Mi vida con John Lennon, bajo su influencia, se podría resumir en las canciones anotadas en el sobre de la imagen. Son mi selección final para el especial 24 Horas Lennon de Rock FM. Me dejé fuera muchas favoritas de John, tanto con The Beatles como sin ellos. Un ejemplo: en el teléfono tengo de tono la introducción de guitarra del «Revolution«. También entraron temas que no están apuntados y que surgieron durante la conversación. De esta lista, que luego reduje porque no cabían todas, me sabe mal haber dejado fuera «Fame«. Compuesta por David Bowie, Carlos Alomar y John Lennon, fue el primer nº 1 de Bowie en EEUU. Me resarzo con el video: Bowie la interpreta en el show de TV «Soul Train«.
Por resumir: desde mi infancia John Lennon ha estado presente en mi vida. (Paul también así como George y Ringo).
Su asesinato, el 8 de diciembre de 1980, marca un antes y un después. Y arranca mi vida sin John. Hacia unas semanas que Lennon (y Yoko) había editado «Double Fantasy» con Geffen Records & Tapes. Un gran disco que contenía dos maravillas: «(Just Like) Starting Over» y «Woman» (me costó horrores quitarlas de la lista). Podría citar un par más, pero estas dos son las imprescindibles. A la altura de sus mejores obras.
Casi un año después, el 24 de noviembre de 1981, La Mundana y un servidor aterrizábamos en Nueva York. Llegaba a la central de CBS para gestionar el marketing internacional de Geffen. De no haber sido asesinado habría trabajado con Lennon, artista Geffen. En el presumible álbum posterior a «Double Fantasy«. Y a partir de aquí arranca mi fantasía…
Hubiese conocido el edificio Dakota por dentro, concretamente el piso de John y Yoko. Seguro que me habría amigado con ambos. Nunca he formado parte del grupo de haters de Yoko Ono. Al revés, lo cual me convertía en una rareza y podría ser un excelente pasaporte de cara a la pareja. Hoy, muchos de sus detractores han madurado y ya ven a Yoko de otra forma.
También fantaseo con la buena pandilla que habríamos formado Leonard Cohen, John Lennon y un servidor. Y cuento con un as en la manga: las magnificas paellas de Osvaldo Gomariz, celebradas en todo Manhattan. Ay, esas paellas perdidas en el Dakota… maldito asesino!!!
Si en Rock FM decía que me habría gustado dirigir Apple, la discográfica de los Beatles, imaginen lo que me hubiese gustado llevar el marketing internacional de Lennon. ¡Y tratarle!