«Sala de mapas» es la nueva exposición del polifacético Pablo Sycet. Ayer fue la inauguración en la galería Luis Burgos. Inauguración multitudinaria, con gente ocupando las dos salas donde se exponían las últimas obras de Sycet, en distintos tamaños. También las aceras de la calle Villalar. En la Wikipedia del artista pueden ver algunas fotos.
Definía a Pablo -disculpen la familiaridad pero es amigo- como polifacético porque como dice en su entrada de la Wiki «Aunque la pintura es su principal dedicación profesional, ejerce como comisario de exposiciones, editor, diseñador gráfico, letrista de numerosas canciones y la producción musical y es uno de los artífices de la actividad artística de la capital desde los años de la Movida Madrileña». Luz Casal, Carlos Berlanga, Nacho Canut, Alaska, etc. son algunos de los artistas con los que ha colaborado, bien diseñando las portadas de sus discos o escribiendo letras de canciones (o ambas cosas).
Pablo fue muy importante en mi vida cuando decidí que Compadres fuese una discográfica. El logo es suyo, también me hacía la cartelería y las portadas de varios álbumes. Y sobre todo me trajo a Carlos Berlanga, que venía con el brillante «Indicios» bajo el brazo.
La foto con Pablo es de ayer.
.La exposición de Pablo Sycet se complementa con la edición de un libro con versos del gran Juan Manuel Bonet.
Los delirios de Nacho Cano son fruto de sus excesos y de una pretenciosidad que ha ido en aumento con el paso de los años. En una delirante entrevista publicada por El Plural deja el titular que vemos en el encabezado. La frase es textual, no es un apaño para lograr un titular llamativo.
Su enorme ego le lleva a ponerse en el centro del universo artístico. «Artistas» es muy genérico y abarca muchos campos (cine, literatura, música, teatro, etc.). Traduzcamos su «artistas» por los relacionados solamente con el mundo de la música. Es decir, Nacho Cano se considera el Adán de la derecha musical de este país. Lo que automáticamente convierte a Julio Iglesias en izquierdista. Absurdo. Tan absurdo como que su coetánea Alaska también sea de izquierdas. Pongo tan solo estos dos ejemplos, uno de una estrella planetaria anterior a Mecano y otro de alguien de su misma edad, con una carrera, que como la suya, se inició a principios de la década de los 80.
Ay Nacho Cano quién te ha visto y quién te ve. ¿Se te han olvidado las generosas contrataciones de los ayuntamientos socialistas? No pasa nada, ni entonces ni ahora (que andas rendido a Ayuso). Pero no te atribuyas méritos y capacidades que no tienes. No eres un líder de opinión, nunca lo has sido. Y tampoco eres, ni lo has sido nunca, el centro del universo ideológico de derechas de la música española. Tu talento estaba por encima de todo esto. ¿Estás seco y buscas notoriedad porque tus composiciones no llegan al público? ¿Te has visto expuesto por la ridiculez del asunto de la pirámide, felizmente reducido a una carpa?
Se acaba de publicar «Guía del Madrid de La Movida» de Jesús Ordovás y Patricia Godes. Este libro, como bien define su título, es un tratado sobre los espacios urbanos y lugares de encuentro (algunos ya desaparecidos) frecuentados por los de La Movida.
Me gustaría resaltar varios de los aspectos positivos de esta obra. El primero es su estructura. Es todo un acierto la división por barrios (uno por capítulo) y la inclusión de planos, uno general y los demás específicos a cada zona. Cada barrio/capítulo tiene su propio color, señalado en los bordes de cada página.
La inclusión de fotos es muy ilustrativa, además de amena. Por otra parte, la portada me parece una maravilla y creo que refleja muy bien el espíritu de la obra.
Se recogen testimonios personales de protagonistas de la época. Y hay dos bonus: la ruta de Pedro Almodóvar y la de Alaska.
Por sorprendente que parezca, dado la cantidad de volúmenes dedicados a La Movida, no hay ninguno de estas características. Ser novedoso y original en un tema tan manido tiene un mérito indudable. Esta «Guía del Madrid de La Movida» llena un hueco y viene avalado por dos firmas de prestigio como las de Jesús Ordovas y Patricia Godes.
La parte del curso online de la Universidad de Harvard que más me ha tocado la fibra sensible, ha sido una en la que el foco estaba puesto en las canasteras y cesteras indígenas. La actividad giraba alrededor del Museo Peabody de Arqueología y Etnología de Harvard. Las cestas de la foto me resultan especialmente atractivas por su diseño y color. Son obra de Clara Darden (1829 o 1830-1910) y están hechas de caña de río. Son las últimas que produjo y su tradición se perdió (los diseños de Darden eran particulares y respondían a símbolos ancestrales). Nacida en el sur de Luisiana, en los pantanales al oeste de Nueva Orleans, el padre de Clara Darden fue el último jefe de la tribu Chitimacha. Su nombre proviene del choctaw chuti masha “cogen recipientes”. En su territorio se fundó la ciudad de Nueva Orleans (y fueron desplazados). Cuando Darden falleció en 1910 el censo indicaba que solo quedaban 69. Hoy en día son unos 1.100.
Me ha llamado mucho la atención una legislación del año 1990: The Native American Graves Protection and Repatriation Act (NAGPRA). Una digamos que especie de Ley de Memoria Histórica. Describía los derechos de los descendientes de los nativos norteamericanos, tanto de las tribus indias como de los nativos hawaianos. Hacía hincapié en el cuidado, repatriación y disposición de restos humanos, objetos funerarios y sagrados, así como de todo aquello susceptible de ser considerado parte del patrimonio cultural. Uno de los grandes objetivos de esta ley era obligar a realizar un inventario a las agencias federales y museos que recibían fondos del gobierno. Estas agencias y museos debían poner a disposición de las organizaciones de Indian Tribes y Native Hawaiianel documento con la relación de restos y patrimonio en su poder. Se trataba de llegar a un acuerdo para el destino final de lo inventariado, una vez hallados los descendientes legítimos y/o establecidos los vínculos culturales. El otro gran objetivo era proteger los cementerios indios (lugares sagrados). Bill Clinton era entonces el presidente de EEUU.
Y en estas estaba cuando nos enseñaron una historia maravillosa: la del tótem de ida y vuelta. En el video que cierra este post encontrarán la historia completa (subtítulos disponibles solo en inglés).
El relato resumido arranca con la expediciónHarriman en 1899 cuando llega al Cabo Fox, en la coste sureste de Alaska. Edward Harriman era un magnate del ferrocarril que se rodeó de científicos, artistas, fotógrafos, escritores y naturalistas para explorar las costas de Alaska, mientras él se dedicaría a cazar osos. Encargó a Clinton Hart Merriam, futuro cofundador de la sociedad National Geographic, que seleccionase a los miembros del grupo. En las inmediaciones del cabo descubren un pueblo indio abandonado, Gaash. Pertenecía a la tribu Tlingit. Pero el conjunto de sus tótems y objetos funerarios y otros artefactos permanecía en el poblado. Se lo llevaron casi todo por las razones que fuera. Una de ellas fue para preservar el legado de una población que creyeron desaparecida. Los objetos fueron a parar a manos de coleccionistas privados (como las de algunos miembros de la expedición) y museos. El tótem principal llegó al Museo Peabody de Harvard en 1900.
Resulta que el pueblo solo estaba abandonado temporalmente. Sus habitantes lo habían abandonado por una infección de viruela. Estuvo cinco años vacío. Cuando regresaron se encontraron que sus objetos sagrados y funerarios habían desaparecido. La desolación y congoja que sufrieron es fácil de imaginar. Estaban desnudos de sus creencias y tradiciones más intimas. Y no tenían ni idea de lo que había sucedido.
Cuando la NAGPRA entró en vigor (1990), 91 años después de la expedición, los descendientes de aquel pueblo abandonado pudieron iniciar sus pesquisas. Y lograron encontrar gran parte de las piezas desaparecidas. Varios de los herederos de los expedicionarios devolvieron lo que estaba en su posesión. Entre las personas que restauraron lo obtenido se encontraba la bisnieta de Harriman. A Harvard le reclamaron el tótem el invierno del 2000, un siglo después de tenerlo. Tras el consabido proceso de verificación cumplieron y sufragaron los gastos de envío que se produjo el verano del 2001. Hubo una ceremonia para celebrar el regreso del ansiado tótem. En agradecimiento los Tlingit regalaron a Harvard un cedro. El Museo Peabody encargó al maestro tallador de los Tlingit un nuevo tótem, replica del original. Es el que actualmente se encuentra expuesto.
El video recoge parte de esto. Muy recomendable su visionado. No llega a los siete minutos.
Loquillo editará el triple CD “Rock and Roll actitud” con lo mejor de sus 40 años de carrera. Estará a la venta dentro de un mes, el próximo 13 de abril. El tema elegido para tirar del carro es su versión de «El rey del glam» de Dinarama + Alaska, perteneciente al primer álbum de Dinarama «Canciones profanas«. La canción es una composición de Carlos Berlanga y Nacho Canut.
El video está protagonizado por el gran Igor Paskual (uno de los tres guitarristas de la banda del Loco). Alaska y Loquillo aparecen hacia el final.
La foto es del verano pasado en Quintanar de la Orden: Igor Paskual, un servidor, Loquillo y Vicente Paniagua.
Cordova es un pueblo pesquero del PrinceWilliam Sound en Alaska. Hace 18 años (1989) su puerto estaba en el Top 10 del Billboard de puertos marinos. Hoy ocupa el puesto 53. Fue hace 18 años cuando el Exxon Valdez golpeó duro. Muy duro. Más de 38 millones de litros de petróleo vertidos al mar. El impacto fue catastrófico en toda la zona. Al desastre medio ambiental se le añadieron las lógicas consecuencias económicas. Tres de las cinco procesadoras de Cordova fueron a la bancarrota. Entre ellas estaba la planta propiedad de la cooperativa de pescadores. El colapso de las poblaciones de salmón y arenques, en 1992 y 1993, fue otro golpe heredado del Exxon Valdez. Al salmón se le ha recuperado. El arenque desapareció para siempre.
El Congreso USA reaccionó endureciendo las normas de seguridad para petroleros y cargueros. El paquete de medidas incluía sanciones económicas para las petroleras. A las que se consideraba responsables legales de los vertidos y por tanto tenían que cubrir los costes de limpieza. En 1994 la sentencia inicial fijó una cantidad total de 5.000 millones de dólares. Que en sucesivas apelaciones bajó. Finalmente la cuenta para Exxon ascendió a 2.500 millones de dólares para la rehabilitación y 1.000 millones en multas. La peor parte se la llevaron las compañías aseguradoras de Exxon.
Riki Ott, activista de la comunidad, sostiene que al final fueron los contribuyentes los que pagaron “la fiesta”. Ott, Doctora de Grado (PhD) en Toxicología Marina, con un master en vertidos petrolíferos, publicó un libro esclarecedor al respecto: Sound Truth and Corporate Myth$: The Legacy of the Exxon Valdez Oil Spill. En donde sostiene que la primera victima del vertido fue la verdad.
Esta semana Riki Ott y los habitantes de Cordova y demás pueblos Nativos del Prince William Sound tienen nuevos motivos de preocupación. El Supremo ha rechazado escuchar sus alegaciones. En las que solicitaban volver a la cantidad inicial de 5 mil millones. Al tiempo que accedía a las pretensiones de Exxon¡para oírles justificar porque no tienen que pagar los 2.500 millones pendientes!
Las voces críticas en el Imperio llevan tiempo advirtiendo del rumbo que ésta tomando la justicia en su país. Cada vez más en manos de las grandes empresas (el titulo del libro de RO va por ahí). Es el Old Money. El que sustenta económicamente al Partido Republicano.
No ésta de más recordar que el Tribunal Supremo es el único en EE.UU. que se establece desde la Constitución. El resto de tribunales federales del país se crean desde el Congreso. Los miembros del Tribunal Supremo son a titulo vitalicio. Las bajas se producen por fallecimiento o renuncia (causas de salud principalmente). Aunque el último cese voluntario es del año pasado, no suele ser frecuente. El despido puede ser otro motivo de baja. La impugnación debe ser votada en el Congreso. Solo ha ocurrido una vez, a principios del siglo XIX, y fue posteriormente tumbada en el Senado.
Lo que la Constitución no específica es el número de miembros que compone el US Supreme Court. Es el Congreso quien tiene la llave sobre el número de jueces que deben formarlo. El primero tuvo 7 miembros. El máximo han sido 10. Hoy en día son 9 jueces. A esto le añadimos que en los últimos 30 años, salvo dos mandatos de Clinton, el Partido Republicano ha tenido 3 Presidentes: Reagan, Bush I y Bush II. Con el resultado que salvo 2 jueces de la época Clinton, los otros 7 jueces pertenecen a nombramientos de Presidentes del Partido Republicano. Es el Presidente quien nomina a los jueces del Supremo. Que son ratificados por el Senado.
¿Hay alguna similitud entre los mecanismos de los neocons USA (los originales) y los de aquí para dominar el Poder Judicial ?