
En el post anterior, Cafés y librerías en Buenos Aires 1: los cafés, veíamos como varios cafés programaban actos culturales. En el de hoy, dedicado a las librerías, observaremos como las más modernas incluyen cafés en su oferta. De hecho, hasta donde sé, esta tendencia nació en Buenos Aires. Y muy pronto se propagó por América Latina (la librería El Péndulo de Polanco en Ciudad de México fue la primera que conocí) y llegó a España (y a Londres, París, etc.).
En la entrada Huellas españolas en Buenos Aires vimos como la primera librería porteña fue española. Dato que reviste aun más importancia teniendo en cuenta que es la ciudad con más librerías por habitantes del mundo (en segundo lugar aparece Honk Kong y en tercero ¡Madrid!).
La foto del encabezado está tomada desde el tercer piso de la librería El Ateneo Grand Splendid (avenida Santa Fe), la joya de la corona de la cadena El Ateneo. Estuvimos primero en las dos de la avenida Corrientes y tuve mis primeras emociones por «Bikinis, Fútbol y Rock & Roll«: en una habían vendido el par de ejemplares que tuvieron y en la otra estaban pendientes de recibir el pedido (al igual que en la del Grand Splendid).
El Gran Splendid era un teatro inaugurado en 1919 y edificado sobre uno anterior. El nuevo propietario, de origen austriaco, también instaló un estudio de grabación donde Carlos Gardel registró sus primeras grabaciones. Desde el 2000 es librería y café (instalado en el escenario) y además vende música (a la entrada y en el subsuelo al que se accede por una escalera mecánica o tomando el ascensor). Esta es otra característica de Buenos Aires: ciertas librerías venden CDs y aún existen tiendas de discos. Tanto de vinilos como de CDs (abundan en Corrientes y calles adyacentes).
La avenida Corrientes fue motivo de varias satisfacciones culturales y gastronómicas: las dos obras de teatro que vimos, las tiendas de discos, las librerías, el espacio Beatles con su museo en Paseo La Plaza y un par de cafés notables (y no las pizzerías tan del gusto porteño, pero que no compartimos porque somos más de masa fina). Estuvimos en muchas librerías varios días (incluidas las dos Ateneo).
En Gandhi (en Corrientes) conocimos al encargado que nos impresionó. Estuvimos charlando de Argentina, España, el franquismo y cómo no de «Bikinis, Fútbol y Rock & Roll» (le cautivó la idea de la portada con Raquel Welch y la temática del libro). La noche anterior habíamos cenado con Víctor Tapia, el joven y enormemente preparado historiador del rock & roll argentino y el amigo de Gandhi le conocía. Se lo comenté a Víctor y se quedó de piedra, había estado ahí una vez y no se lo podía creer (me da la impresión que su Universo epígrafe en Facebook tiene más tirón del que él cree).
Joaquin Ramos de Akal en Argentina me recomendó visitar la librería Hernández, por su amplio catalogo de libros musicales. Así era y además sabía a donde me mandaba, porque en las dos Hernández de Corrientes (la central y la sucursal) habían vendido los ejemplares de «Bikinis, Fütbol y Rock & Roll» que pidieron en su día.
También me sirvió para comprobar que en Argentina, al igual que en España, mi nuevo libro «Rock ‘n’ Roll: el ritmo que cambió el mundo» será el primero en español dedicado en exclusiva al género que revolucionó la música y al planeta.
Supongo que Joaquín también sabía que el escaparate que anunciaba el 50 aniversario de Hernández estaba adornado con un libro de Galeano.
Visitamos más librerías en Corrientes como Galerna y Losada (también es editorial, fundada por un español, Gonzalo José Bernardo Juan Losada Benítez, quien era el representante de Espasa Calpe en Argentina; Losada se convirtió en el foco republicano español de Buenos Aires). Pero aparcamos Corrientes y nos mudamos a Palermo, empezando por el conocido como Palermo Soho.
Nuestra primera parada fue Libros del Pasaje, librería que La Mundana quería conocer. Nada más bajarnos del taxi (7€ por 20 minutos de trayecto) vi una figura familiar, pero que no ubicaba. Ella, en cambio, lo tuvo claro desde el primer momento. «¿Eres tu?» preguntó decidida mientras avanzaba hacia él, quien se encontraba repasando el escaparate de Libros del Pasaje. Se trataba de Rafael Ferro, a quien acabábamos de ver en la obra de Cesc Gay «Los vecinos de arriba» desde la primera fila. Daba replica al personaje de Diego Peretti.

Hablamos de la función, de los «¡Bravo!» de La Mundana (no se estila en BBAA así que era la única y además desde la primera fila), del inminente estreno en Corrientes de «Delicadas» de Sanzol, de la cía. T de teatre, nos recomendó «Merli«, etc. y tras una cordial y breve charla le dejamos proseguir con lo suyo y entramos en la librería.

Ya dentro compré un par de libros («Historia argentina» de Rodrigo Fresán, su primera obra que no encontré en Madrid, y una historia sobre el nacimiento del tango), nos tomamos unos cafés y sacamos las inevitables fotos.
Camino de Libros del Pasaje habíamos dejado atras, a una o dos cuadras, un lugar llamado Dain Usina Cultural. Así que al salir de LdP tuvimos claro acercarnos ahí, antes de ir a Eterna Cadencia, la librería donde pensábamos comer algo.
El nombre llamaba la atención. El edificio blanco y el concepto también: es una galería de arte, librería y café. Además descubrimos que en el ático tenían montado un espacio como chill out. También organizan eventos culturales y presentaciones de libros. Dain es el apellido de Endy Dain, la responsable del centro. En una entrevista explicaba: «Una usina es un establecimiento donde se produce sin parar de modo industrial. Un lugar intenso, frenético, de creación.»
En Eterna Cadencia le regalé a La Mundana «Jardines de Kensington» de Rodrigo Fresán. Debía ser el día Fresán en Palermo porque ese periódico que asoma a la izquierda de la foto de La Mundana, al lado de un bollo, es Página !2. Tras hacer la instantánea lo cogí y hojeé, mientras esperábamos los sandwiches. Al llegar a la última página descubrí que estaba dedicada por completo a la colaboración de Rodrigo Fresán con el diario…
Y mañana el último post sobre Buenos Aires!!! Para la despedida de hoy una vista del ambiente del café de Eterna Cadencia.

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