El Real Madrid no supo abrir el muro del Cádiz y empató a cero. Es el tercer 0-0 en casa en esta Liga. Los anteriores fueron contra Villarreal y Osasuna. Al descanso bromeaba con mi hermano que habíamos mejorado respecto a la temporada pasada (perdimos en Valdebebas). Ambos éramos conscientes de lo difícil que se presentaba la segunda mitad. Porque en este tipo de partidos cuanto antes abras la lata antes sentencias. Con 0-0 el tiempo juega en tu contra.
Ancelotti resolvió las bajas de Carvajal (lesión), Modric y Marco Asensio/Rodrygo (los tres por el virus) con Lucas Vázquez, Fede Valverde y Hazard.
El Madrid salió con ganas de encarrilar pronto el partido. Vinicius fue el protagonista de las dos primeras jugadas de peligro (min. 5 y 6). En la primera de las dos Kroos intercepta un balón y lanza a Vini. Combina con Benzema quien le filtra el balón. Mendy acompaña en la carrera al brasileño y acaba estorbando a Vini. En la siguiente un defensa, Cala, desvió in extremis el remate del extremo.
Las oleadas del Madrid, como las del virus, presentaban variantes. La banda izquierda con VIni generaba peligro. Otras variantes eran los remates desde fuera del área. En la primera mitad de la primera parte contabilizamos remates de Kroos (2), Valverde (2) y Mendy. El segundo disparo de Valverde (min. 22) produjo la parada de la noche: Ledesma voló y despejó el misil del uruguayo, que se colaba por la escuadra. Nuestra banda derecha era inoperante. Hazard estaba desaparecido (mejoró en la segunda mitad) y Lucas Vázquez ejercía de extremo supliendo las carencias del belga. Pero no acertaba en los pases. Competía con el meta rival, Ledesma, a ver quien lo hacía peor (todos sus saques eran para nosotros o se iban fuera de banda). Valverde se desdoblaba, en su posición de centrocampista y cubriendo las espaldas de Lucas Vázquez. Los intentos de colgar balones al área gaditana inevitablemente eran abortados por Ledesma.
El Cádiz hizo su partido. Y creyó en sus posibilidades. Tras superar la primera avalancha blanca se fue creciendo. El 0-0 al descanso fue su mejor aval. En la segunda mitad el técnico gaditano acentuó su propuesta. Dejó un punta arriba (Lozano y luego Negredo) y se atrincheró con nueve jugadores en dos líneas. Una en la frontal con seis y otra con tres jugadores delante de los seis. Cerraban todos los espacios. Y el Madrid no supo ni pudo abrir la muralla reforzada.
Hazard tuvo más presencia en el ataque en esta segunda mitad. Pudo marcar cuando peinó con la cabeza un balón, al que Ledesma respondió con agilidad y reflejos. Pero se empeñó en exceso en entrar por el centro con pases cortos y paredes.
Benzema, duda hasta ayer, protagonizó su peor partido de la temporada. Y pudo decidir dos veces. En un saque de falta y en un balón, que en vez de rematar según le venía, se entretuvo intentando controlarlo.
Los tímidos intentos de Ancelotti de buscar soluciones no dieron resultado y solo efectuó dos sustituciones: Jovic por ¡Valverde! y ¡Nacho por Mendy! El uruguayo estaba empujando y parecía el único capaz de romper las líneas rivales. La entrada de Jovic dejó algunas gotas, sobre todo un remate raso que se fue fuera por poco. Em cambio la sustitución en defensa cuando necesitas marcar es incomprensible. Alaba pasó al lateral izquierdo y Nacho cubrió su posición en el centro de la defensa. Ambos cambios me parecieron dos recursos muy pobres tácticamente.
Solo nos queda felicitar al Cádiz. Hizo su trabajo y lo hizo muy bien. El Madrid debe reflexionar sobre los 36 remates de los que únicamente nueve fueron entre los tres palos. Quizás algunos ahora entiendan mejor por qué prefiero al PSG en vez de al Benfica. Los portugueses además de cerrarse muy bien son letales a la contra… algo en lo que el Cádiz falla.