La moción de censura de Vox fue un despropósito de principio a fin. A su medieval líder, Abascal, se le puede aplicar el dicho medieval del «Poema de Fernán González«: «ir por lana y volver trasquilado». En la Fundación de la Lengua Española podemos leer al respecto:
[…] Según la historia que dio como resultado esta expresión, se opina que lo de «volver trasquilado» se refiere a la antigua pena de trasquilar a cruces, es decir, sin orden, cruzándose las tijeretadas al modo con que se trasquila a las ovejas, pena que se aplicaba a los blasfemos y judios. A esta pena le llama el Fuero Juzgo «esquilar ladinamente», y el Concilio IV de Toledo, turpiter decalvare. No obstante esta opinión, existe una, mucho más antigua, según la cual, el proverbio que comentamos alude al carnero que se mete en rebaño ajeno y vuelve al suyo trasquilado. […]
Sea trasquilar sin orden o meterse en rebaño ajeno Abascal ha fracasado completamente. Se ha disparado al pie con su doble objetivo, censurar al gobierno y al PP. Cuando a finales de julio anunció la moción de censura la fijó para septiembre. Finalmente se ha producido a finales de octubre. Primer incumplimiento. Otros fueron asegurar que el candidato sería una personalidad relevante e independiente. Se descartaba a si mismo. No ha sido así. Abascal se ha presentado como candidato al gobierno. ¡Sin ningún plan! Lo único planteado como promesa de gobierno era comprometerse a convocar elecciones. ¿Alguien puede creerle? Más aun cuando Abascal y otros dirigentes de Vox proclamaron que a su moción de censura se sumarían diputados de otras formaciones, augurando sorpresas significativas. No se han producido. Todo ha sido una gran mentira. A favor de la moción solo han votado las/los 52 diputadas/os de Vox. Ninguna abstención y 298 noes.
Esta votación debería ser un aviso para los medios golpistas, los que presionaron a Casado para votar sí a la moción. O en su defecto abstenerse. Una vez más se les ha visto el plumero y se han quedado con las vergüenzas al aire.
A Abascal le ha salido fatal la jugada. Si apuntaba a Pedro Sánchez y Pablo Casado se ha metido dos goles en propia puerta. Los triunfadores de la moción de censura han sido ambos. Sánchez sale reforzado y aprovecha la tesitura para campeonar, tendiendo la mano al PP cuando ofrece parar la polémica reforma judicial unilateral. Casado, con su campaña de intriga respecto a la votación de su formación mantuvo la tensión, rompió amarras con Vox en su discurso. Y se afianzó como el líder de la derecha, desembarazándose del tonto útil que pretendía subirse a sus barbas.
El medieval Abascal debería conocer mejor la rica tradición del refranero español. Le viene al pelo lo de «quien mucho abarca poco aprieta».