¡El video del encabezado fue baneado por YouTube! Una boludez tremenda. Tras cuatro años decidieron que este extracto de la presentación de mi libro «Bikinis, Fútbol y Rock & Roll» contenía material inapropiado y que podía violar sus normas. Algo absolutamente ridículo. Les paso un pantallazo del correo electrónico que recibí el lunes por la mañana notificando que lo retiraban.
Hice las oportunas alegaciones y expliqué que se trataba de la presentación de un libro, que por cierto se encuentra en la biblioteca de las principales universidades de Estados Unidos. Y terminaba preguntando si también irían universidad a universidad para retirar el libro.
Ayer al mediodía me mandaron un correo rectificando. Está bien que hay sido así. También se agradece la velocidad de respuesta.
Lo realmente preocupante es pensar en qué manos están estas empresas tecnológicas. ¿Cómo llegan a tomar decisiones como la de suprimir contenido por las bravas? ¿Quiénes son? ¿Quién supervisa las tomas de decisiones? Decisiones tan arbitrarias como la que he sufrido y que tan solo es una anécdota en un océano de estupideces.
Entiendo que la empresa es suya, pero los contenidos no los elaboran ni nos los pagan. La responsabilidad sobre los contenidos es nuestra, no suya. No quisiera entrar en pormenorizar sobre estas plataformas como difusoras de bulos, falsedades, etc. Podrían ocupar su tiempo en esos asuntos no en estas nimiedades, en las que además se equivocan.
El imperio está en horas bajas y son detalles como estos los que acrecientan la impresión de que algo huele a podrido… ahí.