Hace dos años descubrimos la importancia de la Epifanía, el Día de Reyes, en Italia y más concretamente en Florencia. Y hemos vuelto. La cita con el excelso Coro de la Catedral era cita obligada. De hecho, era la razón principal del viaje.
No solo el coro, el organista era de primera y el aroma a incienso que impregnaba la Catedral creaba una atmosfera especial.
El compositor más interpretado en la misa fue Mozart. Al igual que hace dos años se me volvieron a saltar las lágrimas. ¡Un Stendhalazo en toda regla! Fui felice en la gloria.