Los premios de MTV, los Video Music Awards (VMA) del canal estadounidense, no son el Nobel. Ni gozan de la relevancia que el mal periodismo español nos intenta colar. Antes de continuar quisiera dejar claro dos obviedades, para evitar mal entendidos:
- En cualquier premio, sea cual sea, es mejor estar nominado que no estarlo
- Lo mejor es ganar
Hace años que MTV en EEUU dejó de ser un canal musical para convertirse en uno de realitys y concursos. De su pasado tan solo conserva la M de music de su nombre y los premios VMA. Haciendo un paralelismo un poco grueso estos premios serian el equivalente a unos que concediese el canal de Gran Hermano. En cualquier caso estamos hablando de telebasura.
He dejado un par de días para ver si algún medio español comentaba el impacto de los VMA. Ha quedado claro que si te dedicas a la hipérbole la realidad deja de interesar. Especialmente penoso es el caso de El País, un medio supuestamente serio y con corresponsales en Estados Unidos. El titular del The Hollywood Reporter es bastante claro al respecto: «Los ratings de los VMA tocan fondo por tercer año consecutivo».
El Hollywood Reporter es un referente de la industria audiovisual de su país en la misma medida que lo es Billboard para la musical.
Leyendo su artículo observamos que la emisión de la gala por MTV congregó a un 1.9 millones de espectadores (un 0,9% de rating entre el principal público objetivo comprendido entre los 18 y los 49 años). Es el tercer año consecutivo que les baja la audiencia, aunque en esta edición el descenso del 14% no ha sido tan grande como el de años anteriores.
Viacom, la empresaria propietaria de MTV, retransmitió la gala por otros 11 canales de su propiedad (VH1, Nickelodeon/Nick at Nite, Comedy Central, BET, Paramount Network, CMT, MTV2, TV Land, MTV Classic, Logo and BETHer). La audiencia conjunta de los 12 sumó 4.9 millones de telespectadores (bajando desde los 5.2 del año pasado). La población total del país supera ligeramente los 327 millones de habitantes. Se estima que 115 millones de hogares disponen al menos de un aparato de televisión.
Algunos analistas de EEUU señalan que el formato de las galas de los premios ha dejado de interesar. Y citan el declive de audiencia de los Tonys, otros dos premios de MTV (los de cine y TV) y en el campo musical los de Billboard y los Grammy.
¿Tan difícil resulta para los periodistas españoles, sean corresponsales o redactores, contrastar datos y fuentes, fijando un panorama real?
Hace un par de semanas asistimos a un espectáculo bochornoso: anunciaban el divorcio de los Obama. Citaban como fuente a un medio estadounidense. Pero no explicaban que el tal periódico era un tabloide de supermercado. Prensa basura. Con el agravante que este medio amarillo y sensacionalista ni siquiera es el líder de su segmento de mercado (lo es el National Enquirer). Tampoco decían que llevan años anunciando este divorcio cada año (concretamente su primera portada al respecto data de 2007). A la semana se conocía que los Obama se comprarían una casa de verano en la Costa Este (en la exclusiva isla de Martha’s Vineyard, enfrente de Cape Cod, Massachusetts). La mansión pertenecía, o aún pertenece, al dueño de los Boston Celtics. ¿Cómo se entiende que simultáneamente una pareja se divorcie y se compre un casoplón? En fin…