Archivo diario: octubre 21, 2020

Sindemia y ultracrepidianos

Sindemia y ultracrepidianos son dos palabras que he conocido recientemente y que no están recogidas en la RAE.

Sindemia lleva su tiempo, pero es desde hace unas semanas que se está poniendo de moda (en la imagen pueden ver el tuit de un profesor universitario colombiano que avisaba sobre ello en abril de este año). ¿Cuál es su significado y a qué se refiere? Una sindemia es la suma de dos o más epidemias. Es un neologismo formado por la unión de las palabras sinergia y epidemia. La Fundéu de la RAE la acepta como término. A principios del año pasado 40 expertos acuñaron en la revista científica The Lancet el término de «sindemia global«. Se referían a tres pandemias, presentes en todos los continentes: obesidad, malnutrición y cambio climático. Hace una semana el editor jefe de The Lancet calificaba al coronavirus como una sindemia. Su propuesta es analizar las consecuencias del virus desde un enfoque biológico y social. Y recuerda que «la noción del concepto sindemia fue concebida por primera vez por Merrill Singer, un antropólogo médico estadounidense, quien argumentó que un enfoque sindémico revela interacciones biológicas y sociales que son importantes para el pronóstico, el tratamiento y la política de salud”.

Lo de los ultracrepidianos lo conocí ayer. Gracias a un retuit de Fran G. Matute. El original era de SergioEfe. Como podrán comprobar se usa la acepción inglesa. La española existe e incluso hay un artículo de Quim Monzó del 1 de enero de 2014 en La Vanguardia. Monzó usaba la definición inglesa: «tendencia a opinar y dar consejos sobre materias de las que no tienes ni idea». Es decir, la postura actual del periodismo, los tertulianos y los todólogos (sustantivo aceptado por la RAE).

Aunque solo haya conocido el término ayer parece que su origen se remonta al ¡352 a.C.! Y podría ser el antecedente de nuestro «zapatero a tus zapatos». Cuentan que Apeles de Colofón, el pintor favorito de Alejandro Magno, le espetó una frase, de la que se deriva la palabra, a un zapatero que se acercó a su taller para dejar un encargo. El zapatero al ver las pinturas y los murales criticó lo que vio. Apeles le dijo «Ne supra crepidam sutor iudicaret» (que está en latín y se supone que es la traducción del original griego). Traducido a nuestro idioma viene a decir que «el zapatero no opine más arriba de los zapatos».

Los ultracrepidiamos, aparte de recordarme a Trump, se asemejan a lo que en psicología se llama el efecto Dunning-Kruger.

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