Susto o muerte

El Real Madrid-Inter de Milán de Champions era un partido de susto o muerte para ambos. Al Madrid, último del grupo, le vino muy bien el contundente triunfo del Borussia ante el Shakhtar (0-6).

Los dos equipos salieron presionando arriba. Hoy en día todos los equipos de nivel juegan así. En los primeros intercambios parecía que los blancos llevábamos la voz cantante. Con un par de buenas ocasiones, sobre todo una de Fede Valverde. Pero en dos minutos, entre el nueve y el 11, nos dieron dos sustos. En el primero nos salvó el larguero, tras una gran internada de Achraf Hakimi, y en el segundo fue Courtois quien obró el milagro, porque el remate de Lautaro Martínez llegaba envenenado, tras rebotar en Sergio Ramos.

El Madrid se recompuso gracias a las recuperaciones de Valverde y Casemiro. Uno por pulmones y el otro por colocación. La buena noticia era que Hazard se sumaba a la labor. Nuestro 4-3-3 ponía en serios apuros su 3-5-2 a la hora de sacar la pelota y jugarla.

Los goles llegaron muy seguidos. Abrió el marcador Benzema. Aprovechó un mal pase atrás de Hakimi, achuchado por Mendy. Benzema se adelantó en carrera al meta, se hizo con la pelota y le superó. Anotó el 1-0 a puerta vacía. Corría el minuto 24. Ocho minutos después Sergio Ramos cabeceaba el 2-0, en un saque de esquina. ¡Era su gol 100 con nuestra camiseta! El Inter no perdió la compostura y a los dos minutos Lautaro Martínez lograba un golazo. Barella de un espectacular taconazo a la media vuelta se la pasaba al argentino, quien de un disparo seco, ajustado al palo, lograba el 2-1. Con este resultado se alcanzaba el descanso.

Si en la primera mitad el Madrid fue ligeramente superior, las tornas cambiaron en la segunda. El Inter salió a por todas. Buscaba el empate, con peligro. El Madrid parecía confundido. Tenía otra cara. Mérito de los visitantes.

En el 63 Zidane retiró a Hazard y Marco Asensio (destacar su labor defensiva, cubriendo las espaldas de Lucas Vázquez cuando subía). Entraron Vinicius y Rodrygo. Cuatro minutos después, en una contra y con una defensa blanda, empataba Perisic. Acababan de levantar un 2-0 en contra.

En el 78 Modric entraba por Kroos. Mas la clave vino en el 79 con un balón en profundidad de Valverde a Vinicius. Este avanzó veloz y divisa a su compatriota entrando en el área. Se la pasa bien atras y Rodrygo la rompe. 3-2. La tranquilidad con la que Rodrygo controló y ajustó el remate, aguantando a Arturo Vidal, es de crack.

Se iniciaba una fase angustiosa, aunque el marcador estuviese a nuestro favor. El Inter seguía dominando. Benzema fallaba un gol cantado, tras internada de Vinicius y pase de Rodrygo. Los madridistas teníamos negada la tranquilidad en este encuentro. Y Lautaro Martínez era un peligro constante. En el 85 le sacó una amarilla a Casemiro.

Los aspavientos de Zidane desde la banda pedían juntar las líneas. No quería que se le escapase un triunfo tan trabajado. En el que sus cambios dieron resultado con el tercer gol (Vinicius y Rodrygo).

El tiempo se hacía eterno. Como el sufrimiento. Para nosotros era susto y para ellos muerte. Y alargaron tres minutos… El primero se jugó en nuestra mitad del campo. Courtois se llevó una amarilla por perder el tiempo. A falta de 40 segundos Benzema pudo hacer el cuarto. El portero la mandó a córner. Se botó y se acabó. 3-2. Abandonábamos el último puesto del grupo y le traspasábamos la posición al Inter. Aún nos queda a long and winding road para clasificarnos para octavos de final.

Cuando se pierde un encuentro los ausentes son siempre los mejores jugadores del partido. Lo digo por Lukaku. Tan solo voy a afirmar que menos mal que no estuvo… También constato la satisfacción que supone ganar un gran partido, disputado con un gran despliegue físico por ambas escuadras.

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