Ya toca que eliminemos mantras desfasados. El primero de ellos el de «No pasarán», claramente errado. Su efecto nocivo es demoledor, todo un bumerán que te vuelve y golpea. Incentiva al adversario. Es un lema que tendría que haber sido exiliado al baúl de los recuerdos desde la caída de Madrid en la guerra civil. ¡Vaya si pasaron y además se quedaron! El «Hemos pasado» se le atribuye a Franco. Lo mismo ha sucedido con el «No pasarán» en estas pasadas elecciones autonómicas de Madrid. Temblé cuando la militancia de Unidas Podemos empezó a usarlo. Por el gafe que supone y porque era un eslogan guerracivilista. A muchos les espanta el recuerdo de la guerra (por sus horrores o por simple fatiga) y a otros ni siquiera les interesa, pasan por completo del tema. Por tanto como mensaje publicitario de captación es bastante deficiente. Añadan el efecto contrario que produce en el rival político: les motiva.
El otro mantra a eliminar es otro relacionada con la pasada cita electoral de la CAM: la alta participación favorece a las opciones de centro-izquierda e izquierda. «Hemos sido engañados» como dice el dicho popular. La afluencia a las urnas el 4 de mayo batió récords. El 76,25% de participación es el más alto de la historia de las elecciones de la Comunidad de Madrid. Y el PP de Ayuso, sin haber logrado mayoría absoluta, logró un triunfo indiscutible con 1.620.213 de votos. En las anteriores, las de hace dos años, con un 64,27% del censo Ayuso logró 719.852 votos y ganó Ángel Gabilondo del PSOE con 884.218 votos. Los 30 escaños de entonces de IDA y los 37 de Gabilondo se han convertido en 65 y 24 respectivamente. Hay unos factores a tener en cuenta:
- El conocimiento de Ayuso es mayor ahora que el de hace dos años.
- Gabilondo era un candidato tocado por su pésima labor de oposición. El nuevo Simancas fue incapaz de superar este hándicap, algo que Mónica García de Más Madrid siempre tuvo a su favor.
- Hace dos años los populares tocaron fondo. Ese voto de castigo al PP de 2019 desapareció en 2021. En 2021 han recuperado el voto que les abandonó por Ciudadanos (medio millón de papeletas). Para mi la gran sorpresa fue ver que los abstencionistas de entonces fueron del PP. La gente que en 2019 se quedó en casa esta vez sí acudieron a votar. Podemos decir que la corrupción del PP de Madrid ya se descontó en 2019.
No sé si estos datos y reflexiones sobre las elecciones de la CAM son extrapolables. Pero al igual en 2019 descartamos el mantra de ir divididos resta votos y descubrimos que suma (por eso Ayuso fue presidenta sin ganar), ahora en 2021 debemos olvidar lo de que la alta participación favorece al bloque progresista del espectro político.
Estoy de acuerdo con su análisis de resultados y en concreto con lo desfasado de utilizar un eslogan de la guerra civil. Gabilondo desapareció cuando más falta hacía y ese fue un fallo sin remedio porque ya se le ve como alquien poco relevante. Me parece preocupante que haya ganado de esa manera el partido responsable del desastre de gestión de las residencias y cuyo único ‘éxito’ comprobado ha sido dejar abrir la hostelería. Es algo impensable en una democracia bien informada.Y es preocupante porque muestra el nivel de manipulación de algunos medios y el bajo nivel ético o de análisis de muchos votantes, como El Roto expone en su gran viñeta.