Rüdiger se jugó el físico para lograr la clasificación del Real Madrid a octavos de final. En realidad se jugó la cabeza con la que anotó el gol del empate a medio minuto del final.
Ancelotti había anunciado rotaciones para el enfrentamiento contra el Shakhtar de la cuarta jornada de Champions. También vislumbró la suplencia de Vinicius. Seis cambios hubo en el once. Arriba Hazard por la derecha y Rodrygo por la izquierda acompañaron a Benzema.
El partido, jugado en Varsovia, arrancó con un claro dominio del Madrid. Dominio que se traducía en posesión y córners pero no en el marcador. La primera ocasión no surgió hasta el 17 y se la fabricó Benzema. Trubin atento neutraliza el peligro. En el ecuador de la primera mitad el Madrid aflojó y el Shakhtar empezó a merodear nuestra área. Quien no aflojaba era Fede Valverde. Desde el carril del ocho cortaba los avances rivales y aún tenía arrestos para centrar su posición y ordenar el ataque blanco.
El segundo remate entre los tres palos también fue de Benzema. Fue en el 35, ladeado a la izquierda del área chica. Trubin con su salida desbarató la ocasión y despejó a córner. Al minuto Rodrygo, en una posición parecida a la anterior de Benzema, disparó a la red por fuera. En el 40 Valverde con un tiro lejano obligaba a Trubin a otra intervención (despejando a córner).
El 0-0 fue el resultado al descanso.
Para la segunda mitad no hubo cambios. Y a los 30 segundos anotaba el Shakhtar. 1-0. Se fueron por su banda izquierda y Zubkov cabeceaba abajo muy pegado al palo. Ya nos había marcado en el Bernabéu.
Puse el cronometro para ver cuánto tardaría Ancelotti en retirar a Hazard, nulo en la primera mitad y perdiendo el tiempo intentando taconazos y caños sin sentido.
Benzema en el 50 se fabricó otra ocasión, a la salida de un saque de esquina. El remate se le fue alto.
En el 56, tras cuatro minutos esperando en la banda, entraron Modric y Vinicius por Tchouaméni y Hazard. Rodrygo que inició la segunda mitad por la derecha permaneció ahí.
En el 64 Lassina Traore se plantó frente a Lunin. Nuestro meta salva la ocasión no picando en el amague del delantero, mas el rebote devolvía el balón a Traore. Su remate forzado se fue al larguero. Y el Madrid entraba en un agujero negro. Lunin salvó otra ocasión a remate de Zubkov. Ancelotti efectuó un triple cambio: Marco Asensio, Camavinga y Alaba por un desdibujado Rodrygo, Valverde y Mendy. Los cinco cambios permitidos se agotaron en este minuto 66.
A falta de 20 minutos daba la sensación que el segundo gol de ellos estaba más cerca que el primero nuestro.
A falta de un cuarto de hora no llegó Asensio a un buen pase de Vini, su primera acción acertada desde que saltó al campo. Y probablemente la única.
El Madrid conducido por Kroos salía del colapso. Ellos daban claras muestras de fatiga. Y nosotros seguíamos fallando el último pase. Por tanto no creábamos ocasiones. Hasta que en el 86 Vinicius falló de cabeza una oportunidad inmejorable.
El partido se alargó cinco minutos.
Kroos, entre el primer y segundo minuto del añadido, pidió a Rüdiger que subiese. El central atendió y casi empata de cabeza el balón servido por su compatriota.
Por la banda izquierda ni Alaba ni Vini daban un pase en condiciones.
A 30 segundos del final se repetía la combinación Kroos-Rüdiger. Esta vez con acierto. El pase desde la izquierda de Kroos era cabeceado por el central. El balón fue de palo a palo. 1-1.
Trubin golpeó a nuestro central y chocaron cabezas. Era penalti. Rüdiger se retiró del campo sangrando. Trubin se quedó tendido sobre el césped. Le vendaron la cabeza y pudo continuar el minuto extra que se jugó. Rüdiger no. El Madrid terminó en 10.
Este empate unido a la victoria del Leipzig en Glasgow deja la clasificación asegurada para octavos. A falta de dos jornadas. Ahora falta confirmar el primer puesto. Y preparar el Clásico contra el Barça del domingo.