. Un buen poema justifica toda una vida. Ojalá me llegue algún día ese buen poema».

Archivo cante flamenco

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La constancia de la desfachatez (por Ángel Harguindey)

ASH

El pasado jueves Ángel S. Harguindey publicaba una excelente nota en su blog de El País. Quien fuera miembro destacado de las plantilla fundadora del diario (y periodista clave responsable de la sección de Cultura y luego del Babelia) en «La constancia de la desfachatez» se refiere a dos episodios recientes del PP: el «aterrizaje» del vitoriano Javier Maroto en un pueblo segoviano y los acuerdos, pactos y votaciones del PP con EH Bildu en el Parlamento Vasco. Me gustaría añadir la elección de Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz del PP en el Congreso. La que fuera jefa de prensa del ministro Acebes, cuando los atentados de los trenes, viene para darnos lecciones morales como suele ser su norma. Ella, que propagó la especie que la autoría de los atentados correspondía a ETA. ¿Nos seguirá mintiendo?

Dado su interés y como ya han pasado varios días de la publicación original copio y pego el artículo entero:

«Primera obviedad: no todos los políticos son iguales. Segunda obviedad: algunos políticos deberían dedicarse a vender crecepelos milagrosos por su capacidad para manipular la relidad. Un ejemplo: Javier Maroto, el nuevo portavoz del PP en el Senado, un personaje que en su etapa en el Ayuntamiento de Vitoria se destacó por su campaña en contra del empadronamiento de los sin papeles con una propuesta de exigir diez años de residencia antes de regularizar su situación pero que no dudó ni un momento en empadronarse velozmente, en un mes y medio, en Sotosalbos (Segovia) para poder ser designado senador por Castilla-León. El señor Maroto no fue al pueblo ni para censarse. Alguien se ocupó de hacer el papeleo y aportó una autorización de empadronamiento en la misma casa donde vive una familia. Menos mal que Pablo Montesinos, vicesecretario de Comunicación del PP, ha defendido el nombramiento de Maroto porque, dice que «hacen falta más personas como él en la política española».

Claro que el regenerado PP de Pablo Casado y del campeón mundial de lanzamiento de huesos de aceituna con la boca no han renunciado a algunas de las esencias del partido: la de la desfachatez. Uno de los mantras más comunes de nuestros insignes conservadores, de todos ellos incluyendo a Cs y a Vox, es la de achacar a Pedro Sánchez su dependencia de los independentistas y filoetarras, como dice la arrolladora Cayetana Álvarez de Toledo, cabeza de lista en Barcelona en donde el partido pasó de 4 diputados a uno, ¡pero qué una!, que diría Pablo Casado. Pues bien, estos linces de la política consideran que Sánchez tiene las manos manchadas de sangre por pactar con Bildu aunque en realidad han aceptado su abstención. Andoni Ortuzar, presidente del PNV, lo dejó claro el pasado abril en un mítin en Getxo. «¿Sabéis cuántas veces ha acordado, pactado y votado el PP con EH Bildu en el Parlamento Vasco? En esta legislatura, cuatro proposiciones no de ley, 29 enmiendas transaccionales a proposiciones no de ley, 23 enmiendas transaccionales a mociones, 5 solicitudes de comparecencia, una iniciativa ante Cortes Generales y 32 declaraciones institucionales». Como diría el políticamente difunto Federico Trillo: ¡Manda huevos!»

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