Hoy Italia cantará «Azzurro«, inmortalizada por el inmenso Adriano Celentano. Se trata de una canción compuesta por otro grande, Paolo Conte (con la colaboración tanto en letra como música de Vito Pallavicini y Michele Virano). «Azzurro» está considerada como el himno oficioso de Italia. Ayer cantaron el himno real inaugurando la costumbre de salir a cantar a los balcones y ventanas, para hacer fuerza común ante el aislamiento provocado por el coronavirus.
Hoy en España a las 22:00 se está organizando un homenaje a nuestros héroes: el personal sanitario. Se trata de asomarse a balcones y ventanas y empezar a aplaudir. A aplaudirles.
Leo pasmado un pésimo artículo en Icon (revista supuestamente cool que regalan un sábado al mes con El País), firmado por Eduardo Bravo. Versa sobre el devenir de varias estrellas de la gloriosa música pop italiana. Hay olvidos clamorosos como los de la gran Mina, Lucio Dalla, Claudio Baglioni, Milva, Franco Battiato, Iva Zanicchi, Jimmy Fontana (su «El mundo» de 1965 compitió en España con el «Help» de The Beatles por ser la canción del año; la italiana perdió el n.º 1 a manos de los de Liverpool para reconquistarlo de nuevo un par de semanas después), etc. (Puedo entender la ausencia del gran Lucio Battisti por su fallecimiento en 1998). Pero además hay algunos fallos imperdonables. El primero de ellos es no mencionar el gran doble álbum de Adriano Celentano con Mina “Tutte Le Migliori” del 2017. Esto solo puede significar que el texto está poco trabajado y que Bravo no ha hecho los deberes (de haberlos hecho habría superado su desconocimiento del disco al repasar en su texto la actualidad de Celentano).
Con todo lo peor es asumir un flagrante error ajeno: un artículo de Diego Manrique del 2017. Casi tres años después Eduardo Bravo reivindica la metedura de pata y la hace suya. Bravo escribe en sus dos primeros párrafos:
«Hubo una época en que los artistas italianos causaban furor en España. En nuestro país se hincharon a vender discos, aparecieron en la televisión, las radios y las revistas, actuaron en las ciudades más importantes, en los pueblos más recónditos y, un buen día, nada más se supo de ellos.
La razón para esta ausencia, la daba Diego A. Manrique en un artículo para EL PAÍS en el que explicaba: «La eliminación de la música italiana en España coincidió con la implantación de multinacionales del disco estadounidenses como CBS o Warner, que potenciaban el producto que llegaba desde su casa matriz”.»
Primer error: antes de la implantación en España de CBS (1970) y Warner (entonces WEA, a principios de los 80) existió RCA, la primera multi estadounidense en España y durante un par de décadas la única. La saco a colación porque la RCA italiana fue la gran casa de la música italiana desde los años 50. Y la repercusión de su catalogo en España fue notorio. El ejemplo a seguir por todos. No solo luego por CBS y Warner, también por otras multis como EMI o Philips/Polygram así como los más destacados sellos nacionales (Zafiro, Hispavox, etc.).
En el caso de las estadounidenses, puedo hablar por experiencia propia de CBS (en sus dos sellos, tanto CBS como Epic): desde 1978 hasta 1981 y de 1986 a 1992 ocupé distintas posiciones en las que me encargaba de las grabaciones en español de los artistas italianos. Y es totalmente falso lo que afirma Manrique y corrobora Bravo.
Por no entrar en un conflicto de credibilidad y de mis palabras contra las de ellos, me limitaré a señalar los artistas seleccionados por Bravo. E identificar a las compañías españolas cuando estas sean propiedad de matrices estadounidenses. Es decir RCA, CBS y Warner (las cito por orden cronológico de establecimiento en nuestro país):
Domenico Modugno RCA desde 1970
Nicola di Bari RCA
Ricchi e Poveri un par de éxitos con RCA y luego varios con CBS en 1981 (incluido el mayor). Todos eran originalmente de independientes italianas.
Umberto Tozzi Epic (CBS). En Italia era de una importante compañía local.
Nek Warner
Jovanotti
Sandro Giacobbe CBS
Pino D’Angio su «¡Qué idea!» fue RCA en España
Al Banoy Romina Power tienen algunas producciones en Epic (su mejor época) provenientes de una discográfica italiana y desde mediados de los 80 hasta finales de los 90 en Warner.
Raffaella Carra RCA y luego CBS, primero desde una independiente italiana y luego fichada por CBS Italia.
Gianna Nannini
Patty Pravo RCA
Gigliola Cinquetti CBS entre 1972 y 1977 (independiente en Italia).
Matia Bazar
Renato Carosone
Gianni Bella CBS (independiente en Italia).
Laura Pausini Warner (primero independiente en Italia, DRO aquí, y luego Warner Italia).
Eros Ramazzotti
Adriano Celentano
Es decir de un total de un total de 19 artistas mencionados en Icon 13 están vinculados a las multinacionales estadounidenses afincadas en España. ¡Toma teoría la de Manrique! Les recuerdo su afirmación: «La eliminación de la música italiana en España coincidió con la implantación de multinacionales del disco estadounidenses como CBS o Warner, que potenciaban el producto que llegaba desde su casa matriz”. Además hay un matiz, muy importante, que refuta aún más, si acaso fuese posible, la peregrina teoría de Manrique. Los más perspicaces habrán observado que he hecho algunas anotaciones respecto al origen de las producciones de los artistas seleccionados por Bravo. Me refiero a que varios eran fichados desde compañías independientes italianas (traduzco: 10 del total de los 19 y 7 de los 13 artistas vinculados a multis estadounidenses en España eran de productoras locales italianas). Esto quiere decir que especialmente CBS, y también Warner en menor medida, no solo trabajaban (trabajábamos) producto de las compañías hermanas es que también buscaban (buscábamos) éxitos provenientes del granado mundo de las potentes disqueras independientes italianas. Así que eso de eliminar la música italiana nasti de plasti!!!
Juan Luis Pérez Alvajar, del Ateneo RepublicanodeGalicia, ha sido mi Papá Noél de estas Navidades. Me llevó a Coruña, con El Gran Wyoming, para presentar «Bikinis, Fútbol y Rock & Roll«, nos trató estupendamente, intercambiamos impresiones musicales (es un estudioso del pop-rock nacional e internacional) y me descubrió algunas referencias. Quedó sorprendido que no conociese el libro sobre Los Bravos de Guzmán Alonso Moreno. Y me lo regaló. Fue toda una sorpresa cuando los de MRW (cuyo logo es de Martin J. Louis, cofundador de Popular 1) llamaron a la puerta y me entregaron el paquete con la segunda edición de la obra sobre Los Bravos.
La tarde-noche del 5 de enero estábamos en Florencia. En la plaza de la República, justo enfrente de los almacenes Renascente (tienen una terraza en el ático con unas vistas impresionantes), había una tienda tipo VIPS pero con clase. Ahí compramos esta maravilla que es el doble CD de Mina y Adriano Celentano. Nuestros Reyes florentinos.
Ayer Luis Gómez-Escolar me hizo llegar su libro «Palabras y palabros«. Una pequeña joya de uno de los talentos creativos más importantes del país. Ex Aguaviva (también diseñó una de sus portadas), es un destacado letrista (y excelente adaptador al español de textos franceses, italianos, portugueses e ingleses: grandes hits del pop internacional cantados en nuestro idioma son letras suyas). Y autor de éxitos (solo o en colaboración con Julio Seijas o Honorio Herrero con quienes formó La Charanga del Tío Honorio) para artistas tan dispares como Ana Belén, Miguel Bosé («Amiga«, escrita tras el fallecimiento de su novia, Cecilia), Pablo Abraira, Luis Miguel, Ricky Martín, Sergio Dalma («Bailar pegados«) o Dyango entre otros muchos. También fue de los primeros en España en entender el potencial del rap. Coprodujo junto a Jaime Munarriz (de Los Monaguillosh) el álbum recopilatorio Madrid Hip Hop (Troya, 1989). Siempre me gustó trabajar con él y aprendí mucho de sus cuitas como autor y del funcionamiento/no funcionamiento de las editoriales musicales.
La canción que he elegido de Adriano Celentano es «Azzurro«, que en muchas épocas de mi vida me ha acompañado al menos una vez al día con gran placer, como fiel seguidor que soy de Juan de Pablos y su mítico Flor de Pasión. Además, mi padre machacaba el single (que creo todavía conservo) una y otra vez en casa y con el tiempo hasta se ha llegado a convertir en una suerte de himno oficioso italiano, sobre todo en acontecimientos futboleros. ¿Quién no la ha tarareado o silbado alguna vez? Celentano es un personaje cercano y carismático que cuenta con legiones tanto de admiradores entregados como de detractores acérrimos. En mi opinión, y musicalmente hablando, es un cantante y showman espectacular con un magnífico repertorio de canciones memorables a sus espaldas.
Adriano Celentano nació en Milán en 1938, aunque sus orígenes familiares están en la Apulia. Junto a sus padres, emigrantes sureños que buscaban trabajo en la capital, residió en la milanesa Cristoforo Gluck, que más tarde inmortalizó en una de sus mejores canciones, «Il Ragazzo De La Via Gluck» (1966), recuerdos entrañables, simpáticos y levemente reivindicativos de su niñez.
A pesar del escándalo de 1961 en el Festival de San Remo con «24000 Baci«, acusado de incitación a la violencia, y de la imagen rockera que Adriano cultivaba por aquella época, no perdió de vista en ningún momento cierta visión católica de corte social, compartida por muchos italianos y que hasta hoy se manifiesta en el día a día del país, extendiéndose a la clase política, tan cercana al Vaticano…
Celentano fue rockero de manual y Teddy Boy en los años 50, debutando profesionalmente en los abarrotados y sudorosos festivales que se celebraban en el Palacio de Ghiaccio de Milán, a finales de la década. Ya en los 60, no se reconoce como el típico joven hippie airado y reivindicativo y con humildad sigue a lo suyo, cantar canciones intemporales con su peculiar y maravilloso estilo mediterráneo, para algunos un poco hortera. Es un clarísimo ejemplo de incorrección política y una auténtica pesadilla para la clase gobernante de su país, famoso por sus frecuentes exabruptos, que en ocasiones han sido estruendosas meteduras de pata a escala nacional en temas tan sensibles como el aborto o la igualdad de la mujer. Incluso se llegó a hablar de la candidatura de Adriano a la alcaldía de Milán. Celentano es así…
Dentro de su polifacética carrera, ha sido actor en multitud de películas italianas de medio pelo. También comenzó un proyecto nada más y nada menos que con el malogrado Pier Paolo Pasolini para llevar al celuloide las andanzas del Ragazzo de la Via Gluck, que finalmente nunca se llevó a cabo. Ha alternado continuas y polémicas apariciones como presentador de televisión con la publicación de nuevo material a lo largo de las décadas, sabiéndose adaptar más que dignamente a los nuevos tiempos. Todo un personaje.
«Azzurro» pertenece al álbum “Una Carezza In Un Pugno” de 1968, y su autor es el gran Paolo Conte, que precisamente en esa fecha se incorporaba a Clan, el sello de Adriano. Conte tiene una excelente versión, si se puede llamar así, dada su autoría…
Lo que más me llama la atención de «Azzurro» es su simplicidad junto a la inconfundible modulación de voz de Celentano, que da a casi todas sus canciones un aire muy mediterráneo. Es un tema en el que la letra está al servicio de la música y viceversa, una canción redonda que todos hemos silbado, cantado con los amigos o en la ducha. Costumbrismo amable que habla de la soledad, del amor y de la memoria… Muchas veces, menos es más. Puro Pop.