El primer debate Trump-Biden fue caótico. Las interrupciones fueron constantes. Trump incluso llegó al punto de cortar e increpar al moderador (que era de Fox News, su cadena amiga). El tono general fue áspero y bronco. La imagen fue penosa. Una clara metáfora del estado actual de esa república, actualmente en decadencia.
La llegada de los séquitos también fue significativa. La familia Trump no llevaba mascarillas y los Biden sí.
A Trump desde el escándalo fiscal, desvelado por el New York Times, le ha cambiado la cara. Su aspecto adusto reflejaba su preocupación. Parecía un perro de presa.
Desconozco la influencia de este primer debate en el voto. Y me resulta incomprensible que haya indecisos. ¿Cómo puede haber peña que no haya decidido su voto teniendo a Trump como uno de los candidatos? Entiendo que tenga sus seguidores. Y detractores. Pero indecisos. ¿Qué tipo de personas son? ¿No tienen opinión? ¿No les ha dado tiempo para formarse una en casi cuatro años? ¿Los alegatos fascistas previos no eran suficientes? Y los ha reafirmado negándose a condenar a los supremacistas blancos, insistiendo en el bulo del fraude electoral, amenazando con no respetar los resultados si no gana, etc.
Los dos candidatos se enfrentaron en Cleveland la ciudad símbolo del primer rock ‘n’ roll y sede del Rock & Roll Hall Of Fame. Les dejo con un pantallazo al respecto de mi libro «Rock ‘n’ Roll: el ritmo que cambió el mundo«.
Pingback: El último debate Trump vs. Biden | El Mundano