Pensaba titular con «Por fin una crítica sensata y razonada«, pero eliminé la locución adverbial porque igual han aparecido otras críticas razonables. Que no las conozca no debe presuponer que no existan. Lo habitual en las críticas al gobierno, y a los políticos en general, es que predominen las hipérboles, los improperios, las inexactitudes, las medias verdades y por supuesto los bulos y las mentiras. Me refiereo a medios y redes sociales.
Por eso cuando cuando uno lee un artículo como el de Álvaro Nieto siente un profundo alivio. Nieto es el director de facto de Voz Pópuli. Su cargo oficial es el de director adjunto y lleva el día a día del medio digital.
Nieto en su Cinco errores que pagaremos muy caro hace un análisis detallado de la situación. Aunque olvida un asunto crucial: el dominical Rastro madrileño. No es el único que no repara en el mencionado mercado al aire libre. Parece que solo un servidor se acuerda de esta congregación masiva. Las horas de máxima afluencia son entre las 11:00 y las 13:00 y se calcula que en su pico llegan a juntarse poco más de cien mil personas (apretadas). Esto es más que el aforo de cualquiera de los principales estadios de fútbol de Madrid capital (Bernabéu y Wanda Metropolitano). El Rastro está regulado por el Ayuntamiento de Madrid. El 8 de marzo fue el último domingo que se celebró. El consistorio decidió suspender las actividades el 12 de marzo. ¡Bien hecho! Se podrá argumentar que deberían haberlo hecho antes. Vale, pero desde el sofá de casa es fácil opinar. Lo mismo podría ser aplicable a la(s) manifestación(es) de ese mismo día (8M). La caverna ha puesto el foco en estas convocatorias feministas, olvidando interesadamente lo del Rastro y otras actividades. En mi opinión tener el Rastro por la mañana y la manifestación por la tarde era demasiada presión para la capital. Mas a toro pasado siempre surge el laureado… No es fácil improvisar, de un día para otro, un cierre total para ese fin de semana (bares, restaurantes, deportes, Rastro, manifestaciones, congreso de Vox, acto del PP en Málaga, etc.). Podría cundir el pánico…
Todos cometemos el mismo pecado cuando leemos a los demás. Apuntamos lo que nos parecen carencias y olvidamos que no somos nosotros el articulista. Voy a pecar. Y no me refiero a lo apuntado del Rastro. Lo hago respecto a la responsabilidad de las autoridades locales, más concretamente las autonómicas. Nieto las menciona y cita la reacción de parte de la ciudadanía madrileña tras las primeras medidas de Díaz Ayuso (cierre escolar y universitario). A la acción siguió la reacción: cientos de residentes huyeron de la capital. (¿Recuerdan lo del pánico del final del párrafo anterior?). Es lógico pensar que quienes eran portadores del coronavirus, asintomáticos, se convirtieran en presuntos propagadores del virus. Nieto no hace sangre al respecto. No parece ser su estilo. Lo apunta y lo deja ahí. No voy a criticar a la presidenta de Madrid por esto, pero está claro que no conoce a la gente y sus reacciones (sean de aquí, de Valencia o de Nueva York, lugares donde ha ocurrido lo mismo). No sabe medir el impacto de su toma de decisiones. Y ella, como Torra, va a su bola. Creó una alarma innecesaria que bien ha podido perjudicar a terceros. Tengo muy claro que no era su intención. Tampoco lo es del gobierno central cuando hace o deja de hacer. Sirva este ejemplo de la Comunidad de Madrid para entender porque a veces las reacciones no son tan rápidas como desearíamos. Quien quiera entenderlo, claro está. Porque siempre tendremos a los que no quieren entender y a la mínima sacan a pasear el Premio Nobel que llevan dentro.
Quisiera terminar diciendo que prefiero a un experto cientifico equivocándose que a un cuñao errando. Porque quien sabe sabe, aunque se equivoque. Y el ignorante lo seguirá siendo, acierte (de casualidad) o yerre. Con un añadido: en este tema de las medidas a tomar para frenar el coronavirus hay un debate entre los científicos especializados. Y los que saben son ellos, así que imaginen el valor de nuestras opiniones.