Oblak, héroe habitual del Atlético de Madrid, y dos exmadridistas, Marcos Llorente y Morata, superan 2-3 al Liverpool en Anfield. Son los nombres claves que definieron el partido de vuelta y la clasificación para cuartos de los de Simeone.
En el partido de ida ya avisaba en la previa: «Y si el Atleti da el campanazo hoy«. Y la dieron ganando 1-0, con gol de Saúl (quien tuvo un breve paso por la cantera blanca antes de encontrar su lugar bajo el sol).
El Liverpool, que fue un aluvión como la meteorología (hasta granizó), superó en empuje y oleadas ofensivas al Atleti. Eso no quiere decir que los rojiblancos estuviesen mal. Bastante hicieron en intentar frenar a los reds. Oblak estuvo inmenso. Me sobró la presencia de Diego Costa. Ausente y sin aportar, salvo en la jugada inicial que recibió un buen balón en profundidad de Joao Félix. Vitolo parecía mejor alternativa (dado que Morata estaba tocado). Resultaba preocupante ver que Thomas no estaba siendo Thomas. Este jugador se ha convertido en un puntal y cuando no rinde a tope el equipo lo acusa. No estuvo tan acertado en el corte y en la entrega de balón como nos tiene acostumbrados.
El 1-0 (Wijnaldum) llegó a un par de minutos del descanso. La eliminatoria estaba empatada.
La segunda parte fue más de lo mismo. Con un protagonista añadido: los palos. Aliados de Oblak. Y una jugada clave finalizando el partido: el gol anulado a Saúl por fuera de juego. Una pena. Y nos fuimos a la prorroga. Eso que ganamos.
Firmino hizo el 2-0 en el 93. Aprovechó el rechace del palo a su propio remate de cabeza. La cosa se ponía muy cuesta arriba. Marcos Llorente, que había entrado por Diego Costa en el 55, cambió el curso del partido. Un cambio raro (y no por la salida de Costa que no debía de haber sido titular). Simeone, que ha descubierto recientemente a Llorente como jugador de banda derecha (mérito del técnico), acertó de pleno. Y el jugador respondió con dos golazos. El 2-1 tres minutos después del 2-0 y el del empate a dos en el 105. Ambos fueron dos disparos desde fuera del área dirigidos al mismo palo. Y los dos clasificaban al Atleti. Con el 2-1 los ingleses necesitaban un gol para pasar y con el 2-2 tenían que anotar dos para clasificarse. La puntilla vino de las botas del renqueante Morata en el 120. Había entrado ocho minutos antes por Joao Félix.
El partido fue un espectáculo. Los dos equipos lo dieron todo. La intensidad fue máxima. Y el Atleti supo superar adversidades y domó a las fieras rivales. ¡Enhorabuena vecinos!