Andrea Levy ha demostrado su oposición a que los mayores de 65 años podamos tener instrucción deportiva en las instalaciones municipales de Madrid. Así lo prueba el decreto del Área Delegada de Deportes de su Concejalía de Cultura, Turismo y Deportes. El texto de la foto explica la situación en la que nos hemos encontrado los de más de 65. Es la base de una recogida de firmas, a la que también se suman menores de 65 en solidaridad con nuestra situación.
Levy (Barcelona, 1984) y su equipo de Deportes podrán demagógicamente alegar motivos de salud. A los mayores de 65 nos eliminan las clases de tenis y pádel pero podemos alquilar las pistas para jugar. ¿No es un contrasentido? La única certeza es que el deporte es salud. Y la instrucción, con monitores, es la manera más segura de practicarlo. Parece que los únicos ejercicios deportivos con monitores que nos están permitidos a los mayores de 65 son tres idóneos para personas sedentarias. En las instalaciones de La Bombilla solo hay pistas de pádel y de tenis. Así que ni siquiera disponemos de esas tres opciones.
¿Por qué se establece el corte a los 65?
No me creo que sea por nuestro bien. Si así fuese no se hubiesen suprimido las pruebas médicas, que se realizaban cada año. Por ejemplo, actualmente en instalaciones dependientes de la Comunidad de Madrid, como las del Canal, gestionadas por la Federación de Tenis, se hacen estos chequeos y se imparten clases a mayores de 65, con personal especializado. Otra posibilidad es que firmemos un documento por el que eximimos al ayuntamiento de toda responsabilidad si nos pasa algo.
Me da en la nariz que en todo esto hay un trasfondo económico. No solo el de ahorrar en costes (los mayores tenemos descuentos), también está ese viejo truco de empeorar asuntos para luego proceder a la privatización de los servicios municipales.
En mi caso, la historia es la siguiente: llevo dos años esperando para las clases. Me apunté con 63. La lista de espera ha sufrido un confinamiento, la lesión de la monitora (cuya plaza no fue sustituida) y la tormenta Filomena. Mañana cumplo mi primer mes de clase (lunes y miércoles). Nunca me habían echado tan rápido de ningún sitio.
El Mundano 