Iñaki Gabilondo, sumo sacerdote Rappeliano del Templo de PRISA, se equivocó en su pronóstico. Pero ha tenido la gallardía de reconocerlo, detalle que le honra. Y es algo que no han hecho otros. No es muy habitual entre los periodistas (los mediocres y el no lo es) reconocer errores. Eso sí, Gabilondo acaba con una advertencia en plan monástico. No vaya a ser que nos pase a los demás lo que a él.
Desde luego Puigdemont está dando mucho juego a los periodistas aficionados a contar las noticias antes de que estas se produzcan. Y no parecen escarmentar: tras los patinazos de la semana pasada (no compareció cuando dijeron ni anunció lo que proclamaron que iba a anunciar), han vuelto a repetir faena ayer y hoy. Ni ayer hubo la rueda de prensa anunciada (fue hoy) ni ha pedido asilo, como pronosticaron a los cuatro vientos. Que Puigdemont se los lleve al huerto con tanta facilidad dice muy poco en favor de nuestros plumillas.
Sigan así, se están luciendo. Y luego aún se preguntaran por qué pierden audiencia y sus periódicos caen en picado, mientras dan consejos y consignas por doquier a los demás e inventan la realidad antes de que esta se produzca…