La incapacidad de Almeida y Ayuso es evidente. Aunque haya gente que pueda defender sus errores de gestión (o no les parezcan lo suficientemente graves), es indiscutible que no sacar adelante unos presupuestos es una clara demostración de ineptitud. Tanto político, por no saber fraguar alianzas y pactos, como de gestión (se imaginan una empresa en la que el/la primer/a ejecutivo/a no fuera capaz de sacar adelante su presupuesto; sería fulminado/a ipso pacto por el consejo de administración y/o los accionistas).
Almeida ha sido incapaz de sacar adelante los presupuestos de la capital. Su socio preferente, Vox, ha retirado su apoyo. El que permitió su nombramiento como alcalde. Vox también ha engañado a quien presumía de ser abogado del estado (y mancha el nombre de la profesión y la oposición requerida para acceder a esta categoría funcionarial). El engaño, incluidas las estafas al consistorio, es el denominador común que distingue el paso de Almeida por la alcaldía.
Ayuso tampoco ha sacado sus presupuestos adelante. Es la tercera vez que sucede. Se sacó de la manga unas elecciones a medio mandato para desembarazarse de Ciudadanos, socio de coalición gubernamental que permitió su presidencia y sí apoyó sus primeros presupuestos (los únicos que ha sacado adelante). No logró la deseada mayoria absoluta, a pesar de su claro triunfo electoral, y revalidó su mandato gracias a Vox. Que al igual que en la capital tampoco aprueban los presupuestos del PP. para la Comunidad de Madrid. IDA atesora otro récord: es la única presidenta de una comunidad del PP incapaz de aprobar los Presupuestos.
Otro rasgo que une a Almeida y a Ayuso, además de su notoria incapacidad, es que cada vez que sufren un revés, recurren al comodín de Pedro Sánchez (quien por cierto ha hecho pleno con sus presupuestos: tres de tres). Que si Sánchez por aquí, Sánchez por aca, siempre encuentran algo para atacarlo y desviar la atención. Hasta ahora ha colado. ¿Seguirá funcionando? El estado de la Sanidad Pública en la CAM (un mes ya de huelga de la Atención Primaria), el descuido de los servicios de la ciudad (limpieza, socavones, colapsos de tráfico, etc.) y más asuntos, además de esto de los presupuestos, deberían hacer reflexionar a los votantes no partidistas.