Ayer fue un sábado negro para los blancos. Se nos quemó el merengue. Perdimos la final de la Euroliga ante el Efes y se confirmó que Mbappé renovaba con el PSG.
El Real Madrid de baloncesto perdió la final por un punto (57-58). Se confirmó la impresión de mi hermano: no tenemos tiradores. En una final en la que las defensas impusieron su ley, el dato de triples es revelador. El Madrid solo anotó seis de 33 intentos. Los campeones anotaron siete pero de 25 intentos. Un 19% de acierto frente al 28% del rival.
Tampoco entiendo bien lo de las rotaciones. En la semifinal el primer cuarto de Yabusele fue impresionante y Laso lo sentó (en cambio en la final estuvo desacertado). Ayer el primer cuarto de Tavares fue apabullante: dominó los tableros, sobre todo en ataque, anotando 12 de los 15 puntos del equipo en ese primer parcial. En mi época si un jugador estaba enrachado, on fire, no se le enfriaba. Esperabas a que lo hiciera el rival, para darle un respiro. Tavares acabó la final con 14 puntos, es decir únicamente dos más de los logrados al inicio del encuentro. Lo siento pero no lo entiendo. Sobre todo cuando no tienes tiradores y hay que asegurar los rebotes.
Sobre lo de Mbappé ya expresé este pasado jueves en El posible error de Mbappé lo que pensaba sobre su permanencia en el PSG. Entonces era un rumor y hoy es una realidad. Mi opinión sigue siendo la misma.